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Ponencia presentada el viernes 17 de junio en la mesa de análisis sobre la encíclica Laudato Si´.

LAUDATO SI, ALABADO SEAS
SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMUN
CARTA ENCICLICA DEL PAPA FRANCISCO.

Muchas gracias por la invitación a la Pastoral Social Diocesana y al Museo del Agua

Me apego a la indicación que me pidieron, comentar los tres primeros capítulos de la encíclica. Antes unos comentarios generales a esta encíclica; el Papa Francisco con esta encíclica se coloca en el liderazgo mundial al asumir un momento histórico que atraviesa la humanidad, estamos en un momento crucial de detener la autodestrucción de la humanidad incluida nuestra tierra, estamos ante el despertar de una nueva humanidad. Es una encíclica profética dirigida a toda la humanidad y no solo a los cristianos que denuncia el proyecto neoliberal capitalista  y su paradigma tecnocrático dominante.

El Papa Francisco asume el sufrimiento de la tierra, “el grito de la tierra, el grito de los pobres” como  también dice Leonardo Boff, teólogo latinoamericano. El Papa muestra la novedad de la Iglesia Latinoamericana y no la vieja cristiandad europea.

Se dice también que el siglo XX fue el siglo de los Derechos Humanos individuales y colectivos y que el siglo XXI será el siglo de los Derechos de la Tierra.

CAPÍTULO PRIMERO
LO QUE HA ESTADO PASANDO A NUESTRA TIERRA.

Desde que el Papa nos regaló esta encíclica me lleno de profunda alegría porque de algún modo  recoge la cosmovisión, la Teo ecología  de los pueblos indígenas de México y América Latina. Los pueblos indígenas no nos entendemos sin la tierra, por eso le llamamos Madre Tierra, Pachamama, Tonantzin Tlalli.

Para nosotros es sagrada porque nos da vida. No se compra ni se vende nunca, como no se compra ni se vende  a una mama.

No somos dueños sino cuidadores de nuestra casa. Por eso, cuando el Papa describe en este capítulo lo que le está pasando a nuestro hogar, nuestra casa nos entristece que la madre tierra esté sufriendo, se está calentando, se está convirtiendo en un inmenso depósito de porquería (21). Insiste en que en este proyecto neoliberal capitalista, los pobres no caben, se quedan en el descarte (22), como ya lo dijo  en la  Alegría del Evangelio(E G) y se convierte en basura  la Madre Tierra.

Se está sobrecalentando y eso provoca que se pierdan muchos seres vivos en el mar, y muchas poblaciones y ciudades que están junto al mar van a desaparecer. Que el agua potable no alcanza para todos, especialmente para los pobres aunque es un derecho humano. Por ejemplo en África. Este deterioro ambiental hace que cada año desaparezcan miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer y las futuras generaciones ya no las podrán ver. Se están destruyendo los ecosistemas por la degradación ambiental. También la biodiversidad de la Amazonia, del Congo, de los Chimalapas, la Selva Lacandona. La flora silvestre, los manglares, los arrecifes de coral se están quedando estériles.

Del actual modelo de desarrollo y de la cultura del descarte viene la degradación ambiental. En las  grandes ciudades hay situaciones insalubres para vivir, se está perdiendo el contacto con la naturaleza por el crecimiento y se está perdiendo el contacto con la naturaleza por el cemento y se crean urbanizaciones ecológicas para unos pocos privilegiados. El cambio global hace crecer la exclusión social laboral por las formas de producción automatizadas, el trabajo humano se ha vuelto prescindible, maquinaria inteligente lo suplementa. Los trabajadores son desechables. Esto se agrava por los medios digitales, el internet que reemplaza las relaciones humanas reales o
llevan al dañino aislamiento.

El ser humano y su ambiente natural se degradan juntos principalmente los más pobres, que quedan nuevamente excluidos. Y cuando buscan soluciones los pobres quedan en el último lugar o proponen la reducción de la natalidad porque culpan el aumento de la población y no al consumismo extremo.

Esta inequidad social, esta injusta distribución de la riqueza se da no solo en los individuos si no entre países ricos y países pobres, norte rico /sur pobre. La deuda externa de los países pobres también se ha convertido en un instrumento de control. Pero la tierra de los países pobres es rica en bienes naturales  por la triple relación de los pueblos indígenas; Dios madre-padre madre tierra y seres humanos.
Ante este sufrimiento que está padeciendo la madre tierra, está exigiendo cambios de rumbo, de estilos de vida. En los dos últimos siglos hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como nunca, urge, pues una Ética Planetaria.

Pero las reacciones son muy débiles y los poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial por el mercado y donde se van agotando los recursos se va creando escenarios favorables para nuevas guerras.
Aunque las guerras siempre producen graves daños a la ecología, a la cultura, a los pueblos y todavía más grave cuando se piensa en armas nucleares y armas biológicas.

En algunos países hay intentos positivos en la mejora del medio ambiente. En otros hay una ecología superficial, en otros son evasivos, contaminando con el estilo de vida capitalista.

En cuanto a soluciones hay diversidad; algunos sostienen el mito del progreso; dicen que los problemas ecológicos se resolverán con nuevas aplicaciones tecnológicas, sin ética y sin cambio.
Otros que el ser humano no intervenga porque siempre es una amenaza y perjudica al ecosistema mundial. No hay  una sola y única solución si no entrar en dialogo para dar respuestas integrales.

La iglesia no tiene una palabra definitiva pero sí reconoce que hay un gran deterioro de nuestra casa común y nos invita  a una salida esperanzadora  y reorientar el rumbo de la humanidad.

Algunos datos que nos  indican el momento actual de nuestra madre tierra y lo que necesitamos la
humanidad de ella:

1961 – 63% de la tierra
1975 – 97% de la tierra
1980 – 100.6% exceso
2005 – 1.4 planetas  ya son números rojos
2015 – 1.6 planetas

Si seguimos con el actual sistema tecnocrático de los países opulentos necesitaríamos 5 planetas iguales al actual, lo cual es imposible.

CAPÍTULO SEGUNDO
EL EVANGELIO DE LA CREACIÓN

Si debemos cuidar a nuestra madre tierra por humanidad con mucho más razón iluminados por nuestra fe; desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia (DSI). Deben iluminarse la fe y la razón son dos niveles de la experiencia humana.

Desde la Biblia, en el Génesis encontramos que somos fruto del Dios Creador y no del caos, no de la casualidad, fuimos creados en armonía; Dios, seres humanos, madre tierra son tres relaciones fundamentales.
Aunque estas tres relaciones están rotas, esta ruptura es el pecado. Esta ruptura se dio porque se quiso ocupar el lugar de Dios. “Serán como Dios”, negándonos a reconocernos como creaturas creadas.

El ser humano quiere dominar la tierra en lugar de labrar y cuidar el jardín del mundo (67). Quiso ser dueño de la tierra. Propietario absoluto y no administrador.

El único dueño de la tierra es Dios.
La tierra no es de nosotros, nosotros somos de la tierra, de ahí también viene el año sabático y el año del jubileo mandado por Dios para descansar la tierra.
Un ejemplo de esta ruptura es la narración sobre Caín y Abel.
Dios pregunta: ¿Dónde está Abel, tu hermano? Caín responde, que no lo sabe y Dios le insiste ¿Qué hiciste? ¡La voz de la sangre de tu hermano clama a mi desde el suelo! Ahora serás maldito y te alejaras de esta tierra (Génesis 4,9-11).”
La maldad creció y a Dios le peso haber creado al hombre en la tierra” (Génesis 6,6) y con Noé abrió un nuevo camino de salvación.

Así el Papa, recorre los salmos recordando que el ser humano debe alabar a su creador. Los profetas invitan al pueblo a reforzar su confianza en Dios creador  y liberador y también en la cautividad de la Babilonia.

Desde la fe descubrimos que la creación es más que naturaleza, objeto de estudio, o algo inmaterial. No surgió del caos, de la casualidad si no del amor de Dios. Así el universo, el cosmos surgió por la palabra creadora de Dios. Desde la Biblia sabemos que el ser humano colabora con su creador, y no es el ser supremo de la creación que domina a las demás criaturas. Su misión es ser jardinero de la creación y no un administrador despiadado, ni su explotador.

Nos queda claro que todo fue creado en armonía cósmica y que toda criatura esta en armonía con todo lo creado. Todo el universo es un libro donde podemos leer la presencia de Dios.Todas las criaturas conformamos una especie de familia universal, la aldea común, una sublime comunión que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde (89). Aunque el ser humano tiene un valor peculiar que le da una gran responsabilidad sobre las otras criaturas porque tiene corazón e inteligencia que le dio el Creador.

Hoy creyentes y no creyentes aceptan que la tierra es una herencia común cuyos frutos deben beneficiar a todos /as, todos los bienes creados para el buen vivir de los seres humanos. El medio ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos/as.
En el Nuevo Testamento Jesús de Nazaret asume que Dios es Creador y Padre. Jesús fue el ser humano que vivió en armonía plena en toda la creación.

Jesús se encarnó, se humanizo, se historizó, se inculturó, así  se insertó en el cosmos creado, corriendo su suerte con el hasta la cruz. Jesús terreno también murió y resucito glorioso y está presente en toda la creación con su señorío universal es Jesucristo cósmico como dijo Theilhard de Chardin.

Los pueblos indígenas como  dijo el Papa en San Cristóbal de las Casas en su visita a México;” que miren hacia ellos porque son quienes ha cuidado a la madre tierra. También lo vemos en el   “mito de la creación Náhuatl

CAPÍTULO TERCERO
RAÍZ HUMANA DE LA CRISIS ECOLÓGICA

En el capítulo primero vimos los síntomas que está sufriendo nuestra madre tierra, y desde la fe vimos cómo fue creada en armonía por Dios Creador. Entonces, ¿cuál es la causa de esta crisis ecológica que nos encamina a la autodestrucción planetaria?

La causa está en el estilo de vida que se nos ha impuesto que es el paradigma  tecnocrático dominante que se va globalizando cada vez más.
El Papa reconoce lo positivo de la tecnología pero cuando no tiene límites adquiere un enorme poderío y  se convierte en una bestia que no tiene llenadero y va triturando vidas prematuras, principalmente los más pobres. La tecnocracia trae progreso técnico, en la medicina, la ingeniería y las comunicaciones, energía nuclear, biotecnología, informática, descubre nuestro ADN y otras.

Pero, este tremendo poder nos ha llevado  al grado de creer que el poder tecnocrático trae progreso en sí mismo. Pero  vemos que el ser humano no usa el poder con acierto. Para eso necesita una ética planetaria sólida, una cultura y una espiritualidad que lo limiten.
Claro que el problema fundamental de esta crisis ecológica es el modo como la humanidad ha asumido la tecnología y su desarrollo junto con su paradigma tecnocrático homogéneo y unidimensional. No trata a la madre tierra como un ser vivo, sagrado si no que la utiliza y le explota todos los recursos de manera despiadada pensando que existe una cantidad ilimitada de energía y de recursos utilizables. La tecno ciencia no es neutra puede usarse para bien o para mal.

El paradigma  tecnocrático elimina la economía  y la política y busca siempre el rédito, la ganancia y las finanzas ahogan la economía real. Siguen creyendo que el crecimiento del comercio, del mercado resolverá por sí mismo el hambre y la miseria en el mundo. Además impone en la producción la  especialización olvidado el sentido de la totalidad.

En cuanto al ser humano hay un antropocentrismo desviado cuando pone la razón técnica sobre la realidad de nuestra casa común y  pierde su lugar en la creación apoderándose de ella. “No habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano” (118).

Necesita una nueva valoración del ser humano. Abrirse a un” tu”, al otro, sin caer en el relativismo practico que caracteriza nuestra época actual, donde el ser humano se coloca a sí mismo en el centro y todo se vuelve irrelevante si no sirve a sus propios intereses mezquinos y convierte a otros seres humanos como esclavos: trata de personas, tráfico de órganos, niños/as.

Urge una ecología integral sin olvidar el sentido del trabajo humano en todas sus formas como creatividad humana. El Papa insiste frecuentemente en el cambio de estilos de vida. Por lo tanto la técnica separada de la espiritualidad cósmica, y de la ética difícilmente será capaz de auto limitar su poder.
Urge una ética personal, comunitaria, social, planetaria, y  cósmica para salvar a nuestra madre tierra y de la autodestrucción humana. Con Laudato, si y la carta de la tierra  podemos dar pasos firmes. Para terminar enumero los principios fundamentales de la carta de la ONU DEL 2002.

1.- RESPETO Y CUIDADO LA COMUNIDAD DE LA VIDA

  • Respetar la Terra y la vida en toda su diversidad.
  • Cuidar la comunidad de la vida con comprensión, compasión y amor.
  • Construir sociedades democráticas, justas, sustentables, participativas y pacíficas.
  • Asegurar la riqueza y la belleza de la tierra para las generaciones presentes y futuras.

2.- INTEGRIDAD ECOLOGICA

  • Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra, prestando especial atención a la diversidad biológica y a los procesos naturales que sustentan la vida.
  • Prevenir el daño al amiente como el mejor método de protección ambiental y, cuando el conocimiento sea limitado, optar por la vía de la prudencia.
  • Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que protejan las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario.
  • Avanzar en el estudio de la sustentabilidad ecológica y promover el intercambio abierto y la amplia aplicación del conocimiento adquirido.

3.- JUSTICIA SOCIAL Y ECONOMICA

  • Erradicar la pobreza; se trata de un imperativo ético, social, económico y ambiental.
  • Garantizar que las instituciones y las actividades económicas promuevan, a todos los niveles, el desarrollo humano de manera equitativa y sustentable.
  • Afirmar la igualdad y equidad de género como prerrequisitos para el desarrollo sustentable, y asegurar el acceso universal a la educación, al cuidado de la salud y a las oportunidades económicas.
  • Defender, sin discriminación, los derechos de todas las personas a un ambiente natural y social capaz de asegurar la dignidad humana, la salud corporal y el bienestar espiritual, prestando especial atención a los pueblos indígenas y a las minorías.

4.- DEMOCRACIA, NO VIOLENCIA Y PAZ.

  • Fortalecer las instituciones democráticas a todos los niveles y garantizar su transparencia y rendimiento de cuentas en el ejercicio del gobierno, así como la participación incluyente en la toma de decisiones y en el acceso a la justicia.
  • Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida los conocimientos, valores y habilidades necesarios para un modo de vida sustentable.
  • Tratar a todos los seres vivos con respeto y consideración.

Anastasio Simón Hidalgo Miramón.


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