Infancia / Se prevé que 9 mil menores dejan sus estudios para trabajar.
Nota de Diario Cambio
En Tehuacán se estima que 9 mil menores de edad se ven forzados a trabajar y dejar sus estudios para ayudar a sus familias, incorporándose al sector maquilero o trabajando en cruceros de la vía pública, así lo reveló el coordinador de Wolrd Vision México con sede en este municipio.
Esta situación es un reflejo preocupante del problema del trabajo infantil en México, que ocupa el segundo lugar mundial con 3.3 millones de menores trabajando, esto de acuerdo a datos nacionales.
Y en todo el estado de Puebla, se han detectado 196 mil menores laborando, una cifra que subraya la gravedad del problema en la región.
La mayoría de los menores al menos en la ciudad de Tehuacán, trabajan en empresas clandestinas o familiares, aunque algunos laboran a partir de los 16 años, que es la edad permitida por la ley.
Las principales causas de esta situación incluyen la falta de empleo de los tutores o padres de familia, así como las deficiencias económicas que obligan a los menores a trabajar para contribuir al ingreso familiar.
Además de las presiones económicas, la cultura familiar también juega un papel significativo en la perpetuación del trabajo infantil.
Frases como “a tu edad ya trabajaba en el campo” o “hay que trabajar para ganarte lo que quieres” reflejan una tradición en la que se prioriza el trabajo de los menores como un valor familiar.
A pesar de este panorama desalentador, hay signos de esperanza, puesto que la evaluación realizada por World Vision México en Tehuacán ha mostrado avances en la sensibilización de padres y madres de familia para la erradicación de este tipo de maltrato.
La organización ha trabajado arduamente para educar a las familias sobre los derechos de los menores y las consecuencias negativas del trabajo infantil, logrando cambios significativos en la percepción y prácticas familiares.
El reto, sin embargo, sigue siendo monumental, los tres niveles de gobierno, junto con organizaciones no gubernamentales, deben redoblar esfuerzos para crear políticas efectivas que garanticen el acceso a la educación y mejores condiciones económicas para las familias, permitiendo así que los menores puedan disfrutar de una infancia libre de explotación laboral.
Pues la situación en Tehuacán es un llamado urgente a la acción para proteger a los menores y asegurar un futuro más prometedor para las nuevas generaciones.
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