Cúpula / 43 años después, otro García en la antesala.
Columna publicada el martes 30 de septiembre de 2025.
El ejercicio de rememorar pasajes de la historia es inherente al trabajo periodístico.
Al retomar testimonios e imágenes del pasado se reconstruyen episodios torales en la historia de una sociedad.
El columnista Raymundo Riva Palacio escribe todas las semanas una entrega intitulada Ayuda de Memoria donde rescata, repasa, pero sobre todo contextualiza el rol de personajes en la agenda nacional.
En días recientes la pantalla chica presentó la primera parte del documental ´PRI, crónica del fin’; el apasionante recorrido del partido hegemónico que condujo la evolución de México durante 71 años. La fotografía del ascenso y declive es impecable.
Un aparato político se mantuvo como eje de la vida nacional hasta que sus errores causaron una crisis que abrió la puerta a la tecnocracia.
En breves segundos el expresidente Carlos Salinas de Gortari sentencia: “lo que afectó al PRI fueron las crisis económicas”.
Un paréntesis, esa nota económica debe tener la mayor relevancia para la presidenta Claudia Sheinbaum porque los números no son favorables para el segundo piso de la transformación.
El costo financiero de la deuda asciende a 10.4%, el más alto en 34 años de acuerdo a México Evalúa y la inversión pública no rebasa el 10% como apunta el observatorio México ¿cómo vamos?
En las calles es evidente la inflación y el incremento en la canasta básica.
Hasta el momento la macroeconomía es el talón de Aquiles del sexenio y puede provocar un precipitado socavón en la hegemonía de Morena.
Volvamos a la serie producida por Denise Maerker.
Otro punto relevante en la narrativa retrata la disyuntiva de José López Portillo frente a la sucesión presidencial de 1982.
Uno de los priistas emblemáticos, Pedro Joaquín Coldwell revela las palabras del entonces mandatario: “Solo tengo dos nombres; si el problema es político, Javier García Paniagua, si es económico, Miguel de la Madrid”.
Como los números estaban cimbrando al país se dio acceso a los tecnócratas.
En su momento las bases se mostraron contrariadas.
García era un político de carrera.
Ocupó las secretarías de la Reforma Agraria, del Trabajo y fue titular de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) el brazo de control del régimen donde confluyeron personajes como Fernando Gutiérrez Barrios, Luis de la Barreda o Miguel Nazar Haro.
Los contemporáneos de la época señalaron que García Paniagua era un político nato; como presidente del PRI contaba con el respaldo de los sectores tradicionales y una enorme base social.
La historia describe que García estuvo en la antesala de Palacio Nacional como preferido de las huestes tricolores.
Sin embargo, el contexto de la crisis petrolera rompió el equilibrio político e inició el periodo neoliberal.
El repaso a la historia es fascinante, sobre todo porque a 43 años de distancia, otro García también acaricia la posibilidad de ocupar la silla presidencial.
Omar García Harfuch, hijo de García Paniagua es un proyecto en construcción.
En algún pliegue del pensamiento científico de Claudia Sheinbaum se impone la necesidad de implementar una severa política de seguridad que pueda terminar con la catástrofe humanitaria que azota al país; la ola de violencia que en Cúpula hemos llamado el Holocausto mexicano.
En 1982 dos temas preocupaban al presidente, la problemática política y la económica.
Hoy solo existe una prioridad: pacificar al país que está convertido en un narco Estado.
Por ello Omar García Harfuch es el proyecto rumbo al 2030.
cupula99@yahoo.com
TAGS