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Un Momento de Reflexión
Pastor Alfonso Herrera Lastra

Piénsalo dos veces.

Esa mañana el pequeño ratón despertó todo asustado pues fuera de su pequeña guarida la dueña de la casa estaba poniendo una gran trampa para ratones.

Sin pensarlo dos veces corrió al patio de la pequeña granja y dirigiéndose a la gallina le dijo:

– “Señora gallina, fuera de mi casa han puesto una ratonera y tenemos que hacer algo”.

La gallina sin dejar de recoger las piedras del piso, le dijo fríamente,

– ¿Tenemos? ¡Como te habrás dado cuenta! No vivo ahí y por consiguiente ese no es mi problema. Y continuó buscando pequeñas piedras.

Sintiéndose ofendido por aquella respuesta corrió a buscar al borrego que estaba cómodamente descansado en el fondo del corral.

–“Señor borrego, hay una ratonera en mi casita y tenemos que hacer algo”.

El borrego con ojos a medio morir le dijo,

-“Pues me gustaría ayudarte amigo, aunque en verdad ese no es mi problema, yo no peligro con esa ratonera, y pues habrás notado que es mi tiempo de descanso… ese no es mi problema”

Algo pensativo el pequeño roedor se dirigió a la vaca que estaba entretenida con la pastura que estaba frente a ella.

– “Señora vaca, señora vaca, por favor, tenemos que hacer algo, ¡Han puesto una ratonera fuera de mi casa! La vaca sin dejar de comer solo volteó y le dijo de forma tajante al ratón,

– “No es mi problema señor ratón, soy vaca, pero tenga mucho cuidado señor ratón, son tiempos peligrosos y ni modos, así es esto”.

El ratón se dirigió a su casita y no le quedó otra más que resignarse.

En la madrugada se escuchó un gran escándalo precisamente fuera de la casa del roedor.

Una víbora había quedado atrapada por la cola en la ratonera.

La dueña de la casa se levantó inmediatamente y sin prender la luz estiró la mano para tomar la trampa, pero la víbora inmediatamente le lanzó una mordedura sobre el brazo extendido.

El esposo corrió al ver la situación e inmediatamente la subió en su viejo carro al pueblo para que el doctor le revisara e hiciera algo para salvarle la vida.

Después de aplicarle un suero y con el antídoto respectivo, le dijo al esposo que no había necesidad de dejarla en el hospital, sino que le llevara a casa para que alimentara a su esposa con un nutritivo caldo para que sus defensas se fortalecieran.

El esposo, ya en casa, mató la gallina y con ella preparó un caldo con verduras que había en la cocina.

La esposa no mejoraba, al contrario, empeoraba cada día. Así que los vecinos llegaban a visitarle y tratar de animarle.

El esposo, para recibir a tanta gente que llegaba, mató al borrego para hacer un potaje y darles de comer a cada visitante.

La dueña finalmente falleció y para pagar los gastos del funeral no le quedó otra que matar la vaca y vender la carne para recuperar algo de dinero.

Moraleja: La próxima vez que quieras expresar,

– “No es mi problema…”, piénsalo dos veces pues quizá si sea “nuestro problema”.

Entre tantos problemas que hay en nuestra sociedad hay, quizá no nos hemos dado cuenta y es la apatía y la indolencia.

Mientras la violencia no toca nuestro hogar, “no es nuestro problema”, aunque si medio mostramos asombro y descontento por lo que vivimos en nuestra sociedad.

Encontramos culpables inmediatamente y disertamos con habilidad sobre las casas, pero hasta ahí nos quedamos… No hacemos nada.

Jesús hizo una declaración muy interesante: “Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse. Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa. De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos…” (Mateo 5:14-16).

La luz solo tiene sentido en la oscuridad, en las tinieblas.

La luz debajo de un cajón no tiene sentido como no tiene sentido el sorprendernos, menear la cabeza en desaprobación y cerrar la puerta de casa.

Hay una frase muy interesante que se le atribuye a Edmund Burke, poeta y escritor británico en el siglo XVIII y que bien vale la pena recordar: “Para que el mal triunfe, solo basta con que los buenos no hagan nada”.

Así que la próxima vez que estemos tentados a decir no es mi problema, pensémoslo dos veces.

Gracias por su atención y que tenga un excelente Fin de Semana.

 


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