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Tenia que hablarles de este tema pues aunque como muchos de ustedes lo primero que me topo al despertar es un montón de imágenes motivaciones y fotos con hermosos paisajes recordándome que hoy será un buen día, realmente no siempre es así.

Y es que aunque antes de levantarnos repasemos con la memoria cual es el pie derecho para no posar en el piso el pie equivocado pareciera que hay días en que estamos viviendo en un mal chiste.

Esperas un taxi con urgencia y no pasa pero cuando no buscas hay una fila interminable tratando de conseguir pasaje, te acabas de poner tus mejores zapatos, son blancos y llueve o te pones tu mejor outfit para salir y tu acompañante luce sus mejores fachas.

Pareciera que el universo se divierte conspirando ciertos días en tu contra pero no, lo único es que, estas atrapado en la Ley de Murphy que explica que si algo ha de salir mal, seguramente saldrá mal.

Corría el año de 1949, la tierra hospedaba a un ingeniero espacial llamado Edward Aloysius Murphy (adivinaron, es quien les dio su apellido a estas leyes, como quien dice, es su hijita).

Ed trabajaba para las fuerzas armadas de EUA donde apoyaba grandes proyectos en materia de seguridad y resulta que un día estaba investigando cuánto es lo que aguanta un cuerpo al momento de hacer un freno brusco.

Inicialmente usaban un muñequito de esos que se utilizan para las pruebas pero entonces pareció un valiente hombre, John Paul Stapp quien era el capitán de esa prueba y sacando toda la casta comentó que podría jugarle a hacer el reemplazo.

Así que nuestro querido Murphy le encarga a su asistente colocar los tensores al noble caballero pero, no los colocó bien por lo cual la prueba no arrojo ningún resultado. (buuuu)

Cuando corrieron a revisar el porqué del fallo se dio cuenta que de las dos formas posibles que pudieron haber sido conectados los tensores TODAS las hizo mal.

Y seguramente tras echar un largo rosario Murphy abrió los labios para exclamar:

“Si una persona puede cometer un error, lo hará” lo cual evolucionó con el tiempo a “Si algo puede ocurrir, ocurrirá”

Ya se que puede parecer casualidad o superstición pero, aunque parezca extraño la ciencia también está involucrada en estos supuestos pesimistas.

En 1996 el físico Robert Matthews probó lo que Murphy decía y demostró que esto tenía poco que ver con la mala suerte si no que dentro de esto estaba involucrada la física.

Déjenme contarles que el ejemplo más utilizado para demostrar esta teoría afirma que un pan tostado cubierto con mantequilla siempre caerá del lado en el que esta untado, pues bien, Matthews retomo este ejemplo y demostró que debido a las propiedades del Pan (que es un sólido) y la velocidad con la que caería desde una mesa, este solo puede dar media vueltecita (en lugar de una vuelta completa) por lo cual siempre caerá boca abajo.

Para que el pan pudiera dar el giro completo, y no caer de la cara untada y ensuciar el suelo (y evitar el regaño de tu mamá), la mesa debería tener una “pequeñísima altura de 2 metros y medio – cosa muy poco improbable de encontrar a menos que seas un auténtico gigante -.

Una de las cosas más cotidianas en las que también esta involucrada la ley de Murphy es en la selectividad, pues tendemos a recordar las cosas malas que nos pasan y darles más importancia – y la verdad que maravilla pues eso nos evita tropezar dos veces con la misma piedra, pero es un hecho que si algo no nos sale bien lo tendremos mucho más presente que aquellas cosas que nos salen bien.

Al final es normal, pues forma parte de nuestro aprendizaje con lo que vamos garantizando nuestra supervivencia – tiene sus fallas, si es que hemos vuelto más de 6 veces con nuestro ex -.

Otro lugar donde se encuentra es en un tipo de ilusión, como cuando llevas prisa y pasas al súper rápidamente por algo y al tomar tu lugar en la fila sientes que esta va avanzando más lento que aquella en la que no decidiste formarte.

Y así pasa, en el momento en que encuentras lo que desesperadamente estabas buscando cuando ya no lo necesitas, cuando eres soltero y nadie te hace caso pero en cuanto tienes novia/o resulta que todo mundo muere por ti.

Al final esta ley ha servido para explicar las cosas feitas que nos suceden en la vida cotidiana y quitarle peso al karma o al “odio” que nos podría tener el universo.

Así que la próxima vez que jures que eres víctima de la mala suerte piensa que tan solo estás siendo presa de la Ley de Murphy


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