Tener una pareja organizada, que recuerde citas, compromisos y vencimientos puede ser una bendición, salvo cuando en realidad no lo es.
Para la personalidad controladora tiempos y formas son muy importantes de respetar; todo ha de ser a su manera porque es lo que les da tranquilidad temporal y una sensación de que todo está bajo su control. No lo hacen porque lo disfruten, sino porque en realidad quieren dejar de sentir esa sensación que los hace sufrir.
¿Qué es una pareja controladora?
• Es una persona que vive conforme a estándares y expectativas muy rígidos, perfeccionistas y obsesivos, buscando que los demás también lo hagan dictando la forma “correcta” de hacer las cosas y alterándose ante cualquier desviación de esas expectativas.
¿Cómo actúa?
• Te pide que le ayudes pero nunca queda del todo conforme porque no lo haces bien.
• Además si no lo haces de inmediato se molesta, lo acaba haciendo por sí mismo/a, pero termina reprochándote.
• Cuando vas manejando, constantemente te hace comentarios sobre tu forma de hacerlo y además quiere dirigir las rutas.
• Incluso puede ofrecerse “amablemente” a manejar en tu lugar.
• Siempre quiere llegar a tiempo a todas partes, está listo/a mucho antes, se angustia pensando que llegarán tarde y se molesta mucho cuando sucede, especialmente si pasa porque “tú no te apuraste”.
• Siempre te está dando consejos no solicitados acerca de lo que debes hacer o cómo resolver todo tipo de problemas.
• Incluso muchas veces prefiere hacer las cosas por ti si ve que no puedes. No con el afán de ayudarte en realidad, sino de que las cosas se hagan rápido.
• Tiene lugares y formas muy específicas de guardar la ropa, cubiertos y utensilios. En casos extremos lo hace por tamaños o colores.
• Planea con detalle las vacaciones, festejos y reuniones. Dicta dónde se sentará cada quien y cuida hasta el más mínimo detalle.
• Por supuesto no puedes por ningún motivo tocar nada antes que los invitados lleguen.
• Quiere saber qué va a pasar y no le hace muy feliz ni las sorpresas ni lo espontáneo.
¿Por qué una persona es así?
• Es un mecanismo de defensa de una persona que necesita tener el control de todo lo que pasa a su alrededor para evitar exponer su vulnerabilidad y entrar en un estado de angustia e indefensión infantiles.
• Esto se deriva de una infancia en ambientes caóticos, padres ansiosos o muy demandantes.
• De alguna manera es como si su “yo niño” tratara de alertar al tuyo que te portes bien para que los adultos no se enojen.
• Trata de hacer cambiar a los demás para evitar cambiar ellos.
• Es como si tuvieran su propia personalidad sujeta con delgados hilos y cualquier movimiento brusco los pusiera en riesgo de venirse abajo. De esa misma manera, nada ni nadie debe alterarlos o contradecirlos y sí deben adaptarse a sus maneras.
• Hay otros pocos casos en que la persona no necesita, sino que disfruta ejercer un poder circunstancial que tiene y obliga a los demás a hacer su voluntad.
• Los identificas porque están en posiciones de autoridad y más que ansiedad, necesidad o frustración, reflejan enojo, pero no siempre inmediato, sino que tienen tiempo de planear su venganza.
¿Es una enfermedad?
• Digamos que en casos extremos puede ser un trastorno o patología, porque va muy ligado a la ansiedad.
• Afecta a otras personas que conviven con el controlador y la calidad de las relaciones de éste con los demás.
¿Cómo afecta a la relación?
• Se vuelven personalidades persecutoras que tratan de regular las actividades y tiempos de la pareja.
• Viven molestos con su pareja porque no pueden entender por qué algo que es tan “importante”, como la responsabilidad y el orden, parece no importarles.
• Olvídate de invitar amigos a cenar o decirles que hay invitación de última hora para salir. Entrarán en pánico por no tener “nada que ponerse” o al menos querrán saber con todo detalle el lugar al que irán.
¿Por qué no hacen algo para cambiar?
• Muchos no se ven como controladores y creen que ser así es lo correcto
Argumentan que están siendo organizados, ordenados, serviciales o responsables o que actúan por sentido común.
TAGS