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¿Cargas pesadas?
“Dios primero creó aves pero sin sus alas”… es así como inicia esta leyenda que una tribu americana que suele contar a las generaciones jóvenes.
Después de un tiempo en que las aves andaban sin alas, Dios decidió llamarlas y decirles:
– Vengan y tomen estas cargas con ustedes.
De momento las aves les causó mucha extrañeza esta propuesta, sin embargo decidieron obedecer a su creador e intentaron tomar aquellas cargas con sus pico, pero eran demasiado pesadas para poder llevarlas.
Después de varios intentos intentaron tomarlas con sus poderosas garras, pero aquellas cargas además de pesadas eran demasiado grandes para poder llevarlas entre sus garras.
Por fin con un gran esfuerzo una de ellas logró tomar levantar aquellas alas y ponerlas sobre sus hombros. Las otras aves vieron esto e hicieron lo mismo, las cargaron sobre sus hombros y fue así que aquellas pesadas cargas, las alas las pidieron llevar.

Con el tiempo fueron creciendo aquellas alas y muy pronto se había adherido a sus cuerpos. Estaban satisfechas ahora. De pronto una de aquellas aves comenzó a mover las alas y esta se elevó por los aíres, que gran sorpresa y alegría…había podido volar.
Muy pronto las demás siguieron su ejemplo y poco a poco todas aquellas aves revoloteaban sobre los campos.

Qué interesante, lo que alguna ves fue una pesada carga y aún hasta fastidiosa, ahora se había convertido en el instrumento que les permitía ir a donde nunca hubieran podido ir sin aquellas “cargas” y ahora estaban completas y satisfechas pues estaban cumpliendo con el propósito por el cual fueron creadas…¡Volar!.

Esta leyenda nos ilustra lo que muchas ocasiones sucede con nosotros. Las cargas pesadas que estamos llevando en estos momentos pueden convertirse en el plan de Dios para nuestras vidas. Lo único que expresamos es cansancio y hastío por lo que estamos pasando. Es más, hasta expresamos “es mi cruz”, siendo que cuando Jesús se refirió a tomar la Cruz, hablaba de una decisión que nosotros tomamos y no algo que se nos impone para hacernos la vida difícil.

Que difícil es manejar las “cargas” en las relaciones  familiares. Las situaciones adversas que se nos presentan y nos agobian a tal punto que queremos aventar el arpa y ya no continuar con esto. Nos sentimos frustrados como padres y llegamos al punto de claudicar y si hubiera alguna opción para firmar nuestra renuncia seguro que lo haríamos. Sin embargo cuando aceptamos los retos que se nos presentan y los vemos como oportunidades para crecer de manera sana y madura, lograremos ver que el propósito de Dios se cumple en nuestra familia.

A Josué, el hombre que tomó el lugar de Moisés para introducir al pueblo de Israel a la tierra prometida se le exhorto de manera contundente: “Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas” (Josue 1:9 NVI)

La vida no es ni será fácil, sin embargo podemos caminar con  la certeza de que Dios puede estar a nuestro lado y fortalecernos si se lo pedimos. La carga que hoy es tan pesada se puede convertir en la mayor bendición de nuestra vida. Muchas gracias por su atención y que tenga un excelente FIN DE SEMANA.


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