orbe 1803; sábado 30 de junio de 2018 / Urge que la sociedad despierte de su letargo de apatía.
GANE QUIEN GANE LA ELECCIÓN, URGE QUE LA SOCIEDAD TEHUACANERA DESPIERTE DE SU LETARGO DE APATÍA, INDOLENCIA E INDIFERENCIA.
Gane quien gane la elección urge que la sociedad tehuacanera despierte de su letargo de apatía, indolencia e indiferencia.
Para cuando esta edición 1803 se encuentre en las manos del lector, usted seguramente ya habrá emitido su voto.
Recibió seis boletas para elegir los siguientes cargos: presidente de la República; Senadores, Diputados Federales, Gubernatura, Diputados Locales y Ayuntamientos.
Estamos ante el umbral de una nueva era para México. Pero en Tehuacán nada sucederá mientras la sociedad no despierte de su letargo y apatía.
Y es que simple y sencillamente no puede existir una auténtica democracia sin un verdadero ejercicio de exigencias ciudadanas.
La democracia es el gobierno del pueblo, de los ciudadanos, de la sociedad. Pero esto debe ejercerse todos los días, todo el tiempo; debe ser un acto de manera permanente.
No basta con ir a votar cada tres años. El ciudadano debe serlo de tiempo completo.
Todas las sociedades del primer mundo son profundamente críticas y participativas. No puede entenderse la vida de una ciudad como Montreal, Londres o Madrid sin las exigencias de los grupos sociales que la conforman.
En nuestro país la sociedad de la Ciudad de México es altamente participativa y crítica. Y esto viene sucediendo así desde 1968 y se agudizó de manera especial luego del terremoto de 1985.
Por esa razón la actuación de los políticos tiene que adecuarse a esas exigencias.
El político no es el jinete que conduce al caballo de la sociedad, sino al contrario. Debe ser la sociedad la que conduzca, la que se levante como el jinete. Y desde ahí, desde el empoderamiento social y ciudadano deben hacerse las exigencias y los reclamos.
Pero en el caso de la sociedad tehuacanera nos encontramos únicamente con apatía, indiferencia, indolencia.
Todos critican y protestan pero en la sobremesa. Todos enfurecen pero en privado. Todos se alteran y gritan pero entre sus amigos y conocidos.
Mientras Tehuacán no tenga una sociedad participativa, verdaderamente crítica y con valor civil, simplemente nada va a pasar.
Aquí en ORBE frecuentemente publicamos una invitación para que los lectores expresen su opinión de manera libre. Pero nos encontramos a personas que nos dicen: “Yo si quiero dar mi opinión pero que no salga mi nombre… Quiero hacer una queja contra tal funcionario corrupto pero de manera anónima…”
Y así nos encontramos con decenas y decenas de personas que quieren “protestar”, pero sin dar la cara y sin su nombre.
Eso no es una sociedad participativa. Eso es una sociedad castrada, carente de valor civil; una sociedad cobarde, carente de un verdadero compromiso ciudadano.
Este es el retrato del Tehuacán de estos tiempos lamentables.
Durante el trienio de Eliseo Lezama Prieto los ciudadanos realizaron dos protestas en contra del naciente clima de violencia y criminalidad.
Luego, en este cuatrienio de Ernestina Fernández Méndez solo se hizo una marcha auténticamente ciudadana.
Es decir la participación y la manifestación social no se están incrementado. Al contrario, se han reducido.
Gane quien gane la elección la sociedad tehuacanera debe retomar el sentido y la vocación ciudadana que tuvo en otras épocas, en otros tiempos.
Sea quien sea el triunfador del proceso electoral la sociedad debe ser más organizada, participativa y verdaderamente exigente.
LA SEMANA PASADA ADVERTIMOS: LA VIOLENCIA SERGUIRÁ AUMENTANDO.
Y LOS SECTORES REPRESENTATIVOS DE TEHUACÁN, LA CLASE POLÍTICA Y EMPRESARIAL, COMO LOS MARIACHIS, SIMPLEMENTE CALLARON.
La opinión editorial de ORBE es un llamado a la sociedad. Y aunque siempre esperamos que estas opiniones tengan una respuesta, en los hechos la realidad es que Tehuacán no va hacia adelante, sino hacia atrás.
La semana pasada claramente apuntamos que luego del secuestro de un reconocido empresario la sociedad esta muy “preocupada”. Pero de su “preocupación” no pasan a ninguna acción.
Y la violencia sigue imparable, incontenible.
Éste es un breve recuento de los últimos sucesos.
VIERNES 22 DE JUNIO DE 2018 / La tarde del viernes 22 de junio un hombre que conducía un automóvil Chrysler fue perseguido por otros dos vehículos. En la calle Cerezo, entre 28 y 30 Norte de la colonia San Rafael su vehículo fue interceptado.
El masculino recibió 14 disparos de diferentes calibres.
El occiso se llamaba Edgar Carvajal Romero, contaba con 33 años de edad y era vecino del fraccionamiento La Cantera.
JUEVES 28 DE JUNIO DE 2018 / La mañana del jueves 28 fue ejecutado el ciudadano Josué Isael Hernández González, quien era trabajador de la empresa AT&T, sucursal El Paseo.
Era sobrino de Leoncio González Mendoza, expresidente municipal de San Miguel Eloxochitlán y quien actualmente es candidato al mismo cargo.
La persona se encontraba dentro de su domicilio en el fraccionamiento Mayorazgo al sur de la ciudad, cuando fue ultimado.
Cuatro sujetos se introdujeron a su vivienda y abrieron fuego en su contra. Recibió varios disparos, uno de ellos en la cabeza, a manera de tiro de gracia. Los hechos ocurrieron en la calle Geranio número 7304-A.
Estamos ante una criminalidad incontenible, imparable.
Y nada, absolutamente nada se está haciendo para detener esto. Por ello la violencia seguirá.
La semana pasada hablamos de la urgente necesidad de instalar retenes. Y simplemente le hablamos a la pared.
2018: A PUNTO DE ROMPERSE CON 30 AÑOS DE GOBIERNOS NEOLIBERALES.
La dimensión de esta jornada va más allá de un mero proceso electoral. Durante los últimos 30 años México fue gobernado por las premisas y las tesis del neoliberalismo.
Esto tuvo sus inicios en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, continuó con Ernesto Zedillo; cambió de color con las fallidas administraciones panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Pero regresó en una versión salvaje y descarnada del priismo con Peña Nieto: el sueño húmedo del mismo Salinas.
Sin embargo si se observa esta breve retrospectiva histórica podemos encontrar un hilo conductor, un factor permanente, un lugar común: todos esos gobiernos fueron profundamente incapaces de hilvanar una política social; jamás se interesaron en ofrecer un enfoque adecuado a las grandes demandas nacionales y esto los convirtió en los más impopulares de la historia contemporánea.
Si bien es cierto que el neoliberalismo es una doctrina que somete y oprime a los grandes sectores para privilegiar la economía y las finanzas de los grandes poderes globales, en algunos momentos esa tesis tuvo su faceta social.
Y fue precisamente Carlos Salinas quien creó el gran paliativo: los programas destinados a los grandes conglomerados sociales. Esto siempre tuvo la clara intención de maquillar y suavizar los efectos del neoliberalismo salvaje. Pero por algunos breves años funcionó.
Fue Salinas quien creó el llamado ‘Programa Nacional de Solidaridad’, que desembocó en la construcción de la Secretaría de Desarrollo Social. Esto representaba la alta encomienda de tejer un sistema de finanzas públicas que condujera una bolsa gigante de recursos destinados a programas sociales.
Durante ese sexenio el enfoque social aunado a un gigantesco aparato propagandístico dio magníficos resultados a Salinas. No debe olvidarse que el entonces mandatario tenía los más altos índices de popularidad a la mitad de su gobierno.
Pero luego vendría la catástrofe: el levantamiento armado en Chiapas; la crítica intelectual de Marcos y las armas contra aquella política neoliberal.
El mismo día que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio los rebeldes indígenas de una de las regiones más pobres del país se levantaban.
Pero la gran crisis del salinismo, la que lo habría de estigmatizar ante la historia, ocurrió en la colonia Lomas Taurinas de Tijuana.
El imaginario colectivo culpó al presidente del asesinato de Luis Donaldo Colosio, de la misma manera que lo hizo 20 años después con Enrique Peña Nieto por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Como si fuera una premonición, un augurio fatídico, desde entonces y como hasta ahora, el neoliberalismo lleva las manos manchadas de sangre.
Toda la labor de construir una política social que equilibrara los efectos de las privatizaciones y el desmantelamiento del país, quedaba en el olvido.
Durante los últimos 30 años hemos visto los tropiezos, los desaciertos, las pifias de una generación de presidentes neoliberales que -con mayor o menor malabarismo-, trataron de someter al país a las premisas de su doctrina.
El desgaste y el costo social de 30 años de neoliberalismo es descomunal, inmedible, incuantificable. La economía nacional está prendida con alfileres; la gobernabilidad es inexistente; la seguridad nacional colapsada.
La nación vive una catástrofe humanitaria sin parangón: el Holocausto Mexicano.
El gran impulsor, la catapulta que proyecta a López Obrador es precisamente el desastre que dejaron esos 30 años de políticas neoliberales. Y de manera particular los últimos años encabezados por el peñismo que colocaron al país en la condición de un Estado fallido.
El gran impulsor de Andrés Manuel es el desgobierno de Peña.
Todo eso está a punto de cambiar en unas horas. Por primera vez un mexicano nacionalista, ajeno a las premisas dictadas desde Washington está a punto de llegar a la presidencia de la República.
Nos leemos la próxima semana donde probable, muy probablemente presenciemos el amanecer de un nuevo México.
OPINE SOBRE LOS PROBLEMAS DE TEHUACÁN.
FIN DE SEMANA ES UN FORO ABIERTO.
Nuevamente recalcamos que ORBE es un espacio abierto.
Usted estimado lector puede opinar libremente sobre los temas importantes y vitales de Tehuacán.
Siempre lo hemos dicho, este es un foro abierto.
Pero de ninguna manera es un espacio para anónimos.
Hay una señora panista, del equipo de Eliseo Lezama, ampliamente conocida como corrupta, que pone a su marido a hacer correos electrónicos con nombres falsos.
Solamente así pueden ventilar sus frustraciones. Esas costumbres son deplorables, deleznables y hablan de la patética cobardía de ese matrimonio de vividores de la política.
Estimado lector usted puede expresar todos sus puntos de vista, solo pedimos que se identifique debidamente.
Debe enviarnos su comentario, texto o carta, acompañada con una fotografía o imagen escaneada de su credencial del INE o licencia de conducir.
Esa imagen NO se publicara.
Solo es para que nosotros tengamos la certeza de que el remitente es auténtico y real.
Su carta o su comentario serán publicados de manera íntegra con su nombre, pero sus datos personales serán debidamente protegidos y NO se revelarán.
Buscamos incentivar, promover una mayor participación de los ciudadanos en los temas de Tehuacán.
Esta ciudad necesita urgentemente de un ejercicio de autocrítica. Pero la crítica que se identifique plenamente y que señale con argumentos, con bases.
Ya no es posible que los tehuacaneros se sigan quejando desde la mesa de un café.
La gran crisis de Tehuacán no es una crisis política; es una crisis social. Es la crisis de una sociedad apática, indiferente e indolente.
Esto no puede seguir así. Por eso lo invitamos a hacer uso de este espacio.
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Queda la invitación abierta.
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Redacción: Orbe, Bufete de Comunicación
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