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Colectivo Efecto Mariposa.

El divorcio es un proceso que muy pocas veces se crea por un acuerdo mutuo, en el cual se pueda negociar y llevar a cabo la mejor decisión para los infantes del hogar, debido a que es una elección de enojo, porque la relación de los adultos termina por que se ha vuelto aburrida, agresiva, existe infidelidad, constantes mentiras, esto determina que el proceso de divorcio se vuelta una guerra emocional, entre los adultos en el cual no importa que tanto pueda salir dañado el infante.

Debemos entender que el divorcio es una decisión de los adultos en el cual ocupamos a los hijos como un medio para poder satisfacer nuestra venganza y es ahí cuando los dañamos profundamente, y no es por el hecho de que chantajeamos, y violentamos a nuestros pequeños en el proceso, con palabras insultantes, sino que también los ocupamos como medio para alterar a la otra persona.

Si bien mamá toma la decisión de que papá no vea a los niños porque ha sido infiel y no merece verlos debido a que antes debió haber pensado en su familia y papá al no verlos decide dejar de dar dinero porque mamá se porta de una manera inmadura porque se siente dañada.

Todas estas actitudes están girando en torno a los adultos, sin tomar en cuenta en ningún momento si los niños tienen ganas de sentir un abrazo de sus papá o saber si está bien porque aún no comprenden el porqué los ha abandonado y ya no duerme en casa, o si mamá tiene para darles de comer a los hijos, porque mamá no es la única que pasa hambre también los niños comen a diario y ellos aún no entienden el proceso que se lleva acabo para poder tener esa comida en su casa.

Esto solo es un ejemplo de las actitudes que tienden a tomar los padres, sin embargo son muchas.

En el aspecto psicológico en la separación o divorcio los niños también viven este proceso debido a que ellos se sienten culpables del distanciamiento entre mamá, papá y ellos, recuerden algunas veces que se han enojado o molestado con sus hijos y les dejan de hablar.

Para ellos el proceso de divorcio es lo mismo; se culpabilizan por no haber terminado el alimento, no hacer la tarea o haberlos hecho enojar.

Esta culpa existe en su fantasía del por qué mamá o papá ya no está con nosotros o nos han dejado de ver, o prestar atención como antes, y lo más importante porque ya no juegan con nosotros y todo el tiempo pelean y gritan.

Esto se va viendo reflejado en su poca atención para poder estudiar en la escuela, se vuelven agresivos con sus amigos, o muchas veces terminar aislándose para que no les pregunten qué pasa.

Otras acciones que tomamos como adultos es hablarles mal de su mamá o papá culpando a la otra persona de lo que pasa, y por qué decidieron separarse, esto los vuelve jueces y genera sentimientos ambivalentes (encontrados) “amo a mamá por amarme, pero la odio por no ser suficientemente fuerte” y “odio a papá por lastimar a mamá pero le amo por ser fuerte”.

Esto baja la autoestima de nuestros hijos y tiende a no cumplir las demandas emocionales para que puedan tener un desarrollo estable y sano en su infancia.

Lo importante en estas decisiones es saber que son tomadas por adultos y por ello no deben de existir los divorcios con los hijos, ellos no toman la decisión y son nuestra responsabilidad, así que siempre deben hablarles y contarles una sola versión para que no se confundan y no ponerlos en medio para lograr la venganza.

Psic. Caros López Méndez.

Reforma norte 118 interior 109 colonia centro.

Psicoterapia infantil, de pareja, individual. Teléfono 2381174305.


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