Cúpula / Seguridad pública, la trágica herencia
Columna publicada el jueves 31 de julio de 2025 en el portal Periódico Central.
Se trata del punto medular de la administración estatal.
Todos los programas sociales y acciones de gobierno pasan a un segundo plano ante la demanda de seguridad pública.
En este renglón el gobernador Alejandro Armenta recibió una trágica herencia.
Es el resultado de 14 años de políticas fallidas en la materia.
Gestiones que iniciaron con Víctor Carrancá Bourget y Facundo Rosas, hasta el anodino periodo de Daniel Iván Cruz Luna.
Hagamos una fotografía de este momento.
PRIMER ACTO, LAS CARRETERAS TIENEN DUEÑO.
Lo que está sucediendo en el estado de Puebla se remonta a una crisis que inició hace 14 años con el despunte de la industria criminal del huachicol.
Entonces surgieron grupos de jóvenes de 15 a 20 años de edad que se hicieron operadores de la red delictiva, ya fuera cargando mangueras y contenedores de combustible o como choferes de las camionetas que llevaban la gasolina a las bodegas de Palmar de Bravo, Palmarito Tochapan, Tecamachalco o San Martín Texmelucan.
En esos años las estaciones gasolineras quebraron porque todo el transporte público -colectivas, microbuses y camiones-, cargaban en esas bodegas ilegales.
A la par, el huachicol generó una ola de otros delitos: robos y asaltos en carreteras, narcomenudeo y hasta el robo a trenes de carga.
Hoy a 14 años de distancia Puebla sigue padeciendo las secuelas de aquel periodo funesto.
Las bandas de asalta tráilers continúan operando desde San Martín Texmelucan hasta Esperanza y Maltrata, Veracruz.
En concreto lo que ocurre a la altura de Esperanza es alarmante.
Por lo menos una docena de bandas delictivas que radican en Cañada Morelos, San Antonio Soledad o Cuesta Blanca operan en ese tramo.
En la autopista Puebla – Orizaba prácticamente se registra un asalto diario a transporte de carga.
En el menor de los casos solo despojan al trailero de la unidad, pero en otros los ultiman sin miramientos.
En lo que va del año 2025 han asesinado a 15 conductores de camiones, de acuerdo a sus representantes.
La tarde del sábado 26 de julio un conductor fue ultimado en la supercarretera Tehuacán – Cuacnopalan.
Ese crimen desató una fuerte indignación que derivó en una docena de bloqueos carreteros el lunes 28.
Las organizaciones de transportistas aseguran que fue la primera manifestación, pero ya consideran recurrir a una medida más fuerte como un bloqueo de 24 o 48 horas.
La realidad es que las carreteras son territorio de las bandas delictivas; las mismas que nacieron durante el despunte del huachicol.
Ahora se debe añadir que la colusión de la Guardia Nacional es inocultable.
SEGUNDO ACTO, CORRUPCIÓN EN RECLUSORIOS.
En días recientes el Secretario de Seguridad Pública, Vicealmirante Francisco Sánchez reconoció que los reclusorios de San Miguel y de Tepexi de Rodríguez se encuentran acéfalos debido a que los mandos fueron destituidos por actos de corrupción.
Hasta el momento no se han elegido a sus relevos.
Se supone que están bajo un riguroso escrutinio.
Pero el tema nos habla de la paulatina descomposición en los penales poblanos, proceso que no comenzó hace 7 meses.
Es algo que lleva años.
Si no se toman medidas contundentes el deterioro continuará y llegará a los niveles de los penales de Aguaruto, Sinaloa o Villahermosa, que están bajo control del crimen organizado.
TERCER ACTO, TODO EL APARATO DETRÁS DE UNA CHULETA ROBADA.
Un cerdo adulto tiene un peso que ronda los 200 kilogramos.
Mínimo 150 kilos y algunos cochinos pueden llegar a los 300 kilos.
Para robarse tan solo 10 cerdos necesitan un camión que pueda cargar 3 mil kilos.
En los últimos meses en granjas de diferentes municipios del estado de Puebla se han robado mil cerdos.
Para semejante actividad delictiva se necesitan decenas de personas y camiones.
De igual forma se requieren rastros clandestinos para sacrificarlos y desde ahí venderlos a carnicerías donde se ofrecen como chuletas.
Es un andamiaje semejante al que requieren las bandas de huachicoleros.
Es una red de cientos de involucrados.
Es obvio que en la cadena de robo de ganado porcino están involucrados policías municipales, estatales e incluso alcaldes y regidores de los lugares afectados.
Es un robo con los agravantes del descaro y el cinismo.
CUARTO ACTO, ANTECEDENTE DE LA CAPTURA DE ALEJANDRO N.
La Fiscal Idamis Pastor Betancourt fue enfática al señalar que diferentes dependencias se encuentran infiltradas.
Es decir, no se trata de un tema privativo de la fiscalía.
La detención del comandante Alejandro Macuil Tláhuetl es una de las acciones más contundentes de las últimas décadas.
Encontramos un antecedente semejante en la captura de Miguel Ángel Larios, comandante del grupo anti secuestros de Puebla en agosto de 1998. Hace 27 años.
Alejandro N. puede ser procesado como copartícipe en el delito de “Desaparición” por encubrir a criminales que realizaron esas acciones.
Sin embargo no será el único caso.
Existen evidencias de otros niveles de colusión en la Secretaría de Seguridad Pública estatal.
Esta es la herencia trágica que recibió la administración del gobernador Alejandro Armenta.
Y es el principal monstruo que debe vencer.
La sociedad poblana se lo pide.
cupula99@yahoo.com
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