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Artículo enviado por  Juan Manuel Gabriel Villegas ; Catedrático Universitario.

Sentado en la mesa de un restaurante, frente a una pequeña cacerola, después de un largo año de espera me veo al fin frente a un humeante y aromático plato de mole de caderas, puedo sentir su aroma, todas y cada una de las especias que embriagan, mis cinco sentidos  y  hacen que casi pueda sentir su sabor en mi boca. Al probar la primera cucharada siento la saturación de sabores que hacen una fiesta en la boca, el sabor picante de los chiles, el característico sabor de las caderas de matanza y así sucede con los demás productos derivados de los mismo se disfruta un sabor único y porque no decir inigualable.   Me levanto al fin de la mesa, pago la cuenta y me retiro del restaurante con la firme intención de regresar el próximo año a disfrutar nuestro platillo tradicionalmente tehuacanero.

Un año más tarde me doy cuenta que ha subido de precio volviéndose un lujo para una persona como yo y lo mismo paso el siguiente año y de nuevo el siguiente hasta y este año no fue la excepción.

Reflexionando sobre esto dije ¿qué está sucediéndonos? ¿Porque cada año es más caro?, pasando por mi mente infinidades de preguntas, más llegando a la conclusión de que seguir así aumentando exageradamente de precio cada año su tendencia será desaparecer por ser incosteable para el habitante promedio de Tehuacán.

Hace años sabíamos de que Tehuacán fue el primer centro hidromineral de América lo que fue todo un orgullo para los habitantes de esta ciudad y que actualmente nuestros manantiales se encuentran vendidos a empresas extranjeras;  también se conoció a Tehuacán como la ciudad de las granadas, se realizaba también la feria de las espigas y muchas otras cosas más que por alguna razón pasaron a la historia, quedando en el recuerdo de la gente adulta y que comentan  con una gran nostalgia.

¿Será ahora el turno del mole de caderas el que sigue por desaparecer? ¿acaso en unos años más solo quedará el recuerdo de lo que fue esta tradición? O ¿será que el tehuacanero es tendiente a desaparecer lo poco tradicional que tiene?

Desde mi punto de vista el mole de caderas de seguir así con esos precios tan altos en unos años pasará al recuerdo quedando solo en la memoria de unos cuantos o en su defecto pasará lo mismo que nuestras playas mexicanas: que son tan caras que solo los ricos y extranjeros pueden disfrutarlas dejando a un lado a la gente de nivel medio  y lugareños.

Recordemos pues que el sueldo promedio en nuestra ciudad es de 700 pesos y veo que no puede competir contra los 350 pesos de un mole de caderas para el trabajador común significaría dejar sin comer a su familia.  Sin embargo pedimos brindarnos la oportunidad de seguir disfrutando de sus sabores que nacieron  tradicionalmente para ser compartidos por todas las clases sociales y que gracias a esas personas trabajadoras de escasos recursos es que nació y se dio a conocer este delicioso platillo en la ciudad de Dioses.

Ahora bien después haber expuesto mis ideas y el probable final del mole de caderas, pienso que no me queda de otra más que decir adiós mole de caderas siempre vivirás en mis recuerdos…


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