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La autonomía indígena (tlen tehua toaxca) se sostiene en los cinco horcones que ya conocemos:

El territorio (la tierra), la autoridad, el trabajo comunitario, la fiesta, la asamblea.

La asamblea es el lugar donde nos reunimos, nos saludamos, nos encontramos, celebramos nuestra identidad comunitaria. LO QUE NOSOTROS SOMOS; como personas y como comunidad, platicamos, discutimos sobre nuestros usos y costumbres, nuestros cargos y servicios, tomamos acuerdos en bien de nuestra comunidad.

Los abuelos (as) nos dan consejos para salir adelante, en nuestros problemas comunitarios, nos ayudan a superar situaciones conflictivas para que la comunidad no pierda la armonía, no se rompa el tejido social.

A nuestros niños(as), jóvenes en la asamblea les vamos enseñando la sabiduría de nuestra comunidad, de nuestro pueblo para que se identifiquen, acepten y aprecien la cultura de nuestro pueblo y no tomen culturas extrañas, ajenas a nuestra cultura indígena.

Se van incorporando paso a paso en los cargos y servicios, van tomando sus propios compromisos como jóvenes. Desde topiles, devotados, tenientes, comisionados, tlacualeros, hasta mayordomos y luego cargos más importantes como ser autoridades del pueblo.

Se convoca a la asamblea para tratar asuntos que tocan la vida comunitaria; la faena o el trabajo comunitario, la fiesta del pueblo, sobre todo la mayordomía del santo patrón, se platica sobre nuestra madre tierra, el agua las semillas transgénicas que dañan nuestra tierra. Después de platicar nuestros problemas, de escucharnos tomamos ACUERDOS por consenso.

Pero, una asamblea a celebrarse necesitamos ORGANIZARLA, prepararnos desde las familias, los barrios, la misma comunidad, todos y todas quienes vamos a participar.

Así nuestra asamblea será la expresión de la vida y resistencia de la comunidad, se manifiesta su fuerza tejiendo el tejido social de las familias, de los barrios y de todas las organizaciones del pueblo, se hace más fuerte nuestra asamblea.

Para convocar la asamblea lo pueden hacer las autoridades comunitarias, tradicionales, agrarias religiosas o civiles. Además si las asambleas las celebramos desde Dios Madre- Padre, nuestra asamblea es indígena, entonces Dios está con nosotros, Dios camina con su pueblo, es el pueblo de Dios y Dios es Dios pueblo.

Nuestras asambleas son amenazadas por la gente que migra cuando regresa del norte, trae un pensamiento más individualista. Se da por la división en las familias, en las comunidades cuando hay interés de fuera, hay engaños, chismes, desinformación y la mala fe. Las autoridades que no sirven al pueblo sino que se sirven del pueblo, se corrompen por el dinero, nos dañan los programas del gobierno porque son arribistas y de fuera, son individualistas.

Las reformas a la constitución política tienden a desaparecer la asamblea agraria como máxima autoridad del ejido y la comunidad FANAR

(Antes PROCEDE) y el dominio pleno. Los gobiernos federales y estatales firman acuerdos con otros países vendiendo nuestra tierra, agua, montes, minerales Y toda la riqueza natural a los capitales extranjeros.

Las reformas estructurales ninguna favorece al pueblo, atentan contra el pueblo legalizan el despojo pasando por encima de nuestras asambleas.

Debemos comprometernos por mantener nuestras asambleas: asistiendo a las asambleas, tomar acuerdos por consenso, informarnos para decidir libre y consiente, decir no al dominio pleno, decir no a los programas del gobierno que dañan a nuestras comunidades indígenas.


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