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En la actualidad existe una gran variedad de teorías y métodos para la alfabetización, estas generalmente están adecuadas o pensadas desde la lengua oficial que es el español, de la misma manera existen distintos enfoques de cómo se debe abordar y manejar el proceso de alfabetización, Sofía Vernon maneja tres enfoques distintos de alfabetización: la enseñanza directa, el lenguaje integral y el constructivismo (Vernon, p. 2).

Cada uno de estos enfoques posee características distintas de cómo abordar el proceso de alfabetización, “la enseñanza directa utiliza métodos fonéticos para la enseñanza de la lectura y escritura, la importancia de esta es que los alumnos aprendan a leer e identificar grafías, palabras y textos sin importar la comprensión lectora. Por su parte el lenguaje integral considera el contexto para la alfabetización, presenta textos reales para que cuenten con cierta credibilidad, se recomienda la colectividad, es decir, los niños se ayudan unos a otros para apropiarse del conocimiento. Por su parte el objetivo principal del constructivismo se centra en la comprensión de la lectura y propone que los alumnos adquieran el código alfabético pero desde distintas unidades grafías, palabras, frases o textos siempre relacionados al contexto, en este enfoque se busca actividades que sean del interés de los alumnos” (Vernon, p.2).

Los aportes teóricos y metodológicos que existen en la actualidad para la alfabetización intentan regularizar el aprendizaje-conocimiento de todos los niños, sin considerar los conocimientos previos o el contexto en el que se desarrollan, pretenden que todos los alumnos adquieran los mismos conocimientos al mismo ritmo y que desarrollen las mismas habilidades y destrezas en tiempo y forma como lo establecen los planes y programas, en este caso los más afectados son los alumnos pertenecientes a los pueblos originarios y a los maestros que imparten la educación indígena, pues al no considerar las características que poseen tampoco se crean estrategias y métodos propios para atender las verdaderas necesidades que se presentan en estos contextos.
La educación indígena está hecha para atender las necesidades de los pueblos indígenas, además es una manera de respetar los derechos que tienen ante el resto de la sociedad, ya que esta:

Constituye la posibilidad de atender en sus lugares de origen y con sus características lingüísticas y culturales a un sector de la población que se encuentra en condiciones de desigualdad económica y social frente al conjunto de la sociedad. Se funda en el respeto a la identidad étnica a la vez que introduce al individuo a la dinámica del desarrollo nacional, respeta la identidad local a la vez promueve la identidad nacional (SEP, 1990. 7).

Este tipo de educación no es ajena a los propósitos de una educación formal impartida en cualquier otra escuela, de lo contrario “tiende a ser culturalmente compatible, es decir, busca articular y conciliar los estilos culturales específicos de cada comunidad con los estilos culturales de las escuelas” (SEP, 1990: 18), las metas a alcanzar de la educación indígena es la misma que tiene una educación formal, a diferencia de que considera los rasgos característicos y culturales de los niños para alcanzar los objetivos.

Esta educación generalmente se imparte en las escuelas primarias bilingües, donde la forma de enseñanza tiene que corresponder a las posibilidades, necesidades y características de los alumnos, ordinariamente hablantes de una lengua indígena, dicha educación tiene que cumplir con las expectativas y necesidades básicas para que alcancen el desarrollo pleno, entonces es importante considerar la lengua dentro de la educación indígena, es decir, impartir una educación bilingüe con el fin de que “los alumnos logren competencias comunicativas, tanto en lengua indígena, como en español… es decir a la formación de sujetos bilingües” (SEP, 2003. p.41).

La educación indígena específicamente va dirigida a las comunidades con rasgos culturales presentes (costumbres, tradiciones, lengua, etc.) haciendo uso de estos recursos para impartir una educación contextualizada, es decir, dar un trato didáctico a los elementos culturales presentes, mientras que la educación bilingüe es la que se encarga de brindar un tratamiento pedagógico a la lengua materna como L1 y a una segunda lengua como L2, refiriéndose al término bilingüe al empleo didáctico de dos lenguas.

La educación bilingüe “debe de atender a los alumnos en su lengua materna -sea lengua indígena o español- para lograr que se apropien de los contenidos escolares y, con ello, contribuir a su formación integral” (SEP, 2003. p.41). La educación bilingüe implica muchas cuestiones a considerarse, es un proceso constante que requiere de nuevas ideas y propuestas para mejorar constantemente las formas de enseñanza, ha de considerar la parte más esencial de los pueblos originarios la lengua ya que esta:

Es uno de los índices que registra la red de patrones culturales que confirman una civilización, la lengua es una guía de la realidad social… es el instrumento por medio del cual se expresa nuestra manera de ver el mundo, es el reflejo de nuestro pensamiento… el uso del lenguaje implica el pensamiento (Adam, 1975. P.143).

La lengua es uno de los elementos culturales más presentes en la cotidianidad de cualquier habitante perteneciente a un pueblo indígena, es por eso que no se debe ignorar esta al llegar a la escuela, en la mayoría de los casos se les prohíbe a los niños hablar la lengua materna en la escuela y dentro del salón, esto por lo que dicen complica el proceso de alfabetización, lo cierto es de que:

La identificación del español como la lengua de enseñanza, asociada a su posibilidad de escritura y a su tradición gramatical, hace aparecer a las lenguas nativas, por oposición errónea, como dialectos no aptos a la escritura y sin gramáticas (Pardo, p.16).

Ideas y pensamientos como de este tipo son comunes escuchar en distintos ámbitos, pues el “español ha sido concebido en los últimos años como una lengua que brinda la posibilidad de acceso a los ámbitos de control político, jurídico y económico de la sociedad nacional” (Pardo, p.14), es decir la ambición y el mejoramiento de la vida económica. La lucha de poder y la migración a las grandes urbanizaciones han sido los principales factores que ocasionen el desplazamiento y la perdida de las lenguas originarias.

Una de las maneras más fáciles de reprimir los valores culturales de los pueblos indígenas es ignorar todo lo que gira en torno a ella, desvalorizando por ejemplo sus habilidades, conocimientos y la lengua, desconociendo por completo estas características dentro del aula. Es necesario un verdadero compromiso con la educación indígena que “tiene como propósito afrontar la educación bilingüe, a partir de la primera lengua de los niños y gradualmente el aprendizaje de otra lengua del binomio bajo la modalidad de segunda lengua” (SEP, 2005. p.12).

Por ello es importante romper con los esquemas tradicionales en donde se utilizan únicamente las estrategias y los materiales que indican las guías didácticas y los libros de textos para los alumnos, reprimiendo así todos los conocimientos previos de los niños, “la escuela debe respetar no sólo los saberes con que llegan los educandos, sobre todo los de las clases populares-saberes socialmente construidos en la práctica comunitaria” (Freire, 2003. p. 42).

El niño llega a la escuela con un conocimiento básico de su lengua materna, con ella se comunica, aprende, genera y organiza sus conocimientos previos hechos a base de experiencias cotidianas, ya que:

“este es el medio del que se vale el niño para estructurar y expresar el conocimiento de su realidad: le permite transmitir la concepción que tiene acerca del mundo y del hombre y a través de ellas conserva, difunde y amplía su cultura” (SEP, 1994, p.137).


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