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Uno de las cosas que me hacen leer a algún autor en especial, es lo relevante que parece hoy en día su escritura, lo intemporal en su trabajo.

Es decir, que no se siente particularmente de su época: no hay señales de que las historias estén teniendo lugar en los años 50 u 80 o de esta época.

Un trabajo que pueden leer tus abuelos o bien podrían entender tus nietos.

Shirley Jackson fue una cuentista y novelista estadounidense especializada en el género de terror.

Algo que me gusta saber de Jackson es que luchó mucho para ser publicada en los primeros años de su carrera.

Por cada presentación exitosa, había muchos rechazos. La Revista, The New Yorker publicó cuatro de sus historias en 1943, cuatro nuevamente en 1944, y luego nada hasta “The Lottery” en 1948.

Como después también me enteré la revista había rechazado todas los trabajos iniciales de J.D. Salinger, se imaginan??, creo que hay pocas personas que no hayan leído “El Guardian entre el centeno”.

Pero como Shirley no solía desanimarse, le pedía a su agente que le contara solo cuando había sido aceptado alguno de sus trabajos.

Para que más o menos sepan quién es, Shirley ha sido citada como una inspiración por Stephen King, Donna Tartt, Neil Gaiman y Joanne Harris.

Cuando la escalofriante historia de Shirley Jackson, “The Lottery” (“La Loteria”), se publicó por primera vez en 1948 en el New Yorker, generó más cartas enviadas a la revista que cualquier obra de ficción publicada anteriormente. Los lectores estaban furiosos, disgustados, y casi en su mayoría estaban desconcertados.

La protesta ciudadana sobre la historia se puede atribuir, en parte, a la práctica de The New Yorker, a no aclarar si las historias se trataban de hechos o de ficción, una práctica muy común en ese entonces.

Sin embargo, aunque los tiempos han cambiado y todos sabemos que la historia es ficción, “La Lotería” ha mantenido su control sobre los lectores década tras década.

“La Lotería” es una de las historias más conocidas en la literatura y la cultura estadounidense. Ha sido adaptada para radio, teatro, televisión e incluso ballet. El programa de televisión de Los Simpson incluyó una referencia a la historia en su episodio “Perro de la Muerte” (tercera temporada).

“La Lotería” se lleva a cabo el 27 de junio, un hermoso día de verano, en un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra donde todos los residentes se reúnen para su tradicional lotería anual.

Aunque el evento parece festivo, pronto queda claro que nadie quiere ganar la lotería. Tessie Hutchinson parece indiferente a la tradición hasta que su familia dibuja la temida marca.

Inmediatamente, Tessie protesta que el proceso no fue justo. El “ganador” resultará ser apedreado hasta la muerte por los residentes restantes.

Tessie gana, y la historia se cierra cuando los aldeanos, incluidos los miembros de su propia familia, comienzan a tirarle piedras.

Al igual que con muchas historias, ha habido innumerables interpretaciones de “La Lotería”. Por ejemplo, la historia ha sido leída como un comentario sobre la Segunda Guerra Mundial o como una crítica marxista de un orden social arraigado.

Se prestó a muchas y variadas interpretaciones: la propia Jackson en varias ocasiones afirmó que se trataba de antisemitismo, un reflejo de la fealdad de la sociedad y un juego de antiguos tropos mitológicos – son aquellos escenarios comunes en las obras de ficción que se vuelven tan comunes que el público ha podido abstraer su significado en una pequeña oración o en una pequeña escena- , y su influencia se puede ver por ejemplo, en “Los Juegos del Hambre”.

Independientemente de la interpretación que prefiera, “La Lotería” es, en esencia, una historia sobre la capacidad humana para la violencia, especialmente cuando esa violencia se expresa en un llamado a la tradición o al orden social. Solo basta que uno arroje la primera piedra, para que los demás se animen a hacerlo.

Después de publicada la historia, Jackson recibió varios cientos de cartas de suscriptores a la revista The New Yorker,. Y la escritora estaba muy alarmada por las cartas de personas que querían saber dónde se llevaba a cabo la Lotería y si podían ir a ver.


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