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Teología de la Liberación Parte 5 / De 1972 a 1979.

En 1972 el Instituto Fe y Secularidad de la Compañía de Jesús, dirigido desde ese año por José Gómez Caffarena, organizó entre los días 8 al 15 de julio el Encuentro de El Escorial (España) en el que por primera vez los teólogos latinoamericanos que estaban empezando a dar forma a la teología liberación se encuentran con sus pares europeos para intercambiar experiencias y puntos de vista.

Participaron entre otros Gustavo Gutiérrez, Enrique Dussel, Hugo Assmann, Juan Carlos Scannone, José Comblin, Renato Poblete, Segundo Galilea, Juan Luis Segundo, el teólogo español Cecilio de Lora, entre otros. Como resultado del encuentro se publicó el libro Fe cristiana y cambio social en América Latina: Encuentro de El Escorial.

También en 1972 Leonardo Boff asume la dirección de la Revista Eclesiástica Brasileira (REB) conformándola como uno de los principales medios de difusión de la teología de la liberación.

En 1973 se crea la Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia en América Latina y el Caribe (CEHILA), organización ecuménica presidida por Enrique Dussel, teólogo argentino fundador de la Filosofía de la liberación, que debido a la persecución de la dictadura se exilió en México, adoptando esa nacionalidad.

Dussel había escrito en 1967 un libro para repensar la historia de la iglesia desde una perspectiva latinoamericana y luego, a partir de los estudios de la CEHILA, publicaría en 1983 la primera edición de Historia de la Iglesia en América latina, «primer intento de reorientar la lectura de la historia eclesial desde la praxis de la liberación».

Ese mismo año el brasileño Hugo Assmann publica su obra Teología desde la praxis de la liberación, en la que acentúa la necesidad de la participación de los cristianos para realizar una revolución «por ellos y con ellos», definiendo al cristianismo no como una religión sino como «un movimiento religioso».

En septiembre de 1973 se produjo un golpe de Estado en Chile instalándose una dictadura liderada por Pinochet que torturó, fusiló, asesinó o hizo desaparecer a varios sacerdotes, entre ellos el cura obrero Joan Alsina, Gerardo Poblete, André Jarlan, Antonio Llidó, Miguel Woodward y Wilfredo Alarcón.

En mayo de 1974 fue asesinado en Argentina el cura villero Carlos Mugica, iniciando una lista de más de cuarenta religiosos y religiosas torturados, secuestrados, asesinados o desparecidos a partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, entre ellos el obispo de La Rioja Enrique Angelelli -uno de los fundadores de la teología de la liberación-, Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville, las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet y la masacre de los curas Palotinos.

Estos últimos han sido designados mártires por su orden. En 2006 Jorge Bergoglio inició los trámites de canonización de estos últimos y en 2011 del sacerdote Murias.

En 1975 se realizaron el I Encuentro de Teólogos de la Liberación en México y el Encuentro de Detroit, con especialistas y religiosos de Estados Unidos y Canadá.

En 1976 se realizó el Encuentro de Dar es Salaam de la que nació ASETT/EATWOT (Asociación Ecuménica de Teólogas y Teólogos del Tercer Mundo), una agrupación de estudiosas y estudiosos de diversas iglesias cristianas de Asia, África y América Latina, que edita la revista Voices from the Thirld World.

Entre los trabajos publicados en el período se destacan Jesucristo liberador (1975) del sacerdote brasileño Leonardo Boff y Cristología desde América latina (1976) del sacerdote vasco radicado en El Salvador Jon Sobrino, ambos sobre una cristología elaborada desde la praxis histórica latinoamericana y la perspectiva de los pobres.

En 1977 el destacado teólogo alemán Karl Rahner publicó su libro Befreiende Theology en cuyo prólogo defiende la validez universal de la teología de la liberación diciendo que «la teología de la liberación nos ha abierto los ojos a la injusticia estructural. Cosa que no aparecía antes en nuestros libros de moral y que es importantísima».

El padre Ernesto Cardenal fue uno de los sacerdotes que integraron el primer gobierno de la Revolución Sandinista en Nicaragua. y uno de los referentes de la Teología de la Liberación.

Escribió El evangelio de Solentiname (1983) y protagonizó un fuerte enfrentamiento con Juan Pablo II.

El 12 de marzo de 1977 fue asesinado en El Salvador el padre jesuita Rutilio Grande, junto con Manuel Solórzano y el adolescente Nelson Lemus. El Padre Tilo, como era conocido, había establecido las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) en ese país y creado el movimiento campesino de Delegados de la Palabra de Dios, muy cuestionado por los terratenientes y sectores conservadores de la Iglesia católica. Un mes antes de su asesinato había denunciado públicamente la persecución de religiosos en lo que luego se conoció como Sermón de Apopa:

Queridos hermanos y amigos, me doy perfecta cuenta que muy pronto la Biblia y el Evangelio no podrán cruzar las fronteras. Sólo nos llegarán las cubiertas, ya que todas las páginas son subversivas—contra el pecado, se entiende. De manera que si Jesús cruza la frontera cerca de Chalatenango, no lo dejarán entrar. Le acusarían al Hombre-Dios… de agitador, de forastero judío, que confunde al pueblo con ideas exóticas y foráneas, ideas contra la democracia, esto es, contra las minorías. Ideas contra Dios, porque es un clan de Caínes. Hermanos, no hay duda que lo volverían a crucificar. Y lo han proclamado.

P. Rutilo Grande

Ese mismo año, el 12 de mayo de 1977 fueron asesinados también en El Salvador el padre Alfonso Navarro y el adolescente Luis Torres.

En marzo de 1979 se realizó en Puebla la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en un momento en que la mayoría de la población latinoamericana vivía bajo cruentas dictaduras y con la presencia de Juan Pablo II, a menos de cuatro meses de haber asumido su papado.

El Documento de Puebla recoge los aportes provenientes de la teología de la liberación e incluye por primera vez el principio de la «opción preferencial por los pobres», principio central de esta corriente teológica, al que le dedica una sección.

En el documento se usa la palabra «pueblo» trescientas sesenta y ocho veces y la palabra «liberación» setenta y seis veces, además de dedicarle una sección también al tema «Evangelización, liberación y promoción humana».

Los principales teólogos de la liberación se manifestaron muy conformes con Puebla. Para Comblin «que Puebla haya ratificado la línea de Medellín es un hecho histórico de profundas consecuencias»; para Dussel «Puebla ha significado un paso adelante de Medellín»; Clodovis Boff dijo que «si para la Iglesia latinoamericana Medellín fue un bautismo, Puebla es una confirmación».

Cuatro meses después de Puebla, el 19 de julio de 1979 triunfa la Revolución Sandinista en Nicaragua con una importante compromiso de la Iglesia católica nicaragüense comprometida con la teología de la liberación, al punto que entre los combatientes caídos en combate se encontraba el sacerdote Gaspar García Laviana y entre las máximas autoridades del gobierno revolucionario los sacerdotes Ernesto Cardenal, Fernando Cardenal, Edgard Parrales y Miguel d’Escoto.

Como resultado de esa experiencia Ernesto Cardenal escribiría en 1983 su libro El evangelio de Solentiname, que alcanzó una gran difusión y tuvo gran influencia en la teología latinoamericana.

Ese mismo año Gustavo Gutiérrez publica en español el libro La fuerza histórica de los pobres donde destaca la irrupción de los pobres como «sujeto activo de su proceso liberador», mientras que Leonardo Boff publica en portugués O rosto materno de Deus: ensaio interdisciplinar sobre o femenino e suas formas religiosas (El rostro materno de Dios: ensayo interdisciplinario sobre lo femenino y sus formas religiosas), que será publicado en español al año siguiente.


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