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Cúpula / Cedillo, sutil firmeza al frente de BUAP

Columna publicada el martes 24 de junio de 2025.

Las guerras intestinas suelen ser las más cruentas.

Cuando el enemigo habita el mismo lugar simulan sus verdaderas intenciones hasta que finalmente dan el golpe que los exhibe.

Eso fue lo que sucedió en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) cuando los emisarios del pasado enviaron a sus personeros a desestabilizar la institución más respetable de la entidad.

En los tiempos complicados que atraviesa Puebla, la Universidad representa un bastión de valores: identidad, entrega, compromiso y preparación.

A nivel nacional la Benemérita es un símbolo de la excelencia y pulcritud.

Pero hay quienes solo ven a la BUAP como un símbolo de pesos; como un jugoso y apetecible botín.

Para 2025 la institución tiene un presupuesto de 10 mil 370 millones de pesos.

Por esta razón a muchos se les hace agua la boca.

Los urdidores de la desestabilización iban tras este monto.

Esa era su única intención.

En meses recientes la codicia y la ambición fueron el combustible que impulsó el intento de “golpe de estado” o mejor dicho golpe de rectorado al interior de la BUAP.

En más de una ocasión los personeros, los emisarios del pasado expresaron su falso mensaje a la Rectora Cedillo:

“…Doctora nosotros velaremos por preservar su legado… Sabremos darle continuidad… Veremos que su nombre quede inscrito en las páginas de la institución, pero en este momento es necesario que por el bien de la Universidad usted ceda la estafeta…”

Con una enorme falsedad una cofradía de corruptos ofrecía a la académica preservar su memoria, siempre y cuando se hiciera a un lado y les dejara el cargo.

Por supuesto con el presupuesto aquí anotado.

A la funesta intención se sumaron operadores de Antorcha Campesina que buscaban aplicar el mismo modelo que ya practican en la Universidad Autónoma de Chapingo donde sus agitadores son parte de la nómina y el presupuesto académico.

Los Antorchistas detentan plazas y parte de los montos que maneja aquella institución.

Esa era su intención dentro de la BUAP, colocar a sus peones y cobrar sus mezquinos servicios a un nuevo rector.

Debe subrayarse con toda precisión.

Los operadores de la inquina, los intrigantes no pierden la esperanza de buscar otra oportunidad para tomar por asalto la Universidad.

En este contexto se han topado de frente con la sutil, la menuda pero firme mano de la Rectora María Lilia Cedillo Ramírez.

Los correos de la insidia pensaron que la personalidad apolítica de la Doctora sería una buena oportunidad para asestar el golpe.

Sin embargo, se enfrentaron con la tenacidad de una académica que tiene espíritu de guerrera.

Como una brigadista que combate un enorme incendio forestal Cedillo tomó una pala y fue apagando fuego por fuego; aún las más pequeñas brasas fueron sofocadas.

El rigor y el pensamiento de una doctora en Microbiología sabe de la importancia toral de los detalles más pequeños.

Nada escapa a su aguda visión del quehacer universitario.

Así con ese método apagó el incendio que amenazó con consumir a la BUAP bajo las llamas de la voracidad.

Cedillo se prepara para un segundo periodo al frente de la Benemérita y lo hará con la pulcritud y honestidad de siempre.

Ella no ocupa la academia para buscar una senaduría u otro cargo político.

Se debe enteramente a la BUAP y así lo ha demostrado.

cupula99@yahoo.com


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