Movimientos sociales
Otra inspiración para la teología de la liberación latinoamericana fue la lucha por los derechos civiles, que a su vez ganó derechos para los negros de Estados Unidos liderada por Martin Luther King (1929-1968).
A su vez una teología de la liberación negra ha sido desarrollada por James H. Cone y otros.
En Sudáfrica se desarrolló una vigorosa teología de la liberación negra en la lucha contra el apartheid.
En Asia la teología «minjung» (coreano: «de la masa popular»), o la teología campesina en Filipinas (expuesta por Charles R. Avila), han sido expresiones relacionadas con la teología de la liberación latinoamericana. Según Gustavo Gutiérrez, en las diferentes confesiones cristianas, surgieron en diferentes lugares, reflexiones que a partir de sus respectivas tradiciones asumieron la óptica liberadora inspirada en el mensaje del Reino de Dios, por el impulso que provocan las realidades de opresión, frente a las cuales la conciencia cristiana propone la radicalidad del Evangelio.
La teología de la liberación tiene diversas ramas que focalizan de manera diferente aspectos de las praxis sociales, como sucede con la adopción de la categoría de «lucha de clases», o con la noción de «pueblo» que dio lugar a la rama conocida como Teología del pueblo, la influencia de las experiencias democráticas latinoamericanas, el feminismo y las cuestiones de género que dio lugar a la teología feminista, el racismo, etc.
Teoría de la dependencia y Pedagogía del oprimido.
Diversos estudiosos destacan los vínculos de la teología de la liberación con la Teoría de la dependencia y la Pedagogía del oprimido. Las tres corrientes surgieron en América Latina más o menos al mismo tiempo y con relaciones mutuas.
La Teoría de la dependencia es una corriente de pensamiento económico-política, surgida en el ámbito de la CEPAL, a partir de una crítica de la teoría económica del desarrollo y el subdesarrollo, que sostiene que ambas situaciones no son estadíos sucesivos de un proceso continuo, sino que el subdesarrollo es una situación estructural causada por una organización injusta y desigual del sistema económico mundial, en beneficio de los países poderosos ubicados en el centro y en perjuicio de las naciones dependientes ubicadas en la periferia.
La Pedagogía del oprimido es una corriente de pensamiento pedagógico-político surgido a partir de los trabajos del educador brasileño Paulo Freire, que sostiene que la educación, la enseñanza y la cultura están influidas por procesos, mecanismos e instituciones opresivas en perjuicio de amplias capas populares y que por lo tanto es necesario desarrollar políticas y acciones pedagógicas que contribuyan a la liberación de los oprimidos.
Colombia.
Seminario Mayor de Medellín donde se realizó en 1968 la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.
Artículo principal: II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano
La teología de la liberación adquirió su estatuto eclesial en los documentos de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano de Medellín, en 1968, especialmente los de Justicia y Paz y según Edward Schillebeeckx, es el espíritu de Medellín plasmado en teología.
De 1968 a 1971
Antes de que la teología de la liberación defina su identidad entre 1968 y 1971, se habían publicado varias obras teológicas y sociológicas que comenzaron a darle forma. Enrique Dussel señala que la primera fue el libro Función de la Iglesia en la realidad rioplatense, del teólogo uruguayo Juan Luis Segundo, publicado en 1962.
En mayo de 1968 el pastor presbiteriano brasileño Rubem Alves defendió exitosamente en el Seminario Teológico de Princeton (Estados Unidos), donde se hallaba exiliado, su disertación doctoral titulada Hacia una teología de la liberación humana: una exploración del encuentro entre los lenguajes del Humanismo Mesiánico y del Mesianismo Humanista.
En junio de 1969 el sacerdote católico peruano Gustavo Gutiérrez publica un folleto con reflexiones teológicas que había formulado en una conferencia dada en Chimbote en 1964 y lo titula Hacia una teología de la liberación.
Así se puso en marcha una corriente teológica bajo el signo de la liberación, que tendría una amplia difusión en América Latina pero también importantes manifestaciones en Estados Unidos y Canadá y el resto de los continentes. Alves publicó su tesis en 1969 bajo el título -cambiado por la editorial- de Una teología de la esperanza humana, mientras que Gutiérrez publicó su concepción en 1971 con el título Teología de la liberación: perspectivas.
El libro de Gutiérrez fue traducido al inglés en 1973 y para 1975 ya había alcanzado siete ediciones en varios países. El libro de Alves fue censurado por la dictadura en Brasil y recién fue publicado en portugués en 1985.
En 1969 en Argentina los teólogos Lucio Gera, Rafael Tello y Justino O’Farrell influyen en la Declaración de San Miguel del Episcopado argentino, dando nacimiento a la Teología del pueblo, una de las vertientes más importantes de la teología de la liberación, que influiría fuertemente en el padre Jorge Bergoglio. En noviembre de ese año Gera redacta el Documento del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, frente al gobierno de Juan Carlos Onganía, por el cual el MSTM enfrentó al dictador que gobernaba Argentina en ese momento llamando a «poner en marcha un proyecto liberador» inspirado en el mensaje del evangelio. En Uruguay, el teólogo protestante Julio de Santa Ana, referente del movimiento Iglesia y Sociedad en América Latina (ISAL) fundado en 1961, publica su primer libro, Cristianismo sin religión.
En 1970 Rubem Alvez publica en Montevideo en español Religión: ¿opio o instrumento de liberación?, prologado por uno de los grandes pensadores protestantes, el argentino José Míguez Bonino, quien ya en 1967 había abierto la puerta de ecumenismo con su libro Concilio abierto: una interpretación protestante del Concilio Vaticano II. En julio de ese mismo año se realiza en Buenos Aires una reunión de biblistas sobre el tema «Éxodo y liberación» y en agosto el obispo argentino Eduardo Pironio -que liderará una de las corrientes del movimiento- presentó su enfoque en un artículo titulado «Teología de la liberación». Ese año en Argentina también aparece Montoneros, una organización guerrillera católica y peronista a la que pertenecieron varios sacerdotes y que incluso tuvo un capellán castrense, el sacerdote asuncionista Jorge Adur.
En 1971 el mexicano Porfirio Miranda publica su libro Marx y La Biblia, en tanto que en Chile un grupo de laicos y religiosos crean Cristianos por el Socialismo (CpS), una agrupación política confesional enmarcada por la teología de la liberación que buscaba comprometerse con el proceso democrático que llevó a Salvador Allende a ser elegido presidente en 1970, cuyo documento de lanzamiento en abril de ese año fue conocido como Declaración de los Ochenta, debido a los ochenta sacerdotes que lo firman.
CONTINUARÁ.
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