El área de Educación Socioemocional propone cinco dimensiones que, en conjunto, guían tanto el enfoque pedagógico como las interacciones educativas:
1. Autoconocimiento
2. Autorregulación
3. Autonomía
4. Empatía
5. Colaboración
Se considera que estas dimensiones dinamizan las interacciones entre los planos individual y social-ambiental, creando y sosteniendo la posibilidad de aprender a ser, aprender a hacer, aprender a aprender y aprender a convivir.
Las dimensiones se cultivan mediante el desarrollo de las habilidades específicas que las componen, las cuales tienen diferentes indicadores de logro para cada grado escolar.
AUTOCONOCIMIENTO
- Atención.
- Conciencia de las propias emociones.
- Autoestima.
- Aprecio y gratitud.
- Bienestar.
AUTORREGULACIÓN
- Metacognición.
- Expresión de las emociones.
- Regulación de las emociones.
- Autogeneración de emociones para bienestar.
- Perseverancia.
AUTONOMÍA
- Iniciativa personal.
- Identificación de necesidades y búsqueda de soluciones.
- Liderazgo y apertura.
- Toma de decisiones y compromisos.
- Autoeficacia.
EMPATÍA
- Bienestar y trato digno hacia otras personas.
- Toma de perspectiva en situaciones de desacuerdo o conflicto.
- Reconocimiento de prejuicios asociados a la diversidad.
- Sensibilidad hacia personas y grupos que sufren exclusión o discriminación.
- Cuidado de otros seres vivos y de la naturaleza.
COLABORACIÓN
- Comunicación asertiva.
- Responsabilidad.
- Inclusión.
- Resolución de conflictos.
- Interdependencia.
- Autoconocimiento
El autoconocimiento.
Implica conocerse y comprenderse a sí mismo, tomar conciencia de las motivaciones, necesidades, pensamientos y emociones propias, así como su efecto en la conducta y en los vínculos que se establecen con otros y con el entorno. También implica reconocer en uno mismo fortalezas, limitaciones y potencialidades, adquirir la capacidad de apreciar y agradecer, e identificar condiciones internas y externas que promueven el propio bienestar (Bisquerra R. y., 2017).
Importancia del autoconocimiento.
Al tener conocimiento de cómo las emociones, pensamientos y deseos influyen en su manera de interpretar y actuar en una situación, el estudiante puede tomar responsabilidad sobre su mundo interno y hacer los ajustes necesarios para actuar consciente y libremente (Durlak, 2017).
Habilidades asociadas a la dimensión de autoconocimiento:
• Atención
Es el proceso cognitivo que permite enfocar los recursos sensoperceptuales y mentales en algún estímulo particular. Este proceso tiene múltiples componentes que se han definido y clasificado de distintas maneras, dependiendo del campo de estudio que lo aborde.
• Conciencia de las emociones
Una vez que el estudiante logra tener cierto dominio de su atención, puede dirigirla hacia su mundo interno y tomar conciencia de las motivaciones, pensamientos, preferencias y emociones que experimenta. Este proceso requiere de la capacidad de observar y reflexionar sobre la influencia que ejercen los diferentes estados mentales y emocionales en la manera de experimentar lo que le sucede y percibe, así como en sus decisiones y conductas.
Tomar conciencia de sí mismo implica también reconocer el impacto de las acciones propias en otros y en el medioambiente, así como identificar el impacto de otras personas y del entorno en uno mismo (Lantieri, 2008).
• Autoestima
Tomar conciencia de sí mismo y del entorno es la base de una sana autoestima. La autoestima se basa en una adecuada valoración e identificación de las propias capacidades, limitaciones y potencialidades, como individuos y como miembros de una comunidad; al hacerlo se genera un sentido de apreciación y respeto hacia nosotros mismos y nuestras ideas, lo cual es esencial para actuar con autonomía. Asimismo, conocer las limitaciones propias permite buscar formas de subsanarlas, o bien buscar apoyo y colaboración dentro de la comunidad para lidiar con ellas (Dweck, 2007).
• Aprecio y gratitud
Surge a partir de reconocer y apreciar elementos de nosotros mismos, de los demás y del entorno, que nos benefician y nos hacen sentir bien. Implica aprender a disfrutar el mero hecho de estar vivos, de la belleza del entorno, y de las acciones y cualidades positivas, tanto propias como de los demás. Del aprecio deviene la gratitud, que se manifiesta como una emoción placentera y que se consolida en acciones para cuidar y proteger aquello que trae bienestar.
• Bienestar
Tiene múltiples dimensiones. No se limita a una sensación o estado de ánimo; más bien, el bienestar es una habilidad relacionada con el ser y estar, así como con el hacer y el convivir, y como tal, se aprende a vivir. Existen muchas maneras de clasificar las dimensiones del bienestar, algunos autores destacan que para el bienvivir los individuos deben poseer una educación integral, sustento vital suficiente y digno, vida en comunidad, cuidar la diversidad cultural y ambiental; así como ser resilientes, contar con un buen gobierno, salud física, y mental (Kahneman, 2017).
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