No cabe duda que tenemos un gobierno populista.
Se han realizado cosas muy acertadas, como detener el robo del combustible, o cobrar la cartera vencida de hacienda, y aún falta retornar los capitales en fuga, que están en bancos extranjeros, hacer juicio a expresidentes y exgobernadores, decomisar las propiedades al narco y cosas así, que se prometieron en campaña.
Pero se está entregando la riqueza del país a los más necesitados.
El problema es la fórmula, puesto que en lugar de enseñarlos a pescar solo les regala pescado, se está regalando, en lugar de hacer inversión y recuperación de efectivo.
El pueblo agradecido con las dádivas continúa dependiente a papá gobierno.
Mientras tanto, se están agotando los recursos para seguir solapando y consintiendo a ese pueblo inconsciente y berrinchudo que sólo exige más.
Ocasionando que se le requiera a las pymes que lleven la carga acuestas.
Se está exprimiendo a los pequeños empresarios quienes sólo tienen que dar y dar y dar pero no reciben realmente ningún apoyo real para sus empresas, ellos que son los que generan empleo, los que generan la riqueza y dan movimiento a la economía del país.
Porque las grandes empresas internacionales generan empleos pagan impuestos pero la riqueza generada es retornada a sus países de origen.
Hay que ser cautos observar y no dejarse llevar por las palabras bonitas y los sueños que únicamente nos están llevando a una política económica que no admite un crecimiento real para todos.
Las arcas en algún momento se van a agotar y el gobierno populista no tendrá más de donde proveer sus dádivas y comenzará a oprimir más y más al que genera la riqueza.
Tienen feliz a una mayoría que apenas sobrevive con hambre y dadivas, para cuando se requiera su voto, en lugar de apoyarles a que se preparen y sean generadores de empresas familiares, les están matando el deseo humano de superación, ya no piensan en crecer, ahora solo esperan el principio de mes para estirar la mano y pedir su apoyo
Observemos la historia de Venezuela, saludos.
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