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Tomando conciencia del tiempo, alguna vez nos llegamos a preguntar por qué se mide el tiempo, por qué tenemos la costumbre de dar medida, y en cambio por qué no solo continuar un día más y otro y otro, por qué les dimos nombre a los días y a los meses.

Esto viene desde la antigüedad

Al domingo se le nombró así por la palabra latina dies Dominicus (‘día del Señor’), debido a la celebración cristiana de la Resurrección de Jesús aunque en la antigua Roma se llamaba a este día dies solis (‘día del sol’), dedicado a la divinidad pagana denominada Sol Invictus o Sol vencedor, esto al observar el movimiento de nuestro astro, su ir y venir, cómo se acortaba su camino y luego volvía a retomarse hasta tener el mayor tiempo de luz solar posible, y nuevamente decaer y así con cierta constancia, es de aquí que se comenzó a medir el año teniendo así la secuencia de 364.25 días, que en nuestro calendario remediamos con el año bisiesto, aumentando un día en febrero cada 4 años, los mayas celebraban el año nuevo tomando en cuenta este ¼ de día celebrando así cada ciclo nuevo un año a las 6:00 de la mañana, el siguiente año a las 12:00 medio día, posterior mente a las 18:00 y a las 24 horas, cerrando así equitativamente cada momento solar, siendo una manera más natural y sin complicaciones.

El Lunes se le dedico a la luna dándole una característica femenina pues se observó también que regulaba las mareas, el ciclo menstrual y los partos.

El martes dedicado al planeta Marte y dios griego de la guerra.

El miércoles dedicado a Mercurio. Este era para los romanos el dios del comercio, el protector de los viajeros y el emisario de los dioses.

El jueves procede de la expresión latina Jovis dies, que significaba ni más ni menos que ‘día de Júpiter’, pues este era el dios al que se le encomendaba este día.

El viernes proviene del latín Veneris dies; ‘día de Venus’ (la diosa de la belleza y el amor en la mitología romana, en la mitología nórdica esa diosa se llama Freyja).

El sábado viene de la palabra hebrea שבת (sabbath). Su sentido original es descanso.

Y aunque en la realidad era otro el orden que se les daba dentro de la semana.

Podemos ver entonces que antiguamente a cada día se le da un nombre y era dedicado y regido por los míticos dioses y sus características, cosa que se retoma en el Catolicismo de quien se obtiene el calendario que nos rige desde que san Gregorio lo decidió así, y donde a cada día solar se le otorga un “Santoral” o serie de patronos y santos que lo rigen, o a quienes se les atribuye una capacidad especial, y por lo que se acostumbraba dar su nombre del santo que correspondía por nacimiento a cada recién nacido, pensando en que el patrono de ese día le extienda sus favores y protección, durante toda su vida.

Al finalizar un ciclo, nos entra la nostalgia, vienen recuerdos, y es buen momento para devolver lo prestado, pagar deudas, visitar a los ancianos y enfermos, dar al que necesita, y realizar todos los conocidos rituales para recibir “con todo” el año que comienza.

Justo al fin del presente año, me permito enviarles mis mejores deseos, en salud, abundancia y bendiciones para ustedes y sus familias.


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