Cúpula / Una Corte carente de legitimidad
Columna publicada el martes 17 de junio de 2025.
La función pública no tiene entre sus propósitos buscar la grandeza.
La relevancia histórica es un efecto secundario de la integridad, honestidad y certeza de las medidas aplicadas.
Personajes como Lázaro Cárdenas, François Mitterrand, Angela Merkel o José Mújica no buscaban la grandeza por si misma.
La obtuvieron como un efecto secundario, una prolongación de sus acciones que estaban abocadas a la problemática de su tiempo histórico.
La sesión del Instituto Nacional Electoral (INE) del domingo 15 de junio de 2025 debe quedar inscrita como una jornada de magnitud histórica en la que un grupo de mexicanos mostraron rasgos de grandeza.
Las intervenciones de los consejeros Dania Ravel, Jaime Rivera, Martín Faz Mora y Arturo Castillo tienen un significado que se agigantará en los años por venir.
Expusieron el desaseo, las anomalías e irregularidades de una de las elecciones más sucias de que se tenga memoria en el México contemporáneo.
Se vieron las peores prácticas de la política del pasado, esas del viejo PRI en la que hacían fraudes electorales ante una oposición inexistente, solo para arrollar y obtener carro completo en jornadas que eran una parodia.
La votación del domingo 15 fue muy cerrada.
Seis consejeros avalaron la elección judicial contra cinco que se negaron a aprobarla.
La consejera Dania Paola Ravel Cuevas señaló: “Vimos renacer muchas conductas que yo pensé que estaban enterradas en el pasado… Casillas que registraron una participación del 100 por ciento, o incluso casillas con más del 100 por ciento… boletas sin marcas, ni dobleces, es decir que no se doblaron para entrar en las urnas… casillas a las que llegaron personas ajenas con las boletas previamente marcadas…”
Por su parte Jaime Rivera Velázquez subrayó: “el afán de la mayoría del congreso de sesgar políticamente estas elecciones, afectaron la calidad del proceso electoral y revivieron en algunas regiones prácticas electorales viciadas en un grado y unas formas que habían sido desterradas desde hace décadas. Inducción masiva de votantes bajo diversas formas de coacción, relleno de urnas y adulteración de votaciones entre otras prácticas ilegales”.
Martín Faz Mora acusó la influencia de los acordeones repartidos previamente: “En 15 entidades federativas las nueve figuras anotadas en el acordeón tuvieron un triunfo absoluto, en 6 entidades 8 aspirantes ganaron y en 11 estados fueron 7 ganadores”. Es decir, el acordeón arrolló.
En su intervención el consejero Arturo Castillo Loza enfatizó: “…en los cargos nacionales las candidaturas ganadoras estaban incluidas en el 80 por ciento de los acordeones; en las salas regionales las coincidencias fueron del 85 por ciento en promedio… Propongo a este consejo general no declarar la validez -que no es lo mismo que declarar la invalidez-, de las elecciones por existir un cúmulo significativo de indicios”.
Las agudas intervenciones de estos consejeros dejaron de manifiesto y de frente a la nación una de las elecciones más sucias de la historia.
Nunca existió la verdadera intención de democratizar la justicia.
Si así fuera también habría elecciones para ungir a los titulares de las fiscalías federal y estatales.
Desde un principio se trató de desaparecer al único contrapeso que tenía la nación e instaurar un régimen omnímodo.
Sin embargo gracias a la grandeza de un grupo de mexicanos se exhibió a una Corte carente de toda legitimidad.
El desastre apenas está por iniciar.
Al tiempo.
cupula99@yahoo.com
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