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Nuestros ancestros eran observadores de la naturaleza, y ello les llevó a crear diversos calendarios pues comprendieron que las cosas se repetían continuamente, ellos vieron como la luna regresaba cada 28 días, como se comportaban los planetas y las constelaciones y eso les ayudaba a prever la venida del tiempo de lluvia, el frío o el calor, lo que les ayudaba a regular sus cultivos, para ellos cada día tiene un nombre, un sonido, una energía, una vibración y un guía también conocido como el nahualli.
Por eso era tan importante el estudio detallado de cada movimiento de la naturaleza, así se obtenía un conocimiento y control de mundo en el que se desarrolla.
En éste caso es un calendario que se desarrolla al igual que el Tzolkin Maya, estos calendarios llevan la cuenta de 260 días, lo mismo que dura el periodo de gestación del ser humano, y es un calendario del pueblo, pues era sencillo llevar 20 días que son contados utilizando los dedos de nuestras extremidades, por 13 glifos (13 días) que son  cabeza de trecena que son contadas con nuestras coyunturas 2 tobillos, 2 rodillas , 2 en la cadera, 2 en las muñecas, 2 en los codos, 2 en los hombros y el cuello.
Esto provoca que cada día tonal azteca o kin maya conste de un glifo (que se representa en 4 colores diferentes según los elementos de la materia), y un número a manera de acento, que va del 1 al 13 (y que representa un verbo o acción) y un numeral mayor que va del 1 al 260.
Es semejante a lo que hacemos ahora al decir el nombre del día, con su fecha en el calendario gregoriano, el santoral que lo acompaña y sus características regentes, así como el día que va del año y los que faltan para concluirlo.
En la tradición existen muchos más calendarios como lo son el Haab el Huayeb, que eran utilizados para
medir diversas cosas, muchos no han logrado ser descifrados totalmente, los encontramos grabados en piedras como el conocido calendario Azteca, que entre sus detalles se observa con atención los movimientos de Venus, y en estelas a modo de columnas y renglones,  muchos de estos han sido copiados en  lo que llamamos códices, para facilitar su estudio.
La matemática tan perfecta que lograba la exponenciación solo con la posición de los números, era indispensable para facilitar ampliamente los sistemas de medición.
Cada imagen es en sí un sistema de información, es un cumulo de datos encriptados de una forma sencilla,pues en un vistazo se contaba con una idea general de lo que ahora nos llevaría un libo de cientos de páginas para comprender el concepto.
Es así como llegan hasta nuestros días, pirámides de 4 caras, con 4 niveles, y 13 y 20 escalones en ellas., adentrarse en el estudio de  cada códice es una tarea de tiempo y paciencia, que deja una grata satisfacción al ir desentrañando la calidad de la información allí contenida.
Nuestros ancestros utilizaban estos códigos visuales para otorgarle nombre y hasta ocupación a cada recién nacido, pues era también un tipo de horóscopo en donde el tonal y los diversos números daban una mezcla única de acciones (verbos) para cada individuo, esto permitía una orientación vocacional desde el nacimiento, por lo que en cierta medida, son también considerados como libros de los destinos, generando un riguroso respeto y culto a la sabiduría encerrado en ellos.
En nuestros días se desarrolla también una lectura que se hace sobre una piel de venado o papel amate, en donde a especie de cartas del tarot se colocan los glifos y dan un resumen de la vocación de dicha carta.

 A continuación un ejemplo de cada uno de los 20 glifos
– Lagarto: representado por el ojo y la mandíbula superior de este animal, ocupa la primera posición de la secuencia de los 20 días.
– Viento: el logograma de la segunda posición es la máscara bucal del dios del Viento, que a veces puede llevar también la barba y el gorro cónico.
– Casa: en la tercera posición, aparece como una construcción con techo curvo o plano.
– Lagartija: es la cuarta posición en la secuencia y su ícono es este reptil, ya sea de cuerpo entero, destacando la cabeza, las patas y la cola, o bien sólo la cabeza. En algunos ejemplos parece más iguana, por su piel escamosa y puntiaguda
– Serpiente: en la quinta posición, este ofidio puede representarse sólo por su cabeza con lengua bífida y colmillos o bien de cuerpo entero.
– Muerte: es la sexta posición; se representa con un cráneo humano de perfil.
– Venado: la séptima posición es la cabeza de este animal y, por lo general, se marca su cornamenta.
– Conejo: es la octava posición; su logograma es la cabeza de este pequeño mamífero, en la que destacan las orejas largas y sus dos incisivos; en algunos casos aparecen líneas negras indicando su pelaje.
– Agua: es la novena posición de la lista y su logograma es una corriente acuática; puede aparecer en sus terminaciones con caracoles y conchitas.
– Perro: es la décima posición y se representa por medio de la cabeza de este cánido; resaltan la lengua de fuera y los colmillos.
– Mono: es la décimo primera posición y su logograma es la cabeza de este animal, en la que destacan una orejera como adorno y un copete en la parte superior de la cabeza.
– Hierba: décimo segunda posición; está representada por una mandíbula humana descarnada con plantas y otros atributos de la deidad 9 Hierba.
– Caña: el logograma de la decimotercera posición son los carrizos utilizados como astas para la elaboración de las flechas o lanzas.
– Jaguar: en décimo cuarta posición; se representa con la cabeza con manchas negras de este felino.
– Águila: el logograma de la decimoquinta posición se indica, por lo general, con la cabeza de esta ave, aunque existen ejemplos de cuerpo entero. Una característica son sus plumas separadas en el contorno de la cabeza.
– Zopilote: la décimo sexta posición se representa con la cabeza de este pájaro; una de sus características es el pico alargado y la cabeza lisa o con plumas muy juntas.
– Temblor: el logograma de la décimo séptima posición es la representación de la tierra y su movimiento por medio de un esquema del espacio mesoamericano con los cuatro rumbos y el centro.
– Pedernal: es la décimo octava posición y se indica por un cuchillo de piedra de sílex en colores rojo y blanco.
– Lluvia: el logograma de la décimo novena posición lleva los atributos de la deidad de la lluvia, anteojera, bigotera y largos colmillos.
– Flor: representa la vigésima posición con un elemento vegetal con tres volutas en forma de pétalos.


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