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Annabel Balderas Carrillo
No soy creyente del destino, hasta el día de hoy sigo sin creer que lo que me sucede es por obra de éste mismo, me gusta buscar una explicación lógica (aun cuando dentro de mi ser, opta por fantasear de vez en cuando) y por eso creo en la causalidad o la casualidad, es más certero aceptar los hechos, cuando sabes que son obras hechas y derechas, a buscar una explicación “razonable”, creyendo que “algo” quiere que así sea, el amor, la vida o el propio “destino”.

Resulta complicado y complejo, entender el modus operandi de la vida, y es que, cuando uno tiene un propósito, aparecen complicación que si bien, no lo cambia o modifica, a veces te pone a pensar, que las circunstancias te están haciendo una mala jugarreta para saber de qué estás hecho o acaso la vida misma te está diciendo que ese no es tu camino, sin embargo, estoy segura que esas piedritas en el camino (cual vil canción)  no son todas para lastimarte, detenerte o hacer que fracases, algunas son de buena suerte, otras sirven como apoyo y aprendizaje y muy pocas, son para desviarte a una mejor decisión.

Parte de un mejor futuro, es saber vivir el presente y aprender del pasado, muchos dejan que éste último gobierne el hoy, y cuando llega su futuro, no es lo que deseaban, sin embargo, la premisa básica del futuro dictamina que “todo lo que nos sucede es por algo” a veces no es tan cierto, nosotros somos los que vamos tomando la decisión de cómo vivir, de lo que más no haga feliz; todavía no entendemos que para poder avanzar, hay que saber disfrutar el momento, a cada situación hay que darle su debida atención, enfocarnos en lo que hacemos para poder aprender de ello, hay que entender que parte de lo que estamos viviendo no es porque “algo” lo decidió, todo lo decidimos nosotros.

Es como en una dulcería, al entrar, quieres todo, sin embargo, hay factores, como el dinero, las marcas, el sabor, el tipo, que hacen que decidas elegir solo unos cuantos, la única persona que va a elegir el dulce, serás tú; la vida es igual, todo tu alrededor está ahí, cada quien es libre de elegir qué rumbo tomar y qué acciones realizar, el problema radica en que no aceptamos equivocarnos, no somos capaces de decir “va, me equivoqué, acepto las consecuencias” y es ahí donde entra la frase tan trillada de “fue obra del destino” o “las cosas pasan por algo”, no somos capaces de entender que uno es responsable de sus propios actos, que a veces necesitamos escudarnos en pretextos tontos y no buscar una razón que haga sentirnos más plenos y comprender que las situaciones se deben a una buena o mala decisión. Seguimos creyendo en que si buscamos ese pretexto no físico, será menos doloroso el hecho de haberla regado.

Por eso, soy asidua creyente de las casualidades en la vida, ya que estoy completamente segura que no soy la única a la que ha sorprendido, no importa el cómo, sino el resultado de las sorpresas, además, dicen que a cada causa, hay un efecto, y ese efecto es producto de una decisión tomada por uno mismo, el efecto, sea positivo o negativo, es respuesta y/o resultado de lo que uno mismo desea. También creo en la causalidad, principio según el cual nada puede existir sin una causa suficiente, por ello el que, al no tener una explicación lógica del por qué, se debe buscar hasta poder contestarla y como siempre, nunca estaremos satisfechos con la respuesta que tengamos, siempre vamos a querer más.

Es simple y sencillo lo ocurrido en nuestro andar por la vida, uno decide hasta qué punto quiere llenarlo de brillos, que tan brillante quiere que quede y se vea,  o que tan oscuro y simple luzca, no es necesario encontrar o buscar un “algo” que nos dé la certeza de que si la regamos o le atimos es por qué ese “algo” lo hizo por nosotros, es momento de que nos creamos capaces de tomar decisiones acertadas y equivocadas, y que todo lo que nos ocurre, es porque así quisimos y así vamos a quererlo. Hay que disfrutar del momento, no pensando en si está bien o mal, sino en que algo bueno saldrá de ello, y de no ser así, ya sabremos cómo actuar ante una situación futura parecida.


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