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Cúpula / Crisis de medicamentos sin justificación

Columna publicada al miércoles 25 de junio de 2025 en el portal Periódico Central.

En los tiempos complicados por los que atraviesa el país se muestra forzosa una profunda evaluación de la llamada Cuarta Transformación.

La aportación medular del régimen son los programas sociales; la mayor aplicación de asistencialismo gubernamental que haya visto México.

Una mecánica que tiene sus antecedentes en el modelo populista del PRI a través de la Conasupo, pero llevada a un nivel superlativo.

Sin embargo, por encima de los apoyos monetarios el gran fenómeno de la 4T fue el subsidio emocional.

Una maquinaria propagandista que secundó el discurso polarizador de:

“Con el pueblo todo, sin el pueblo nada… aquellos son los corruptos, los conservadores, clasistas, hipócritas”.

El discurso oficial encarnó la catarsis social de un México históricamente agraviado por las desigualdades.

Bajo la constante y reiterada letanía maniqueísta se llevó a la sociedad a una polarización nunca antes vista.

Empero es evidente que aquellas arengas se han visto rebasadas por la realidad nacional.

Apunta una máxima que cuando se quiere competir con la realidad, ésta siempre gana.

Y es lo que sucede con la Cuarta Transformación.

Dos son los temas que habrán de romper la fachada del régimen.

El primer punto es la fallida estrategia de seguridad.

Desde Tijuana hasta Cancún el país está incendiado.

Los cárteles siguen creciendo y tomando el control de ciudades y regiones enteras.

Culiacán es la evidencia inapelable, indiscutible.

Pese al constante despliegue de fuerzas federales la guerra entre Chapitos y La Mayiza continúa imparable.

La violencia está presente en todos los estados; en algunos más que otros.

Pero en aquellos con una especial serenidad se debe a pactos entre autoridades y criminales.

En el renglón de la narcoviolencia el régimen encontró en las figuras de Felipe Calderón y Genaro García Luna los villanos preferidos.

Aunque su sexenio terminó en 2012 siguen siendo los culpables de todas las masacres.

Sin embargo, hay otro rubro en el que no pueden culpar a las administraciones del pasado y es la salud pública.

Los reacomodos financieros destinaron enormes montos a los programas sociales, pero dejaron en la inanición al sistema de salud.

Durante la pandemia la sociedad concedió al gobierno el beneficio de que era un fenómeno mundial, atípico y por tanto fuera de control.

Pero hoy los hospitales están en el abandono más profundo de toda su historia.

Esto no se vio ni con Calderón, ni Peña Nieto.

Hospitales sin camas disponibles, con tecnología médica obsoleta e inservible, sin los insumos fundamentales para ofrecer un servicio básico, médicos y enfermeras que denuncian precarias condiciones laborales.

De punta a punta del país el sistema de salud está colapsado como nunca se había visto.

El contraste con las promesas es abismal y ofensivo.

Incluso ante la Plaza de la Constitución se dijo que “el modelo IMSS Bienestar es mejor que el de Dinamarca”.

A ese grado llegó la dolosa manipulación de la realidad.

El desabasto de medicamentos no tiene razón de ser.

Durante la pandemia el país demostró su capacidad adquisitiva.

Bajo la conducción del entonces Canciller Marcelo Ebrard, México pudo traer todas las vacunas que se produjeron en el mundo.

Las del bloque occidental, Pfizer, AstraZeneca, Johnson & Johnson, Moderna, lo mismo que la rusa Sputnik (Gamaleya) o las chinas CanSino y Sinovac.

No existen excusas para enviar los aviones Hércules a Estados Unidos y Europa y traer todos los medicamentos que se requieren de manera urgente.

Estamos ante una política indolente e incompetente.

Por una grotesca burocracia están muriendo muchos mexicanos.

El caso que más indigna es la falta de tratamientos oncológicos para niños.

Es inconcebible e inaceptable el desabasto de medicamentos en México.

Esta crisis del sistema de salud, junto con el desastre en materia de seguridad ya comenzaron a demoler la escenografía virtual creada por el régimen de la 4T.

Cuando se compite contra la realidad, la realidad siempre gana.

Al tiempo.

cupula99@yahoo.com

 


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