Literalmente significa serpiente emplumada, pero su nombre realmente nos lleva a significados más profundos.
La serpiente representa el ser material que se arrastra por la tierra, y el ave de finas y bellas plumas o quetzal que representa al espíritu, lo más bello, que se eleva hasta perderse entre el sol y el cielo.
Es el símbolo de lo que debe anhelar todo ser humano, la fusión de su materia con su espíritu, es la conciencia y claridad plena llevada a la vida diaria
En todas las civilizaciones han surgido diversos seres iluminados y que han sido reverenciados y también juzgados por la sociedad que les rodea.
Estos seres como Buda, Krisna, Jesucristo y Quetzalcóatl daban un mensaje muy semejante aún a infinitos tiempos y distancias
Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl, nació en Amatlán, hoy Tepoztlán, Morelos, en el año 947. Su nacimiento estuvo rodeado de milagros: Fue anunciado a su madre por un pez, cuando ella aún era virgen y, en cuanto nació, las parteras trataron de matarlo arrojándolo al agua, pero el niño sobrevivió y fue criado en secreto por sus abuelos. El gran profeta de Anáhuac, era reconocido en toda Mesoamérica, desde el sur del actual Estados Unidos hasta Centroamérica, caminó por cada aldea y ciudad dejando sus mensajes y prometiendo volver.
A continuación comparto contigo algunos de los consejos que Quetzalcóatl nos dejó, llamados también “huehuetlatolli” (palabra antigua).
Su filosofía está basada en el “in ixtli in yolotl”, un rostro y un corazón.
1. “Sé moderado y austero. Verifica que los demás coman primero; entonces toma agua y lava sus manos y sus bocas. Que, no por ser noble, perderás tu nobleza ni caerán los jades, las turquesas de tus manos llenas”.
2. “Amaos los unos a los otros, ayudaos entre ustedes en la necesidad con la manta, la joya, el salario y el alimento. Pues no es verdad y no es cierto si desprecias a quienes te rodean”.
3. “Da limosna al hambriento, aunque tengas que quitarte tu comida. Viste al que va en harapos, aunque tú mismo te quedes desnudo. Socorre al que te necesita, aún a costa de tu vida. Mira que es una es vuestra carne y una vuestra necesidad”.
4. “Bueno es que te mantengas por ti mismo. Crea, trabaja, recoge leña, labra la tierra, siembra nopales. Con eso beberás y te vestirás. Pues honra y enaltece el trabajo duro.”
5. “Si se dice que hay heredero al trono, he aquí cómo mostrará su condición: Si baja su cabeza con humildad y si mira al pobre con especial consideración, se le infunden respeto su mísero ceñidor, su manto raído. Si encontrando en el camino a una anciana, un anciano, le dice “Padre mío, mi abuela: que la paz te encamine, que no tropiece tu pie”.
6. “Acércate al que es modelo y ejemplo, pauta y señal, libro y pintura; a la persona honorable y de buena fama, a la condición social, la luz, la antorcha, el espejo”.
7. “Acércate a quienes por todas partes van haciendo lo excelente, dando brillo, dejando lo bueno, imponiendo orden con prudencia, alegría y serenidad. A quienes son cofre y caja, sombra y abrigo, gruesa ceiba, sabino generoso que da brotes y se yergue poderoso, firme”.
8. “En cambio, huye de estos sitios: El festín, el río y el camino. No te detengas ahí, porque ahí está y ahí habita el gran devorador: la mujer ajena, el esposo ajeno, la falda, la camisa ajena”.
9. “El tolteca es sabio, es una lumbre, una antorcha, una gruesa antorcha que no ahúma. Hace sabios los rostros ajenos, les hace tomar corazón. No pasa por encima de las cosas: se detiene, reflexiona, observa”.
10. “Escucha: La cortesía, la modestia, la humildad, el llanto y el esfuerzo te harán noble, amado, enaltecido. Escucha: Ningún soberbio, jactancioso o desvergonzado llegó jamás al reino”.
Como podemos ver nada alejado a lo que las religiones y diversas culturas de tradición nos dicen, al final todo es semejante y positivo para un desarrollo armónico en la sociedad.
Uno de los símbolos emblemáticos de Quetzalcóatl era una cruz + que representaba los 4 rumbos y los movimientos de los brazos de la galaxia entre otras cosas.
Posteriormente a la llegada de los españoles se dijo que Quetzalcóatl era un hombre alto blanco y barbado, hasta se llegó a decir que era de ojos azules, nada más alejado de la realidad, esto con el fin de hacer creer que era un monje o algún apóstol que había venido a evangelizar previniendo la llegada de la conquista, y se aprovechó también el símbolo de la cruz para fusionarla con el simbolismo cristiano y hacer más fácil la conversión de los indígenas.
Fuente: Libro IV Códice Florentino; Huehuetlahtohllii, testimonios de la antigua palabra de Miguel León Portilla.
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