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Cúpula / Lalo pide candidatos ciudadanos ante un panismo desfondado.

Puebla, Puebla, miércoles 3 de enero de 2024 / La declaración de Eduardo Rivera no tiene pierde y ratifica lo que siempre hemos subrayado: hubo un morenovallismo que nunca fue panista y un panismo que nunca fue morenovallista.

Este jaloneo que se prolongó durante casi una década -desde 2010 hasta 2018-, causó una crisis partidista en todo el estado.

Cuadros destacados del panismo tradicional fueron desplazados y marginados para dar cabida a un grupo político que hasta el último minuto defendió los únicos intereses que le importaban: los enjuagues financieros.

De principio a fin; desde que en 1998 Melquiades Morales les abrió la puerta de las arcas y los convirtió en el “Grupo Finas Tranzas”, también conocido como Grupo Finanzas, el bloque morenovallista solo tuvo un interés: amasar fortunas al amparo del poder.

Fue el grupo Atlacomulco en su versión poblana, cuyos discípulos y secuelas llegan hasta estos días.

En el aspecto político ese régimen fue un creador de mitos enormes que se sostenían en el dedo de su finado líder.

Durante ocho años presenciamos toda una cadena de creaciones ficticias que se convirtieron en cenizas junto con los restos del helicóptero Agusta.

Hoy que Rivera Pérez, líder del híbrido Yunque – PAN, recorre el estado se percata que ya no existen liderazgos dentro del albiazul; que toda una generación fue decapitada para dar paso a las ocurrencias del dictador local.

En este momento que Lalo recorre el estado puede dimensionar el naufragio azul.

Rivera está presenciando cómo el morenovallismo casi extinguió al verdadero panismo poblano.

Por esta razón ahora declara que requieren candidaturas ciudadanas, porque ya se dio cuenta que los liderazgos azules desaparecieron o están agonizando.

En esta etapa la urgente tarea de su equipo es buscar empresarios, catedráticos, deportistas, universitarios, mujeres líderes que estén interesados en buscar una presidencia municipal o una diputación, porque la caballada azul está terriblemente flaca.

Desde ahora podemos adelantar que esa faena será otro fracaso.

También lo hemos apuntado en otras entregas; Rivera Pérez nunca construyó una estructura estatal.

Hace 22 años fue presidente del CDE; tuvo dos décadas para tejer un andamiaje desde Xicotepec de Juárez hasta Ajalpan.

Sin embargo nunca lo hizo.

La organización sinarquista Yunque no tiene visión política; su fuerza se centra en el hermetismo y la cerrazón con la que defienden sus intereses.

Por eso no tienen una perspectiva periférica, ni estatal.

Con esa mentalidad sectarista y centralista Rivera Pérez se concentró en la Angelópolis sin ver más allá de Amalucan y hoy está enfrentando las consecuencias.

Los años del morenovallismo causaron estragos tanto en el priismo como el panismo.

Sus líderes cometieron el error de permitir que los relegaran y los utilizaran como si fueran sitios de alquiler.

Pocas voces se levantaron en su momento; se pueden contar con los dedos de una mano.

Destaca, sin lugar a dudas, Ana Teresa Aranda Orozco quien nunca bajó la bandera del panismo tradicional.

Empero “La Doña” poco puede hacer en este proceso electoral.

Sus aliados fueron los militantes panistas que enfrentaron al gobierno de Manuel Bartlett; los aguerridos combatientes del conflicto en San Martín Texmelucan y quienes la apoyaron en la campaña de 1998.

Hace 26 largos años las arengas y encendidos discursos de la señora sacudían a la base blanquiazul, pero hoy los nuevos cuadros ni siquiera la conocen.

Paulatinamente Lalo Rivera reconocerá -en privado-, que pelear la gubernatura con un panismo menguado y lastimado es un grave error.

Conforme avancen las semanas y meses de la contienda irá reduciendo la intensidad de sus giras y discursos.

En unas semanas el líder yunquista aceptará que la única opción realista era buscar la senaduría por la vía de primera minoría y no lanzarse a una aventura sin pies, ni cabeza.

En estos días buscarán con desesperación figuras ciudadanas.

No descarte que la plana mayor del blanquiazul vaya a ofrecer una candidatura a Enrique Cárdenas y a otros académicos del mismo perfil.

A ese grado llegará el agobio.

Sin embargo será tarea vana y banal. Una trayectoria política se construye en décadas, no en días.

La campaña de Rivera Pérez arranca débil y conforme pasen las semanas se irá desfondando.

Al tiempo.

cupula99@yahoo.com


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