Cúpula / El Yunque de Rivera y su vocación fascista.
lunes 10 de marzo de 2024 / En la historia reciente de Puebla nunca se vieron imágenes semejantes.
Hace unos meses y ante la falta de canales de diálogo pobladores de la Resurrección trataron de irrumpir en el palacio municipal; con un tractor amagaron con tirar el portón del ‘Charlie Hall’.
En respuesta y con uso excesivo de la fuerza pública la policía municipal disolvió la manifestación.
Otro caso.
Prácticamente hace unas horas grupos de feministas fueron brutalmente reprimidas por el aparato policiaco del Ayuntamiento.
Minutos antes se mostraron pruebas de sujetos que se infiltraron en la marcha para crear condiciones de confrontación y encono.
Los uniformados del municipio nuevamente recurrieron al uso excesivo de la fuerza, ahora contra jovencitas que no sobrepasan los 22 años de edad.
En ambos casos, tanto con los pobladores de la Resurrección como con los grupos feministas el Ayuntamiento de Eduardo Rivera Pérez -ahora encargado a su socio el “baby suplente” Adán Domínguez-, ha mostrado que no tiene operadores políticos, incluso no le interesa tenerlos.
Estamos ante las pruebas fehacientes de una administración que no tiene disposición para el diálogo y la conciliación.
Tampoco tiene enlaces que puedan entablar puentes de acercamiento.
Para la administración de Rivera Pérez es más fácil reprimir y amagar las expresiones sociales.
Simplemente no tiene sensibilidad, ni tacto frente a estos escenarios.
En el remoto, muy remoto caso de que Eduardo ganara la gubernatura veríamos el despliegue de la Policía Estatal sometiendo y amedrentando actos de protesta social por toda la entidad.
Esa es la línea que le dicta su asesor en materia de “gobernabilidad” y “seguridad” Enrique Guevara Montiel.
En el marco nacional constantemente escuchamos las arengas del presidente López Obrador señalando a grupos clasistas.
En Puebla queda claro que el Ayuntamiento yunquista de Rivera es ejemplo inapelable de una administración de ese tipo; una burbuja a la que poco importa tener canales de diálogo con grupos populares.
El Yunque es una cofradía hermética, elitista y por supuesto clasista.
Ahí solo unas cuantas familias custodias tienen la palabra; en petit comite toman decisiones que repercuten en toda la ciudad de Puebla.
Hoy algunos sueñan con llegar a la gubernatura, pero sus acciones los delatan.
Su cerrazón frente al diálogo social y su forma de reprimir expresiones plurales los exhibe de cuerpo entero.
Eduardo Rivera Pérez es un mini Rafael Moreno Valle.
En el fondo y detrás de sus cuidadosos discursos hay un gobernante autoritario e intolerante.
Las imágenes del 8M frente al ‘Charlie Hall’ son un profundo llamado de atención a la sociedad poblana.
El electorado debe reflexionar sobre la posibilidad de dar su voto a un personaje que en los hechos ya demostró su vocación fascista.
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