Gaby Perillo
Hay una emoción que provoca la falta de abundancia en las personas… la envidia.
La envidia es un sentimiento experimentado por aquel que desea intensamente algo poseído por otro. Es una aversión a la desigualdad. La envidia daña la capacidad de gozar, genera ansiedad, tristeza, amargura y rencor. Las personas envidiosas utilizan frases o miradas inoportunas para hacer daño. No tienen paz interna ni alegría en el diario vivir. No se dan cuenta de sus bendiciones porque viven mirando las bendiciones de otros. Algunas causas de la envidia son:
• Tener una baja autoestima.
• Los celos (celos de que mi hermano, compañero de trabajo, compañero de estudio, socio, amigo etc. me supere en algún área determinada).
• Carencia de identidad (no saber quién eres y el valor que tienes como ser único)
• Deseo de ser el primero en todo, y deseo de reconocimiento.
• Sentimiento de desamor, abandono o falta de atención que haya padecido una persona durante alguna etapa de su vida.
• Sentimiento de inferioridad.
La frase estar verde de envidia, es muy probable que se refiera a la bilis, líquido segregado por la vesícula biliar, de color amarillo verdoso. Se creía que los envidiosos producían tal cantidad de bilis, que incluso se les teñía la piel hasta el punto de darle una tonalidad verdosa. Pero esto es solo una creencia y de ahí se derivó que el color verde se asociara con este sentimiento.
Pero, ¿qué sucede con las personas que albergan este sentir?
• Se convierten en personas rencorosas.
• Se vuelven personas tristes, duras, que sufren ansiedad.
• Desaprovechan las oportunidades propias por estar pendiente de los éxitos ajenos o estar maquinando como impedir que otros triunfen.
• Buscan hacer daño de cualquier manera.
• Nunca logran disfrutar de sus triunfos, viven insatisfechos ya que a pesar de lograr objetivos siguen deseando lo de los demás.
Sin embargo la envidia se puede combatir: reconozca su valor personal, aprenda a alegrarse de los triunfos ajenos, a admirar los logros y éxitos de los demás, ayude a otros a lograr sus metas sin criticar, busque sus propias cualidades y talentos, usted es único. Examine su corazón y encuentre porque no es feliz con lo que tiene. No viva deseando lo de los demás. Comience a ser agradecido y llegarán cosas buenas a su vida. Recuerde que somos un imán y atraemos lo que irradiamos. Lo que damos regresa. No existe envidia de la buena, ya que todos sus aspectos son negativos, la envidia es mala aquí y en donde sea.
”La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual”.