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Nos impusieron el aula en casa, sin límite de horarios, sin límite de tareas.
Veo a mi hijo sentado más de 20 horas, mal come, mal duerme.
Hablé con los profesores, ellos están igualmente rebasados.
Es una exigencia inmoral, que atenta contra los derechos humanos.
Si se va a trabajar en casa,
¿Por qué no con el sistema de las escuelas semi-escolarizadas y abiertas, que ya está
probado?
Porque la realidad es que esto no está funcionando.
El estrés de los niños y jóvenes es inhumano.
Están trabajando tan forzados que dudo que este sistema sea pedagógico y que
realmente se logre el aprendizaje deseado.
Hace semanas predije que habría suicidios por esta exigencia en mentes jóvenes y
adolescentes, que por su etapa de desarrollo, no están preparados emocionalmente para
esta carga sobrehumana.
Pero mis palabras han caído en oídos sordos…
Prefiero que mi hijo pierda el año, antes que permitir que siga sufriendo de las amenazas
de sus profesores…


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