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Cúpula / Delincuencia y accidentes carreteros por vacío de autoridad

Columna publicada el martes 20 de mayo de 2025.

La madrugada del viernes 6 de octubre de 2023 un autobús circulaba a velocidad inmoderada sobre la supercarretera Oaxaca – Tehuacán.

En una curva se volcó; en el hecho perecieron 18 migrantes y 27 resultaron heridos.

Después de la tragedia llegó la infamia.

Una agente del Ministerio Público ordenó que algunos de los cuerpos fueran enviados a la fosa común.

Desde Venezuela varias familias pidieron a través de redes sociales que eso se impidiera.

Gracias a la presión, los cuerpos fueron cremados y las urnas enviadas a su país.

La mañana del miércoles 14 de mayo del presente 2025 una pipa a exceso de velocidad sobre la supercarretera Cuacnopalan – Tehuacán chocó de costado con un AU, siguió avanzando e impactó de frente a una Urvan llena de pasajeros.

21 personas perecieron.

La colisión fue devastadora.

La pipa golpeó de frente a la colectiva, la lanzó y la unidad quedó volteada, el toldo sobre el pavimiento y las llantas hacia arriba.

Frente a los hechos las necropsias eran innecesarias.

Lamentablemente ninguna autoridad solicitó que se dispensaran las autopsias.

Días después, el sábado 17 de mayo dos camiones se vieron involucrados en un percance en la autopista Puebla – Cuacnopalan a la altura de Tepeaca.

Un tramo de cuatro carriles.

El problema de fondo no es el número de carriles, sino la falta de una estrategia de vigilancia y seguridad en las carreteras.

Sobre la zona de Acatzingo hemos visto circular camiones a 140 kilómetros por horas o automóviles a 180 o más.

El verdadero problema es la ausencia de un sistema de vigilancia policiaca y esto lleva a una anarquía vial que se refleja en exceso de velocidad y manejo imprudente.

Cuando existía la Policía Federal de Caminos había una mayor seguridad y control en las carreteras.

La corporación tenía toda una serie de protocolos para su funcionamiento; operativos coordinados con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; los llamados “carrusel”, “guía”; recorridos con radar para detectar unidades a exceso de velocidad.

Actualmente la Guardia Nacional y los oficiales encargados de vigilar las autopistas ya no hacen recorridos preventivos.

Pasa un camión a evidente exceso de velocidad y ellos siguen platicando.

Tampoco se realizan operativos de inspección mecánica a vehículos pesados.

Por eso se registran tantos accidentes de camiones sin frenos.

Incluso en otras épocas se hacían revisiones médicas a los conductores de camiones para detectar efectos de algún medicamento psicotrópico.

Hoy los oficiales de la Guardia Nacional no reciben entrenamiento en el manejo de vehículos; tampoco tienen conocimientos de mecánica y jamás se hacen revisiones médicas.

La gran mayoría de los oficiales de la GN son soldados, elementos de la SEDENA que no están capacitados en manejo de patrullas, desconocen todo lo referente a la vialidad y mecánica de vehículos ligeros y pesados.

En años recientes esto se refleja en autopistas que son tierra de nadie.

No hay vigilancia, ni control alguno.

Por esa razón son los hechos delictivos, el salvaje número de asaltos, pero también el elevado índice de accidentes.

El número de carriles nada tiene que ver.

Es una crisis de instituciones, en este caso la Guardia Nacional que no está capacitada para controlar carreteras.

Un pequeño municipio, una ciudad o una carretera sin vigilancia es caldo de cultivo para el caos y la anarquía.

Mientras esto no se corrija los asaltos y las tragedias continuarán.

cupula99@yahoo.com


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