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Y un día despiertas, y te das cuenta que ya no quieres seguir con esta vida, que no es sano, ni es normal; entonces decides poner un alto, decir basta; ya no mereces malos tratos, malas palabras, humillaciones ni desprecios; ya te cansaste de ser un cero a la izquierda, de que siempre recibas lo peor.

Los golpes ya fueron suficientes, ahora te das cuenta que cediste tu poder, que los desprecios acabaron con tu autoestima, que han sido muchas noches sin dormir, demasiada depresión y a veces una sensación de desaparecer de este mundo.

Sabes que va a ser difícil levantarte, enfrentar, recuperar; pero aún te queda un rayo de luz que ilumina y te da una esperanza ante tanta oscuridad.

Y cuando te levantas, y el miedo queda a un lado y en el pasado, retomas tu poder, te armas de coraje y buscas comenzar una nueva vida dejando todo atrás…

Así es como una mujer se dio cuenta de lo enfermiza que puede llegar a ser una relación, y decidió decir: ¡basta!

Pero hay muchas otras mujeres que no se dan cuenta, que han permitido durante años y toda su vida ser víctimas de la violencia.

Para que una mujer pueda abrir los ojos ante este maltrato es muy importante pedir ayuda, tomar terapia, rescatar su amor propio, recuperar su fuente de poder, reconocer sus virtudes y sus dones, romper ese patrón de conducta que atrae el mismo tipo de vida y violencia.

“Las mujeres golpeadas se quedan porque les gusta” esto es solo un mito totalmente falso. Cuando una mujer decide permanecer en una relación de violencia es por:

  • La esperanza, que es la creencia de que algún día el agresor cambiará.
  • La dependencia económica. Cuando la mujer está atada económicamente al hombre, y no tiene una persona de confianza o un familiar que las ayude, suele permanecer en una relación de violencia.
  • El miedo al qué dirán. Son muchas las mujeres que continúan en una relación de violencia porque tienen mucho tiempo casadas con ese hombre y temen que dirán sus familias, vecinos y amigos si se separan.
  • Los hijos son una de las principales causas por la que la mujer decide quedarse en una relación de violencia, ya que se esfuerzan en preservar la unión de su familia para que sus hijos se críen junto a su padre.
    Presión psicológica. ¨Si me dejas te juro que me mato”, es solo una muestra de las amenazas verbales que reciben las mujeres bajo abusos intrafamiliares.
  • El miedo es una causa que identifica la mujer abusada.
  • Creencias religiosas, muchas siguen una religión, se casaron por la iglesia, se topan con el maltrato por parte del hombre que juro amarla y respetarla para toda la vida y no encuentran una salida a esa situación. Entonces se resignan a esperar que Dios cambie su situación.

Si te tratan mal, con agresión verbal o física, NO ES AMOR, si tienes que justificar siempre este maltrato disculpando al agresor NO ES AMOR, no esperes el “va a cambiar”, la persona que tiene que cambiar ERES TU, no permitas ningún daño a tu persona; si comienzas a amarte vas a dejar de ser víctima, si no puedes en tus propias fuerzas abandonar este tipo de vida, busca ayuda, denuncia.

Trata de romper este patrón de conducta para que tus hijos o más importante aún tus hijas no repitan la misma historia pensando que es normal.

Eres un ser maravilloso y no mereces vivir así.


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