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Alejandra Garciamontes Pérez
Maestra en Gobernanza Digital

“No se puede escapar de la responsabilidad del mañana evadiéndola hoy”.
– Abraham Lincoln.

El asunto no es un arcoíris de la felicidad, donde todos sonreímos y transitemos.

Vivimos en un mundo bastante complicado donde nos estamos acabando el planeta, estamos acabando con la felicidad, estamos acabando con los valores y lo más triste e importante estamos acabando con nosotros mismos.

Los seres humanos tendemos a culpar a los demás y no agarrar las riendas de nuestras responsabilidades, culpamos a los malos gobiernos.
Pero ¿qué hacemos para que no nos gobiernen de esa manera?

Hoy estamos pasando por un momento muy crítico en Tehuacán, donde no hay un camino de regreso, sino un camino hacia el abismo o a la reconstrucción.

Pero ¿qué podemos hacer?, ¿acaso nos harán caso?, ¿a poco vale la pena si ni escuchan?
Esas son las preguntas que se escuchan en todos lados.

¡Si Tehuacán, si se puede y es hora de accionar para poder sembrar y cosechar!

No se trata de una semana o de aspirinas de conciencia por separado, sino de hacerlo unidos como sociedad, sin importar colores, dándole prioridad al amor y al orgullo tehuacanero.

Estamos empezando tiempos electorales, esos benditos tiempos, donde nos dividimos, nos peleamos y nos convertimos en los colores más afines a nosotros.

Pero ¿realmente somos conscientes al elegir a los que nos representan? ¿realmente los conocemos o votamos en cascada por nuestros representantes?

O simplemente votamos pensando en el bien personal, en el compadrazgo o simplemente porque estamos acostumbrados, ya que crecimos con esas ideas y esa afinidad.

¡Basta ya de solo vivir para salir a flote!, basta de que nuestros jóvenes y niños crezcan creyendo que no puede existir un mundo, país, estado y municipio mejor.

Basta de enseñarles conformismo y egoísmo.
Mientras sigamos actuando y pensando solo en nuestro bienestar y no en el bien común estamos destinados al fracaso.

Y no solo me refiero a un fracaso como municipio pobre, sin esperanza, sin servicios, sucio y en el olvido.

Lo que estamos viviendo está trascendiendo a generaciones perdidas, sin autoridad, sin guía, con miedo e inestabilidad y recordemos que los detonantes para las guerras son sociedades con miedo, inestables y con mucho rencor.

No nos podemos seguir permitiendo vivir en el desequilibrio, pensando que nada puede ser peor y cada día nos sorprendemos más de caer a un socavón sin retorno, donde solo unidos como sociedad civil podremos retomar el rumbo y dejar de estar dando tumbos.

En este punto no importan los colores, las doctrinas o el quererse colgar la medallita.

Va mucho más allá. O ponemos un alto o seguiremos fomentando generaciones con brechas inmensas de desigualdad.

Para que una sociedad funcione deben existir equilibrios y esos equilibrios solo los podemos dar los CIUDADANOS.

Es nuestra obligación exigir, como nuestro derecho es vivir dignamente, tehuacaneros somos grandes.
Dejemos de ser la cola de león y convirtámonos en la cabeza del ratón.

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