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Orbe / La clase empresarial de Tehuacán debe reflexionar sobre su presencia social.


En este editorial no hay dolo alguno.

Solo es un llamado a la reflexión.

Conocemos a todos los miembros de la clase empresarial de Tehuacán y con la gran mayoría de ellos tenemos una relación de respeto.

Sobre los empresarios de la ciudad se debe hacer una acotación importante.

Todos los grandes capitales de Tehuacán son limpios.

En otras ciudades como Veracruz, Cuernavaca o Guadalajara abundan empresarios que solo son la fachada, la careta de redes de lavado de dinero, ya sean flujos ilegales que salen de la política o del crimen organizado.

Esto no sucede en Tehuacán.

Los capitales locales han sido producto de una o dos generaciones de trabajo limpio.

Negocios que surgieron desde abajo y con el paso de las décadas se fueron acrecentando.

Los empresarios de la ciudad son personas de bien; hombres limpios.

No están involucrados en negocios turbios.

Pero en esta entrega vamos a abundar sobre otro hecho que es igualmente real.

También es cierto que en décadas recientes el empresariado de Tehuacán ha perdido fuerza y peso político.

Ya no tienen presencia, ni influencia.

Ya no hacen sentir su voz en la esfera estatal, mucho menos nacional.

Esto es lamentable porque ante los hechos que ocurren en Tehuacán y los graves problemas que agobian a la ciudad, la voz de los empresarios debería ser un factor de peso.

Pero ya no es así.

La actual generación empresarial adolece completamente de empuje en el terreno político.

Alguien podría señalar: “Pues son empresarios, no son políticos”.

Efectivamente así es.

Pero como gremio empresarial deberían tener un peso específico en la arena política.

Para explicar esta debilidad vamos a poner un ejemplo.

Por un momento vamos a hacer un ejercicio de imaginación.

Vamos a suponer que para la fecha en que fue baleada la señora Elsa Romero viuda de Cubillas aún viviera su tía, la empresaria Socorrito Romero Sánchez.

Supongamos que aún viviera y fuera informada de los lamentables hechos.

¿Cuál hubiera sido la reacción de Socorrito al enterarse que su sobrina fue baleada?

La legendaria empresaria inmediatamente hubiera tomado el teléfono para llamar a altas instancias políticas estatales e incluso nacionales.

Y por supuesto le hubieran tomado la llamada.

Porque ella si tenía peso político.

En pocas horas se habría lanzado un enorme despliegue policiaco a la ciudad de Tehuacán y la banda de asesinos habría caído.

Incluso el mismo Ayuntamiento de Tepole estaría en la tablita.

Hoy, ante los lamentables y dolorosos hechos, ante una carta firmada por presidentes de cámaras y asociaciones del sector privado, los empresarios han sido ignorados.

Así de plano, ignorados.

Ya no tienen peso y lo que digan en una carta que solo circuló por Whats App, nada representa.

Una carta que ni siquiera fue publicada en un medio de circulación estatal, mucho menos nacional.

La gran mayoría de las cámaras y asociaciones del sector privado –con dos excepciones–, son una caricatura.

En Puebla ni caso les hacen.

Su peso político es de cero.

Las únicas dos voces que se siguen levantando son Jorge García de la Cadena de la Asociación de Avicultores y Don Sergio Adame Flores de la Asociación de Propietarios de Bienes Inmuebles.

Olvídese de todos los demás membretes.

Su presencia es raquítica.

Y esto queda evidenciado en muchos otros aspectos, como por ejemplo el comercial.

Durante los últimos años en FIN DE SEMANA hemos señalado la necesidad de proteger al comercio local.

Pero los primeros que callan son los propios comerciantes y abarroteros.

De la Cámara de Comercio ni hablamos. Solo es una parodia.

El actual Ayuntamiento de Tepole es la administración que ha autorizado más permisos para tiendas de conveniencia y foráneas.

Pedro aprobó por lo menos diez tiendas Oxxo y quince tiendas 3B. Aunque pueden ser más.

¿Qué dijeron los comerciantes locales?

Nada, ni una palabra.

Por eso la ciudad se encuentra hundida en esta postración.

Porque nadie levanta la voz en favor de Tehuacán.

Ni en el caso de la ola delictiva, ni por la crisis sanitaria, ni en defensa de la economía local.

Y repetimos, el sector que debería tener una sólida representación son los empresarios.

Pero hoy de plano no tienen voz y tampoco peso político.

Por eso también hemos visto en los últimos años como son perseguidos con auditorías, denuncias penales, procesos judiciales, etcétera.

Han sido presionados y apretados de distintas formas.

Hemos visto a connotados y prominentes empresarios que son perseguidos como si fueran miembros de la banda de Las Bigotonas.

Esto es lamentable y debe ser motivo de una profunda reflexión.

Este editorial busca convocar a la reflexión a las mujeres y hombres que aún tienen el legítimo interés de defender Tehuacán.

Personas que cada vez son menos.

Cada vez hay menos empresarios comprometidos con la vida de Tehuacán.

Solo les preocupa lo que ocurre de la puerta de su negocio hacia adentro, pero por lo que ocurre hacia afuera no mueven un dedo.

Sin embargo nuestra labor como voz de Tehuacán está en señalar los hechos y publicarlos.

Nosotros no callaremos.

Atentamente

Fin de Semana

julio de 2024.


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