Cúpula / Morena no existe; el fenómeno se llama AMLO.
Los resultados en las elecciones del domingo 5 de junio no mostraron sorpresas. Los mexicanos aún siguen magnetizados –no por Morena—, sino por el fenómeno social llamado Andrés Manuel López Obrador.
El efecto social es el de un gobierno que dice combatir a la corrupción; que enfrenta a aquellos entes malignos del pasado, ya sean priistas o panistas y que está comprometido con erradicar la pobreza.
Por supuesto ninguna de éstas premisas se ha cumplido. Pero son las agitadas banderas de un hombre que ha cautivado la moral y el ánimo de los grandes sectores sociales.
La oferta es esencial y puramente emocional: “Estamos recuperando el país de las garras de los corruptos, los neoliberales, los hipócritas y conservadores”.
En un país cuya oposición es incapaz de construir una oferta alterna y ante medios de comunicación que tienen impactos muy limitados, porque siguen pensando en los esquemas de los años 70 y no saben utilizar las redes sociales, la voz del presidente López Obrador es la única que llega a los grandes sectores populares.
La “comentocracia” de Krauze, Aguilar Camín, Zuckerman, Dresser, Zaid, Martín Moreno, se queda suspendida en una burbuja que solo alcanza al círculo rojo: las clases medias acomodadas, los académicos, los comerciantes de economía holgada y los empresarios.
Pero para Panchita la señora que vende jugos en una esquina de Ecatepec; para Eusebio el peluquero que desde hace 30 años trabaja en la colonia Miguel Alemán del puerto de Veracruz; para Epifanio que tiene una miscelánea en Ixmiquilpan Hidalgo, solo existe la voz de López Obrador.
Ellos –como tantos otros millones de mexicanos–, no leen Reforma, ni la revista Proceso, tampoco ven Latinus.
Los dardos contra López Obrador son salvajes e inmisericordes, pero nunca llegan ahí, a los grandes sectores populares.
Sus discursos, sus arengas y argumentos son pensados para llegar precisamente ahí, donde tiene su círculo cautivo.
Y eso todavía no lo puede entender la cúpula de intelectuales mexicanos.
Pero todo ese gran fenómeno social está cimentado en la personalidad y la presencia de un solo hombre y al día siguiente de que ya no tenga su tribuna en una conferencia matutina la percepción social ira cambiando poco a poco.
Irremediablemente la realidad se va a imponer sobre un discurso que ya será del pasado.
En 2024 lo veremos.
DULCERÍA POBLANA.
CHALECOS PARA MOTOCICLISTAS: UNA MEDIDA PARA CONTENER EL CRIMEN.
En días recientes autoridades municipales de Puebla presentaron la idea de que los motociclistas porten un chaleco que deberá llevar un distintivo o un número que puede ser el mismo de la placa.
La medida es acertada y oportuna.
En días recientes han ocurrido dos atentados a bordo de motocicletas y si no se actúa desde este momento la plaga se puede extender.
Los fenómenos criminales se deben entender como una plaga; si no se atiende de inmediato, si no se fumiga o se corta, en unos días el hongo o la espora se va a extender. Puede iniciar en una sola planta, pero en semanas va a arrasar con un jardín.
Así, de la misma forma se debe entender la expansión de los grupos delictivos.
En las principales ciudades de Chiapas, en Tuxtla Gutiérrez, Tapachula y Comitán, la motocicleta es el vehículo preferido de los criminales. En sus calles circulan decenas de sujetos armados.
Hoy es el momento de actuar, porque la Zona Metropolitana de Puebla (ZMP) es muy vulnerable a ser tomada por motociclistas delincuentes.
En una persecución en el Centro Histórico o en el distribuidor Juárez – Serdán, una motocicleta de 250 centímetros cúbicos puede dejar atrás a un convoy de patrullas.
Este es el momento de actuar. Antes de que la plaga se propague.
SE DESMORONA EL AYUNTAMIENTO DE PEDRO TEPOLE.
Sin duda alguna el Ayuntamiento de Tehuacán es el peor del estado de Puebla.
Con claras evidencias de corrupción, una atroz incapacidad administrativa, una cerrazón salvaje y un concepto ínfimo de lo que debe ser una ciudad.
Renglón aparte merece la crisis de inseguridad y delincuencia que simplemente no pueden controlar.
Cada día que pasa se ratifica que Pedro Tepole nunca debió llegar a la presidencia de Tehuacán. En su natal población San Felipe Maderas haría un papel adecuado, pero en la segunda ciudad del estado nada tiene que hacer.
En tan solo siete meses su Ayuntamiento se está cayendo en pedazos y las evidencias son contundentes.
En octubre, al iniciar el trienio fue nombrada Ruth Becerra García como Contralora Municipal; solo estuvo poco más de dos meses en el cargo. El 11 de enero fue sustituida por José Luis Ranulfo Morales Martínez, persona completamente ajena a Tehuacán.
Como Secretario General inició Alejandro Macbeth Curro Mendoza quien solo estuvo cinco meses en funciones. A inicios de mayo llegó su remplazo, Edgar Fidel Cruz Trujillo, un abogado de bajo perfil y ligado a cargos en Ayuntamientos panistas; en alguna ocasión colaboró con Laura Escobar.
El Tesorero Municipal José Alfredo Vitela Corrales estaba relacionado con algunos de los Ayuntamientos más corruptos de la región, como fue la administración de Luis Flores en Santiago Miahuatlán.
Versiones extraoficiales aseguran que fue sorprendido en actos de corrupción. Obviamente la sorpresa fue para ellos, no para Cúpula porque ya conocíamos sus mañas. El nuevo tesorero es Raúl Hernández Rivera, otro ilustre desconocido en la ciudad.
En siete meses han caído la Contralora, el Secretario General y el Tesorero. Pruebas más que contundentes de un Ayuntamiento de plastilina que se está deshaciendo con la temperatura ambiente.
Pero sobre todo Pedro Tepole llevará a Tehuacán a una crisis de inseguridad sin parangón, sin antecedente.
Al tiempo.
cupula99@yahoo.com
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