sab 14 may 22 / En Coyomeapan continúan los crímenes y las mentiras del cacicazgo de los Celestino.
Al cierre de esta entrega se reporta el deceso de tres personas en un enfrentamiento armado ocurrido en el paraje de Cotbazaltco, límites entre Zoquitlán y Coyomeapan, corazón de la Sierra Negra poblana.
El hecho ocurrió la tarde del lunes 9 de mayo y hay dos versiones.
A las pocas horas de los sucesos el Secretario de Seguridad Pública Daniel Iván Cruz Luna afirma que elementos de la policía estatal fueron atacados por un grupo de civiles armados que viajaban en una camioneta roja.
Por su parte el movimiento de resistencia social de Coyomeapan afirma que los civiles fueron blanco de un ataque de los uniformados.
Sin confirmación por parte de las dependencias oficiales trasciende que en el hecho murieron tres personas; los adultos Teófilo Barrera Arellano, Marcelo Carrera Reyes y un adolescente, Omar Herrera Raymundo de 15 años de edad.
También de manera extraoficial se asegura que hay siete heridos, dos de ellos de gravedad, los profesores Lauro Gil Arguelles y Marco Antonio Solís.
Todos son atendidos en el Hospital General El Riego de Tehuacán.
EL POSICIONAMIENTO DEL GOBERNADOR BARBOSA HUERTA Y EL TEMA DE FONDO: EL HARTAZGO SOCIAL FRENTE A ONCE AÑOS DE CACICAZGO.
La mañana del martes 10 de mayo el gobernador Barbosa Huerta abordó el tema del conflicto en Coyomeapan.
Aseguró que “hay que mantener el Estado de Derecho, no para reprimir”. Reconoció que los hechos son “un tema de origen político” y agregó que “hay un conflicto que hay que resolver políticamente”.
Exhortó a “impedir que se propale la impresión que solo a través de las armas se van a resolver los asuntos sociales”.
Lo cierto es que el conflicto poselectoral de Coyomeapan llegó a su punto crítico, a un punto sin retorno.
A partir de este momento se deben tomar medidas contundentes.
O de lo contrario seguirá corriendo la sangre en ese municipio.
El origen de toda la efervescencia y el hartazgo social deriva del cacicazgo de los hermanos Celestino Rosas.
Esta es la historia de un grupo que raya en conductas turbias.
Originarios de la comunidad de San José Las Minas, municipio de Santiago Miahuatlán, Araceli y David Celestino llegaron a Coyomeapan el año 2010.
Entonces se decían priistas y gracias a los acuerdos que tendieron con el entonces presidente del Comité Directivo Estatal Alejandro Armenta Mier les fue entregada la candidatura a la presidencia municipal.
Ante la derrota de López Zavala de inmediato tendieron puentes con el morenovallismo, pero siguieron en el tricolor.
Pero sobre todo rápidamente se convirtieron en un cacicazgo. A la par, el municipio de Coyomeapan presenció una serie de crímenes que hasta la fecha permanecen impunes.
En 2013 su grupo postuló a Araceli Celestino a la alcaldía bajo las siglas del tricolor; en aquel municipio serrano el voto duro les volvió a favorecer y así mantuvieron el control de la región bajo todo el cuatrienio.
Pero en 2018 dieron un giro y David Celestino se volvió a registrar, pero como candidato de Nueva Alianza. Ese año sirvieron por entero -en cuerpo y alma-, a los intereses de Martha Erika Alonso; gracias a todo el aparato estatal obtuvieron la presidencia de Coyomeapan por tercera ocasión.
Pero para entonces el hartazgo social ya era enorme.
Con dificultades David pudo conducir su trienio.
En 2021 colocaron al nayarita Rodolfo García López -esposo de Araceli Celestino-, como candidato del Partido del Trabajo (PT).
Querían obtener su cuarto periodo consecutivo y entonces se desató el mayor acto de resistencia civil que se haya visto en la Sierra Negra.
Los grandes sectores de la población rechazaron el supuesto triunfo electoral del emisario del cacicazgo; tomaron la presidencia municipal y las oficinas donde se encontraban los paquetes electorales.
El edil David Celestino -siempre rodeado de pistoleros y guaruras-, tuvo que salir corriendo de la alcaldía ante la muchedumbre de tres mil pobladores que tomaron el inmueble sin romper un solo vidrio.
Desde la noche del 6 de junio de 2021 comenzó un enorme acto de resistencia civil que llega hasta el día hoy.
Han pasado 12 meses y la dignidad del pueblo de Coyomeapan no se ha quebrado.
Al contrario; cada día se ve más fortalecida al impedir que el cacicazgo pueda regresar.
La noche del 16 de diciembre de 2021 un grupo de sicarios pretendió entrar al municipio; para intimidar a la población hicieron detonar granadas de fragmentación.
Empero el pueblo no se dejó amedrentar.
Araceli Celestino solicitó una audiencia con el Secretario de Gobernación Adán Augusto López y le pidió la ayuda de la Guardia Nacional para recuperar el municipio.
El funcionario no le dio respuesta concreta.
“CUANDO SE QUIERE COMPETIR CONTRA LA REALIDAD, LA REALIDAD SIEMPRE GANA”.
El destacado periodista Rafael Cardona tiene una frase extraordinaria: “Cuando se quiere competir contra la realidad, la realidad siempre gana”.
Hoy Araceli Celestino se quiere presentar como una “intelectual” de la política; una defensora del litio y de las reformas lopezobradoristas.
Nada más alejado de la realidad.
Los Celestino pertenecieron al PRI de Mario Marín; fueron serviles al PAN de Martha Erika Alonso y ahora están cómodamente recostados en el sofá de Morena.
Pero sobre todo los pobladores indígenas de Coyomeapan conocen el verdadero rostro de un cacicazgo que tiene nexos con grupos criminales.
Solo baste recordar que David Celestino Rosas fue socio y compañero de fórmula de Ignacio “Nacho” Salvador.
Esas amistades nos dicen todo que necesitamos saber.
En este contexto la tarde del 9 de mayo la violencia se desató.
Hoy Coyomeapan requiere una solución contundente y determinante como puede ser un proceso electoral extraordinario que permita el ascenso de un Cabildo con auténtica legitimidad.
O la instalación de un Concejo Municipal ajeno al cacicazgo.
De lo contrario los derramamientos de sangre continuarán.
Desde este momento lo podemos asegurar.
TEHUACÁN: BESTIAL ASESINATO CONMOCIONA A LA CIUDAD.
Linda Valdez Hernández era estudiante de enfermería.
La mañana del miércoles 11 de mayo su cuerpo fue encontrado en un bar clandestino ubicado en la calle Josefa Ortiz de Domínguez número 525, entre 7 y 5 Sur.
En el lugar opera ese antro clandestino tolerado por la corrupción que priva en el Ayuntamiento de Tehuacán.
Desde hace cinco meses el lugar fue denunciado por vecinos de la zona.
Sin embargo las corporaciones del Ayuntamiento nunca atendieron los reportes ciudadanos.
La madrugada del 11 de mayo que ocurrió el crimen los vecinos reportaron al número 911 un fuerte escándalo y gritos.
Pero la Policía Municipal nunca llegó.
Familiares de Linda declararon que la necropsia arrojó que fue asesinada a golpes.
La víctima fue sentada en una silla, donde la ataron de las manos y en esa posición fue golpeada hasta quitarle la vida.
Recibió golpes en la región abdominal que le causaron estallamiento de páncreas, hemorragias internas en estómago e intestinos.
También presentó traumatismo craneoencefálico.
Con algún objeto contundente -un tubo o un martillo-, recibió golpes en la cabeza que le causaron fracturas en el cráneo y por los impactos quedó desnucada.
Su cuerpo presentaba la cabeza hacía atrás porque tenía la nuca rota.
La madre de Linda Valdez Hernández acusa que el homicida es un sujeto llamado Juan Carlos N. a quien señala como un tipo relacionado con conductas violentas.
En el medio de los antros, cantinas y bares a Juan Carlos le apodan “El Pez”, llamado así porque le consideran un “pez gordo” ya que tiene relaciones con autoridades de diferentes niveles.
La misma familia de la víctima señala que Juan Carlos N. presentaba manchas de sangre en la camisa.
Familiares acusan que los agentes del Ministerio Público que llevan la investigación permitieron la liberación del agresor.
En el lugar se encontraron drogas y diferentes evidencias que lo señalan como el feminicida.
Sin embargo fue liberado por agentes del Ministerio Público.
A este grado llega la descomposición que padece Tehuacán.
Redacción: Orbe, Bufete de Comunicación.
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