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Cúpula / Negacionismo frente a la catástrofe mexicana.

Puebla, Pue. martes 8 agosto de 2023 / El término negacionismo significa “Rechazo de un hecho histórico o de una evidencia que se consideran desagradables y crean malestar”.

Es un alegato frecuente frente los hechos ocurridos en Europa durante la Segunda Guerra mundial.

Una corriente de opinión -simpatizante del nazismo-, asegura que el genocidio contra el pueblo judío nunca existió.

Un bloque de sedicentes analistas afirma que los campos de exterminio, las cámaras de gases y los hornos crematorios para miles de cuerpos fueron un invento de los aliados, Estados Unidos e Inglaterra, así como del ejército ruso.

Aún hoy grupos antisemitas afirman que el Holocausto judío es un artificio propagandista de Estados Unidos.

Guardando las debidas proporciones en México está ocurriendo algo semejante.

El país lleva tres sexenios hundido en una vorágine de violencia incontenible.

La falsa guerra contra el crimen organizado iniciada por Felipe Calderón que continuó Peña Nieto y llega hasta los días de López Obrador es exactamente la misma.

Para los cárteles no hay colores partidistas, ni diferencias políticas.

No les importa quien ocupe la silla presidencial.

Siempre tendrán los conductos, las vías para negociar al más alto nivel de la cúpula política.

A lo largo de 17 años los grandes capos continúan su expansión nacional y global.

Hoy las organizaciones mexicanas son consideradas más peligrosas que los grupos terroristas islámicos.

Son evidentes la complacencia, la tolerancia oficial y en muchos casos la complicidad.

La máxima del General Álvaro Obregón “Nadie aguanta un cañonazo de 50 mil pesos” goza de cabal vigencia, pero con su conversión a dólares.

Mensualmente algunos gobernadores, fiscales estatales, regionales, secretarios de Seguridad Pública, mandos de las policías ministeriales reciben un portafolios con las “atenciones” del cártel dominante.

Esto les otorga una licencia para ejecutar y desaparecer ciudadanos de manera impune.

De acuerdo a cifras oficiales durante el sexenio de Calderón se registraron 120 mil asesinatos.

En el periodo de Peña Nieto se reconocieron 157 mil muertes y en lo que va de la era López Obrador ya son más de 151 mil personas ultimadas.

Los últimos tres sexenios arrojan más de 400 mil mexicanos abatidos por las balas.

Al dato de los decesos se debe agregar el número de los desaparecidos, un fenómeno paralelo a la violencia criminal.

México es una gran fosa clandestina.

Desde Tijuana hasta Playa de Carmen surgen los colectivos de madres buscadoras que con pala en mano escarban en parajes desolados con la esperanza de encontrar los restos de sus hijos.

México jamás verá a un gobernador, un senador o un presidente municipal acompañar a esas madres buscadoras.

Y hoy frente a esta realidad que en Cúpula hemos llamado el Holocausto mexicano comienza a surgir una corriente de “negacionismo” y afirman que no son tantos las muertes, ni las desapariciones.

Esto tiene una razón.

En algunas fiscalías los asesinatos se registran como “Delitos que atentan contra la integridad de la persona”, con esto evitan la palabra “Homicidio” y por ende no se agrega a las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Es un gran ejercicio de política cosmética. Buscan maquillar la cotidiana brutalidad que flagela a estados, regiones y ciudades enteras.

Solo eso nos faltaba. Ahora pretenden negar que México está hundido en un baño de sangre.

cupula99@yahoo.com


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