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Autoevaluación.

Un joven fue a la caseta telefónica del pueblo y pidió usar el teléfono. 

Mientras realizaba su llamada, el dueño de la caseta escuchaba la conversación. 

-“Buenos días señora, ¿Me podría dar empleo? Puedo cortar el pasto de su jardín, dijo el joven a su interlocutora. 

-“Mire, ya tengo a alguien que me corta el pasto en casa y lo hace muy bien, se lo agradezco, muchas gracias”. Se escuchó que respondía una señora del otro lado de la línea. 

-“Pero yo puedo cortarlo por la mitad de precio de quien se lo corta ahora y mejor”, dijo el joven.        – “Gracias por la oferta, pero estoy realmente satisfecha con el servicio que recibo de quien lo hace en este momento.” 

-“Si la entiendo señora, pero yo podría barrer su banqueta y hacer que su jardín luzca como el más lindo de toda la colonia señora”, insistió el joven. 

-“No, muchas gracias joven, le agradezco la llamada.” Concluyó la señora. 

Sonriendo, el joven colgó el teléfono, y entonces el dueño de la caseta telefónica, que había escuchado toda la conversación , se acercó al chico y en tono amable le dijo: 

-“Me gusta tu actitud muchacho, te felicito por tu espíritu positivo y entusiasmo, cosa que ya no se ve en estos días, ¿te gustaría trabajar aquí?”. – “No señor, muchas gracias”, respondió feliz el joven. 

El hombre asombrado por la respuesta le dijo: – “Pero si te escuché que estabas pidiendo trabajo ¿es así?” 

– “ Pues en realidad no señor, lo que estaba comprobando era mi desempeño en el trabajo que tengo ahora, yo soy la persona que trabaja para la señora con  quien estaba hablando”

Con frecuencia nos pasamos media vida comparándonos con los demás y obviamente eso nos trae muchas veces frustraciones, desánimos y lo peor, nos creamos enemistades, cuando nuestra verdadera competencia debería ser contra nosotros. 

En realidad crecemos más cuando tenemos la capacidad de autoevaluarnos y hacer mejoras de las áreas que de alguna manera nos están frenando.

Ahora bien, el punto aquí, es la honestidad y sinceridad con nosotros mismos. El éxito tiene que ver con dos cosas: La primera es con la autoconfrontación y la otra es con la intervención de Dios en nuestra vida. 

Sin esta segunda no podremos salir adelante. Reconocer nuestras limitaciones y permitir que Dios actúe en nuestras vidas traerá seguridad y bendición a nuestros. 

Que tenga un excelente Fin de Semana. Gracias por su atención.


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