Tehuacán estalla contra Pedro Tepole.
Redacción: Orbe, Bufete de Comunicación
Lo que está sucediendo en Tehuacán bien se puede considerar una asonada, una revuelta social.
El problema de raíz es que el edil Pedro Tepole Hernández entró al Ayuntamiento sin tener la más remota idea de qué hacer.
No tiene proyectos, ni de seguridad pública, ni de obras, ni de agua potable.
Absolutamente nada de nada.
La única idea que aceptó fue instalar una pista de hielo y una copia de la Villa Iluminada de Atlixco.
Los ciudadanos visitan la atracción, pero después regresan a sus colonias donde continúa una crisis por la ineficiente recolección de la basura, la delincuencia está desbordada y además las calles están llenas de baches y por las noches parecen bocas de lobo, por la oscuridad total.
Las redes sociales independientes han documentado cómo los ciudadanos caminan alumbrando su paso con pequeñas linternas o con los celulares, porque no hay luminarias, ni siquiera en el primer cuadro.
Por si fuera poco, los hechos delictivos de las últimas semanas han alarmado a la sociedad.
Y en este contexto Tepole anuncia a bocajarro, de manera intempestiva, sin campaña de por medio, que su Cabildo ya aprobó el cobro por Derecho de Alumbrado Público (DAP).
Sin guardar las formas y de manera precipitada el alcalde arrojó un balde de agua fría a la sociedad.
Por supuesto hay un drástico contraste con Eduardo Rivera quien ya presentó un plan de rehabilitación de camellones, otro proyecto para mercados y el programa Mil Calles.
En ese contexto los grupos sociales consideran que el DAP puede dar beneficios adicionales.
Pero en Tehuacán, Tepole no sabe ni qué hacer y de manera sorpresiva anuncia el cobro del alumbrado.
La reacción social fue ferozmente adversa.
Incluso por parte de liderazgos y sectores afines a Morena que ya preparan asambleas vecinales para oponerse al cobro del DAP.
A 64 días de su errática gestión Tepole enfrenta un verdadero rechazo social.
Todavía no llega a los 100 días y ya no siente lo duro, sino lo tupido.
Sobra decir que su administración difícilmente podrá levantarse.
Normalmente los gobiernos municipales van de más a menos.
Pero Pedro comenzó con el pie izquierdo y ha seguido de yerro en yerro.
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