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Cuando la realidad cancela la esperanza y la mirada al futuro, retorciendo no solo promesas sino la existencia misma, surge como afirmara Freud hace ya más de cien años, la fantasía infinita de los sueños.

Hoy te invito a que con el poder de la imaginación hagamos un viaje al futuro en ese túnel fantasioso de poder navegar en el tiempo, y con la serenidad de tocar lo imposible llegar con cautela, con pasos sigilosos a nuestro querido Tehuacán del 2081.

En una avenida alumbrada por lámparas con cascadas de luz almacenada del sol, y que se extiende desde lo que años atrás fue el Tecnológico de nuestra ciudad, hasta el valle de LOS FUNDADORES, pasan lista predios verdes, amplios, con geranios en flor; diversos centros de investigación holística que con su espléndida arquitectura hacen recordar templos sagrados de los mayas.

La avenida es amplia, 3 carriles de cada lado, con un camellón repleto de amapolas, de flores sabiamente recortadas que dan justamente ahora el nombre de la “avenida de las amapolas”, antes llamada la avenida de las universidades. Los visitantes contienen la emoción al circular por esta avenida, dado que una vez pasada la curva cercana a la ahora UPAEP vislumbran a lo lejos luces que como rocío vuelan por los aires, la noche se hace día cuando más se acercan a la PLAZA DE LOS FUNDADORES.

Tehuacán con recia historia de hombres y mujeres que solían avivar los poros de lucha por la equidad, allá por el 2040, tuvo la atinada decisión de cancelar los famosos partidos políticos y dejar que los verdaderos forjadores dirigieran la comarca.

El cambio fue rotundo, nuevas empresas vieron las ventajas del clima siempre bueno de nuestro Tehuacán, las investigaciones médicas y de alta tecnología en regeneración celular descubrieron que la altura y los aires siempre frescos de nuestra entidad favorecían los resultados esperados. Avezados expertos en nuevas técnicas en la producción de alimentos, descubrieron que esta tierra bendita, era fértil como ninguna, y construyendo plantíos con procedimientos de auto-regulación se volvían en la ensoñación de propios y extraños.

La política como una herramienta humana, necesaria y sustentada en el servicio, encontró cabida en los corazones de aquellos hombres y mujeres que quisieron forjar un nuevo Tehuacán. Como un recuerdo añejo allá por el 2040 se hablaba todavía de la alternancia, una rara costumbre de ir cambiando gobernantes cada tres años, solo entre dos partidos, exceptuando en el año 2018 cuando el partido MORENA (Regeneración Nacional) hizo su aparición con estruendos y promesas que cumplieron con creces, para después volver a esa corriente amorfa de la alternancia  y con una actitud que solo provocaba pasos lentos y muchas veces hacía atrás.

Los más viejos se crispan y abren sus ojos como platos, cuando platican de las viejas campañas políticas donde ganaba el que supiera más cosas de la vida personal del contrincante, o sino de el que fuera más astuto de inventar pasajes “pecaminosos” que solían acallar los camino de esmero por ganar, y no solo eso sino imaginar que los tres años de gobierno serían un empezar nuevo, y un buscar que me llevo.

Eso fue hace mucho tiempo; ahora la comarca de la cuna del maíz, de los festivales mundiales de la cultura, y de los centros de investigación más avanzados de América brilla como la perla dorada del oriente.

Llegar a Tehuacán es recorrer sus calles simétricas, iluminadas y limpias, es recorrer el viejo Tehuacán donde todo se hace caminando, para ver con deleite el viejo palacio de gobierno que ahora guarda las reliquias de aquellos que re-fundaron nuestra tierra. Cerca está catedral de vieja data, que sirve para recordar la fe, y el santo silencio de la meditación. Es una armonía de afectos el recorrer nuestro viejo Tehuacán: sus portales, su parque con árboles nuevos y gigantes en un bullicio de turistas que son guiados por jóvenes que con soltura hablan diversos idiomas.

Hoy en este 2081 y siendo marzo 16, se ha iniciado el festival de festivales, que atrae a turistas de todo el mundo. Nuestro Aeropuerto como nunca se encuentra saturado, por ese ruido suave como la mar, de aviones que en silencio despegan y arriban, porque durante dos meses Tehuacán se convierte en el ombligo del mundo.

Hoy en este año están programados más de 500 eventos. Llama la atención la exhibición de avances en robótica, y las conferencias que la comunidad del espacio (aquel gran laboratorio que se encuentra en la estación espacial desde hace 40 años), y que solo a nuestro festival descienden para platicar de sus estudios.

El festival del cine erótico brilla con luz propia. Aun se recuerda cuando hace muchos años a algunos ingenuos se les ocurrió reunir películas eróticas en un encuentro que le llamaron: ¨Primer festival del cine erótico”, y darse cuenta que las buenas conciencias y las vestiduras se rasgaron en una exclamación dolorosa de repudió. Hoy no solo es el festival más importante, sino el que marca las directrices en esto del amor y el placer.

Las reuniones de Jazz, de teatro, y de ballet son esencia en este encuentro de la cultura.

Todo mundo recuerda con respeto y admiración a los Fundadores, porque no solo vieron un Tehuacán dibujado en el horizonte del tiempo, sino construyeron una nueva ACTITUD en las semillas promisorias del futuro: los niños de este siglo XXI que se acerca a su fin. Las fuentes de trabajo fueron desgranándose no solo con apariciones fugaces como hace tiempo los empleos de la maquila, sino en trabajos dignos, bien pagados y con caminos seguros de crecimiento; se alentó a la calidad y calidez del habitat de esta comarca, resaltando la cultura y la salud.

La esperanza de vida en este año que se conmemora el centenario de la aparición de una enfermedad que asoló todo el mundo llamada SIDA, en 1981, es en promedio los 120 años con una sobriedad y prestancia que envidian muchos de otras partes.

En nuestra región todos los hombres y mujeres después de los 80 años, tienen derecho a habitar las diversas casas de descanso sin costo y con todos los beneficios que merecen: atención medica, alimentación, diversión y cuidado, porque esa fue una de las grandes tareas de los Fundadores. El acceso a la educación y la salud no solo es un derecho, sino una obligación que todo tehuacanense ejerce, ya sean en las universidades variadas que existen en la comarca, como las demás del mundo que siempre están accesibles a todos.

Es tiempo de que conozcamos “La plaza de los fundadores”. Al final de la avenida de las amapolas, la sensación de serenidad se hace presente, una suave y cadenciosa música se deja oír, mientras se vislumbra una entrada boscosa, y luces que reflejan al cielo como cascada invertida; da la impresión de que se va entrando a una santuario. Los vigilantes siempre atentos explican que esta plaza es venerada por todos los Tehuacaneros, y que aunque se trata de una fuente con mil luces, habla del corazón que fundó el nuevo Tehuacán.

En el centro de la fuente se yergue como flotando la figura estilizada de una mazorca que desgrana el maíz como pompas de jabón. No existen bustos de los fundadores, solo nombres plasmados en el fondo de la fuente.  No se ven con claridad por el movimiento tramposo de las aguas. O quizás porque en este viaje al futuro esos nombres se esconden por timidez.

Lo que si se lee con apremio es un letrero que dice:” Los fundadores del nuevo Tehuacán fueron hombres comunes y ordinarios, que solo dieron un extra, lo que los hizo SERES EXTRA-ORDINARIOS”

Regresando de este paseo al futuro, hagamos votos porque pronto este sueño inicie su dibujo certero, claro y diáfano, a una realidad que todos buscamos con esmero.


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