A lo largo de la historia se ha reformado en diversas y múltiples ocasiones la educación del país, de acuerdo a las necesidades o al gobierno de cada época, a partir de estas reformas y modificaciones a los modelos de educación es que se plantean metodologías y formas de intervención pedagógica, es bien sabido que generalmente se copian modelos educativos empleados en otros países, por lo que hasta la actualidad no se sabe de algún modelo propio y elaborado de acuerdo a las características y necesidades que tiene el país.
Debido a que se retoman modelos aplicados en otros países, las reformas que se han hecho a la educación en México, no considera las verdaderas necesidades y carencias de la población, pues por lo general se toma como referencia las necesidades de las instituciones educativas asentadas en los grandes centros urbanos, ignorando así a las instituciones y poblaciones más desprotegidas, el medio rural. Se ha planteado un enfoque distinto para brindar una educación alterna a estos medios, se trata de una educación intercultural y bilingüe.
Éste enfoque tiene su forma de considerar a la educación, muestra respeto hacia las culturas, lenguas, religiones y costumbres de cada pueblo indígena, por supuesto, hace posible un avance en cuanto a los conocimientos nacionales sin que los grupos culturales pierdan su identidad. El enfoque intercultural define que “la educación es un proceso en el que intervienen personas con características, intereses y necesidades diferentes” (SEP, 2005, p.50), bajo estos planteamientos, entonces, la educación desde la perspectiva de la interculturalidad es un proceso diferente y muy particular para los pueblos indígenas, puesto que busca siempre la manera de nutrir los elementos culturales practicándolos en el aula, relacionándolos hasta alcanzar la educación básica nacional.
Entonces, la educación intercultural bilingüe, no es más que un modelo educativo que se ha construido para atender la diversidad cultural del país, se trata de ofrecer una educación que considere las características sociales, culturales y lingüísticas de los alumnos esto ayudará a mejorar su aprendizaje y rendimiento escolar, dos de sus propósitos centrales son: (SEP, 2008, p.30).
- Fortalecer el conocimiento y el orgullo por la cultura propia como elementos para afianzar la identidad.
- Desarrollar competencias comunicativas, tanto orales como escrita, en su lengua materna y en una segunda lengua.
Uno de los aspectos más relevantes de este enfoque es el tratamiento pedagógico de la lengua materna, a partir de ella es que se pretende alcanzar los objetivos que se plantean, el empleo de ésta debe ser como medio de enseñanza y objeto de estudio, es decir, garantizar una educación bilingüe que considere el aprendizaje simultaneo de dos lenguas y desarrollarlas equilibradamente, implica entonces, que debe tomarse en cuenta tanto la lengua materna del niño para el desarrollo de las habilidades lingüísticas de la segunda lengua, no importando si la primera es el español o una lengua originaria.
Una educación bilingüe efectiva es aquella que logrará un bilingüismo aditivo en donde según Vigil (2001, p.13) es “un bilingüismo en el que las capacidades que se adquieran y aprendan en la segunda lengua no impliquen la pérdida de las adquiridas en la primera”, implica entonces el aprendizaje simultáneo de las habilidades lingüísticas (hablar, comprender, leer y escribir) de dos lenguas, en este caso del castellano y la lengua originaria, lo relevante es que los alumnos logren competencias comunicativas, tanto en lengua indígena, como en español, es decir a la formación de sujetos bilingües, ya que esto.
Otorga a los alumnos mayor capacidad para desenvolverse con seguridad en la sociedad haciendo valer sus derechos y necesidades, aportando a ella desde su propia visión del mundo. El niño bilingüe, por manejar dos códigos lingüísticos está más preparado para para enfrentar nuevas situaciones de aprendizaje y de comunicación, para resolver problemas con creatividad, para tomar la palabra con seguridad en diferentes contextos, para hacer escuchar sus puntos de vista y sus derechos (Galdames, 2006, p. 14).
La educación bilingüe “debe de atender a los alumnos en su lengua materna -sea lengua indígena o español- para lograr que se apropien de los contenidos escolares y, con ello, contribuir a su formación integral” (SEP, 2003, p.41). Implica entonces muchas cuestiones a considerar, es un proceso constante que requiere de ideas innovadoras y propuestas para la mejora constantemente de las formas de enseñanza, ha de considerar la parte más esencial de los pueblos originarios la lengua, pues:
no es únicamente un instrumento de comunicación, sino que esta comunicación es a la vez el instrumento que nos permite conocer cómo conciben el mundo nuestros coetáneos, cómo lo entendían nuestros antepasados y, al mismo tiempo, nos permite expresar, transmitir o dejar constancia de cómo lo entendemos nosotros (Cassany, 2007, p.36).
El bilingüismo no solo amplia las formas comunicativas, sino que también diversifica las formas del pensamiento y la adquisición de otra visión del mundo ya que cada lengua explica e interpreta la realidad natural, social política y cultural de determinados espacios contextuales. El aprendizaje de una segunda lengua posibilita el acercamiento a otra cultura, permite ver el mundo desde dos perspectivas distintas, la propia y la ajena que se ha adoptado no para minimizar la cultura propia sino para enfrentar el mundo globalizado.
Según Freire (2009, p.31) “es el deber de la escuela respetar no sólo los saberes con que llegan los educandos, saberes socialmente construidos en la práctica comunitaria, sino también, discutir con los alumnos la razón de ser de esos saberes en relación con la enseñanza de los contenidos”, por consiguiente y bajo los argumentos planteados, es necesario, atender la diversificación cultural del país, buscar alternativas para la conservación y fortalecimiento de lo que nos da identidad, el tesoro cultural que tiene el país.
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