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Cúpula / Alcaldes rebasados por la delincuencia.

Columna publicada el lunes 28 de abril de 2025 en el portal Periódico Central.

Estas son algunas instantáneas.

Las imágenes de Acatzingo revelan el hartazgo y la irritación social ante el Ayuntamiento de Germán Coleote quien en poco más de 100 días no atina a hilvanar una estrategia de seguridad.

La turba se encendió ante unos ladrones de mototaxis.

De ninguna forma es crimen organizado. Solo son pequeños hampones que tienen agobiada a la población.

Varios municipios son mudos testigos de un tiradero de cadáveres maniatados, encobijados, emplayados.

No tienen la más remota idea de por dónde implementar un sistema de patrullaje y vigilancia, mientras los uniformados evitan tocar el tema.

Todo apunta a ejecuciones de un cártel del crimen organizado.

Una veintena de presidentes municipales poblanos tiene el apoyo de elementos de la Marina Armada, Ejército, Guardia Nacional y Policía Estatal, pero aun así no pueden coordinar una estrategia de seguridad.

Sus patrullajes semejan un desfile de corporaciones que no ofrecen resultados.

En próximos días un numeroso contingente de pobladores de Coyomeapan se trasladará a la ciudad de Puebla para exigir que se proceda contra los autores intelectuales de una serie de asesinatos de activistas de aquel municipio.

La población acusa directamente a los hermanos Araceli y David Celestino Rosas.

La realidad que observamos en todo el estado es la misma.

Los alcaldes están completamente rebasados por la delincuencia doméstica, el hampa común.

En muchos casos son asaltantes de poca monta que tienen en jaque a varios municipios.

Esto se debe al desconocimiento de los alcaldes en materia de Seguridad Pública.

La gran mayoría de los ediles llegaron al cargo como pequeños fenómenos de popularidad, pero en realidad poco saben de la administración pública y mucho menos de un área particularmente delicada, la seguridad de sus municipios.

El problema es que en Puebla ya es evidente la presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y sus células ‘Operativo Barredora’ y ‘Grupo de Operaciones Especiales Mencho GOEM’.

Como hemos visto estos sicarios liquidan a pequeñas bandas, por eso aseguran que “barren” y limpian de delincuentes, pero con otros pactan para su organización.

Sería un escenario terrible que el cártel hiciera una alianza con “El Toñín”, el jefe criminal de la zona de Palmarito Tochapan.

En ese momento el huachicolero empoderado por los jerarcas del partido Pacto Social de Integración (PSI) tomaría aún más fuerza y el control absoluto de los municipios del ‘Triángulo Rojo’.

Los hechos que presenciamos en Acatzingo pueden ocurrir en cualquier otro municipio del estado y del país.

Por esta razón es de vital importancia replantear la vigilancia sobre presidentes municipales y conducir sus estrategias de seguridad.

Asimismo, se ha insistido en un órgano de inteligencia policiaca que recopile toda la información para la Secretaría de Seguridad Pública estatal.

Hasta el momento cada quien va por su lado.

La Policía Estatal no tiene un enlace con la Policía Ministerial.

Los elementos de la Marina Armada atienden observaciones de los alcaldes, pero no hay una coordinación real con efectivos del Ejército y la Guardia Nacional.

Cada quien jala por su lado.

El gobernador Alejandro Armenta es un político aguerrido, combativo y “echado para adelante”.

Aquí es donde debe verse la mano dura del mandatario.

Enfrentar a la delincuencia comienza por meter en cintura a los presidentes municipales como ya lo hizo en Ciudad Serdán y Tlachichuca.

Pero también debe imponer una estrategia entre corporaciones en todo el estado.

Sobre todo, porque los presidentes municipales no atan, ni desatan.

cupula99@yahoo.com


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