Lic. Erika Rodríguez Carvajal
Psicoterapeuta
¡Buen día! Espero hayan tenido una excelente semana.
Estos días, he estado reflexionando mucho acerca del proceso del perdón, y/o reconciliación. Ya que desafortunadamente en muchas ocasiones vivimos amargándonos la existencia guardando en nuestro corazón, momentos desagradables o personas que nos han hecho daño. Dejamos de disfrutar el presente por estar ahogados en el pasado, vemos pasar a nuestro lado las oportunidades para ser felices y nos las tomamos porque estamos “amarrados” a mi cuerda del pasado, donde según yo estoy “seguro”.
Creo el perdón libera, no a la persona que nos hizo daño, sino a nosotros mismos, los libera de ese veneno que no permite disfrutar nuestra existencia, Recordemos que: El hombre es no solo responsable de lo que hace, sino también de lo que es. En definitiva el hombre llega a ser lo que él ha hecho de si mismo.
La vida es maravillosa pero en algunas ocasiones también nos duele profundamente.
La existencia tiene sentido bajo cualquier circunstancia ¿Cómo encontrar sentido y esperanza ante el dolor y el sufrimiento del mundo? Este es el reto de nuestra generación. La búsqueda espiritual se ha vuelto una necesidad urgente del hombre actual.
Como lo dije anteriormente tenemos que sanarnos de lo que nos duele y para ello hay que reconciliarnos con nosotros mismos, con nuestro pasado y con las personas que aún sin querer nos hicieron daño.
La reconciliación, que no es lo mismo que el perdón. La finalidad de la reconciliación es lograr la paz interna a un nivel personal e individual.
La Logoterapia promueve el encuentro humano, sin embargo, antes de estar con el otro primero tenemos que elaborar un encuentro interno y profundo con nuestro propio ser. Saber quienes somos, hacia donde queremos ir y cual es nuestro propósito.
“Si los hombres no siempre pueden conseguir que la historia tenga sentido, siempre pueden actuar de tal forma que sus propias vidas lo tengan”.
La Logoterapia ve al hombre como un ser tridimensional: con cuerpo, mente y espíritu, al mismo tiempo lo comprende como unidad indivisible, que le otorga a la persona su valor y unicidad.
El proceso de reconciliación tiene que abarcar las tres dimensiones: me reconstruyo en lo físico, es decir si algo no esta funcionando desde mi parte física, tenemos que revisar que es lo que esta pasando y si ese malestar físico no esta relacionado con algo psicológico. (que es muy probable). Me recupero en lo psicológico, si tengo creencias o situaciones que han lastimando mi parte psicológica, y/o emocional, tengo que ir “recuperándome” de eso que me dolio que aún me duele. Me reconcilio desde mi parte espiritual, es decir reconciliarme con mi pasado, con mi historia, darle un nuevo significado, buscándole un “para que” y no un porque, ya que talvez para el porque no tendremos respuestas, pero para el “para que” nosotros los descubriremos y le daremos un nuevo significado, basándonos en valores como el amor a los demás a mi mismo y Dios, en el respeto a mi unicidad y la individualidad e historia de los otros.
El hombre está capacitado para realizar este proceso, desde su libertad de elección, su voluntad, su potencial creativo y su respuesta, la reconciliación parte de una decisión personal.
Cuando nos sentimos perdidos e indiferentes con nuestra vida, es el momento de ampliar nuestra mirada y emprender un camino de regreso a casa. Todo camino de sanación es solamente un regreso al refugio y al contacto con el amor. Amarse a uno mismo es el primer paso hacia la libertad
¿Cómo cultivar la valentía y la libertad de amar?
Para que el amor pueda expresarse y fluir en nuestra vida es necesario liberarse de los tóxicos remordimientos y resentimientos a los que nos hemos aferrado. Liberarnos del ego vigilante y soberbio, nuestro constante reto en la vida es confrontar nuestra decisión de amor ante el temor.
El miedo oprime, paraliza y esclaviza al ser humano, la desconfianza es la raíz de todo miedo.
Para el proceso de reconciliación hay ciertos momentos por los que generalmente se recomienda pasar:
• Reflexión: despertar de la conciencia (me doy cuenta que me doy cuenta).
• Reconocimiento: poder ver la realidad tal y como es.
• Resignificación: la experiencia negativa puede ser transformada en un recurso mediante la capacidad del hombre de transformar el dolor en amor, el sufrimiento incrementa nuestra fortaleza, flexibilidad y capacidad de respuesta.
• Reparación: la reconciliación es unir lo que está separado, reparar la huella de abandono o carencia en nuestra vida.
• Renovación: la vida empieza a fluir a través de nosotros como una fuente de sabiduría, empatía y comprensión.
• Reencuentro: al encontrar la paz interior estoy en la disponibilidad de encuentro y servicio para la vida.
Quiero compartirles algunos proverbios que van relacionados con este tema de la reconciliación y/o perdón. Es sabiduría pura ya que son la palabra de Dios: Cuida tu mente más que a nada en el mundo, porque ella es fuente de vida. El odio (resentimiento) provoca peleas, pero el amor perdona todas las faltas. El que es compasivo se hace bien a sí mismo, pero el que es cruel provoca su propio mal. El orgullo sólo provoca peleas, la sabiduría esta en los humildes (proverbios)
¡Que Dios les bendiga y que tengan un excelente fin de semana!
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