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Psic. Ma. del Cielo Gaytán Moreno MCF

1ª. de 2 partes.

Así como los seres vivos cumplen un ciclo vital, es decir, nacen, crecen, se reproducen y mueren; así las familias. Tienen un nacimiento cuando se une una nueva pareja, luego un crecimiento cuando llegan los hijos; después esos hijos se van a hacer sus propias vidas y al final, los padres mueren. Entonces podemos identificar 6 etapas dentro de este CVF, que iremos describiendo poco a poco para comprender en qué etapa estamos dentro de nuestra propia familia, qué podemos esperar de esa etapa y cómo transitar por ella de la mejor manera.

La 1ª. etapa se llama Desprendimiento y se llama así porque se da ese desprendimiento del hogar paterno, de la soltería y del estilo de vida que llevábamos hasta entonces. Es un desprenderse físico y emocional, pues dejamos el espacio físico que habitábamos en la casa de nuestros padres, así como también el vínculo emocional y la relación con nuestros padres, cambia para dar lugar a nuestra pareja y esto no siempre es fácil, ni rápido, pues aunque podamos ir muy ilusionados a esta nueva vida de casados, podemos extrañar durante mucho tiempo, nuestra casa, recámara, comida de mamá, etc., etc. Es por eso que quizá se quiera estar de regreso cada ocho días en la que fue nuestra casa y comer la comida que prepara mamá y si cada uno quiere hacer lo mismo con sus respectivas familias, pues se presenta entonces una de las primeras crisis de la vida en pareja.

También, es en esta etapa que se define qué capacidad tenemos para resolver los problemas que a diario tengamos que enfrentar y resolver ya sin la ayuda de padres y/o hermanos, así como el manejo del poder en la relación, es decir, quién y cómo toma las decisiones importantes que nos incumben a ambos. Por si fuera poco, también se establecen los límites con las familias de origen, es decir, qué tanto pueden intervenir y/o convivir en nuestra vida de pareja, pues no falta quien quiera, o tenga que vivir, en la casa de los suegros y es indispensable un espacio físico particular para la vida de pareja.

Como ven, es un reto pasar esta 1ª etapa con un resultado de crecimiento y adaptación mutua, pero la motivación que su amor les da, debe ser suficiente para que lo logren con éxito y pasen a la segunda etapa.

La 2a etapa se llama Encuentro; en esta etapa, la pareja tiene ese encuentro real con la persona con quien vive pues ahora sí ya la conoce más y mejor, puesto que ahora sí ya han convivido más de 24 hrs. juntos; ya sabes cómo amanece, cómo es en la vida real cotidiana y ya no es posible dejar de ver los defectos, las limitaciones y los aspectos más desconocidos de su personalidad, se revelan. Entonces puede haber decepciones, cambios en la organización de sus roles y responsabilidades, así como posiblemente una ruptura temprana por lo difícil del acoplamiento con la persona real con la que ahora te encuentras. Por eso, es tan importante que durante el noviazgo, se conozcan muy bien, se hablen con toda sinceridad de lo que son y de lo que les gusta y no les gusta, para que no se lleven una sorpresa tan grande al momento de vivir la etapa del Encuentro.

La 3ª. etapa es La llegada de los hijos. Ahora sí se pone buena la cosa, pues es el primer momento de crecimiento de la familia. Y con cada hijo que llega, hay que hacer el espacio físico y emocional para cada uno de ellos. Hay que tener en cuenta que ese nuevo miembro de la familia, demandará que se cubran todas sus necesidades materiales, afectivas y sociales, entonces la pareja tiene que estar muy sólida en su vínculo para apoyarse en la atención, educación y crianza de los hijos. Desde luego que también implicará ponerse de acuerdo en cómo los van a educar, así como también, seguir dándose un espacio como pareja, no olvidar que primero son pareja y luego padres.

El Ciclo Vital de la Familia

2ª parte de 2

La 4ª etapa, es La adolescencia de los hijos. Ésta, quizá es de las más difíciles de atravesar pues se conjugan varias circunstancias, al menos tres:

1) La pareja llega a la edad aproximada de los 40 años y la adolescencia de los hijos, les reactiva la propia adolescencia pero con la diferencia de que además, se vive la crisis de “la mitad de la vida” que en algunos casos resulta más intensa y conflictiva que la de los propios hijos adolescentes, pues no se acepta el estatus al que se ha llegado en la vida para ese momento.

2) Además, se genera una rivalidad con los hijos del mismo sexo, porque ellos están en plena juventud, con toda la vitalidad, atractivo e ilusiones que los padres ya no tienen. Por otro lado, se cela a los hijos del sexo contrario porque ya empiezan a llamar la atención de otros jovencitos y entonces el amor de ellos ya no es para sus padres, los cuales son “destronados” y pasan a segundo o tercer plano…..

3) La situación de los abuelos, padres de la pareja de la estamos hablando, puede estar teniendo dificultades de salud o económicas y hay que atenderlos, apoyarlos o inclusive llevarlos a vivir a casa con nuestros inquietos y rebeldes adolescentes.

Entonces el panorama se puede complicar mucho y es muy desgastante para la pareja si no cuentan con la comprensión y ayuda de los hijos, otros familiares cercanos y/o amistades que les brinden un respiro frente a todas estas circunstancias.

Otra  situación que también es factible de suceder, es que uno de los miembros de la pareja haya logrado un mayor desarrollo laboral y/o profesional que deje en desventaja a su pareja, la cual puede sentirse injustamente relegada de la vida social y laboral de su compañero/a pues ya no están al mismo nivel de información o preparación. Entonces, es recomendable que la pareja que no salga a trabajar,  durante varios años por estar dedicada al hogar y los hijos, siga preparándose, leyendo e informándose de la vida fuera del hogar, para mantener un nivel adecuado que le permita interactuar con el círculo de colegas o compañeros de trabajo de su pareja, con seguridad y confianza.

La 5ª etapa: el Re-encuentro, sí el Re-E, pues en esta fase, los padres se quedan solos una vez que los hijos han tomado su camino, ya sea porque se casaron, porque se fueron a vivir aparte o porque se cambiaron de ciudad, por estudios o trabajo; el caso es que ya no están en casa y eso deja libres a los padres para que se re-encuentren y vivan su relación de pareja como si fueran novios o recién casados, otra vez, pero con toda una trayectoria de vida juntos pues estamos hablando de más de 20 años de casados, y es, en el mejor de los casos, como la cereza del pastel, pues digamos que es la etapa en la que se cosecha lo sembrado, al ver a los hijos crecidos, formados, hechos y derechos, sosteniéndose sobre sus propios pies, en el más amplio sentido de la expresión e incluso iniciando ya el segundo momento de crecimiento de la familia al aumentar el número de sus miembros con las parejas e hijos que cada uno de los hijos va incorporando a la familia. Por ello representa un tiempo de alegría y satisfacción insustituibles para los padres, quienes se estrenan en el rol de abuelos y disfrutan consintiendo a los nietos o bien, yéndose de viaje o con los amigos a platicar o jugar, así como también llevar a cabo alguna actividad social o cultural de su interés.

Ahora bien, no todo es miel sobre hojuelas pues a la vez, la salud y vitalidad sufren cambios al declinar naturalmente por la edad, así que el climaterio, la jubilación y las pérdidas son parte de los retos que las parejas de esta etapa deben enfrentar dándose el apoyo mutuo necesario así como una mayor comprensión y tolerancia, porque ahora ya retirados de trabajo, es posible que estén juntos la mayor parte del tiempo en casa y se sientan limitados en su espacio físico o actividades rutinarias, por lo que es importante buscar nuevos intereses o retomar los que se tenían en la juventud y dedicarles tiempo ya sea juntos o por separado.

La última etapa del CVF: La Vejez, la vejez llega y con ella ronda, en la mente de la pareja, la idea de la muerte, la separación y las subsecuentes pérdidas, tanto de capacidades físicas e intelectuales, como de personas, ya sean amigos o familiares de la misma edad… tornándose más difícil aún si además, se esta sobrellevando alguna enfermedad crónica o degenerativa, o se sufren carencias económicas, o se vive el abandono de los hijos. Entonces, hay que adaptarse a las circunstancias, aceptando la dependencia hacia los hijos en un momento dado pero sin que se pierda el respeto y trato digno de ellos hacia sus padres pues siguen siéndolo a pesar de sus debilidades actuales. Cabe aquí  mencionar una frase que dice: “Un hombre ama en forma natural a sus hijos, pero un hombre culto, ama a sus padres”, lo que significa que hay que enseñar a los hijos a amar a sus padres aún cuando dejen de ser sanos y productivos.

En cuanto a la pareja, es mejor envejecer en pareja, que solo, aunque luego se tenga que vivir la viudez. Por eso es importante que el afecto, respeto y apoyo a los adultos mayores, sea enseñado y reforzado por las instituciones y la sociedad en su conjunto. Los abuelos son el eslabón entre el pasado y el futuro, son el complemento histórico de toda familia completa. Y como les explique al principio, el CVF se cierra al morir ambos miembros de la pareja original de cada familia pero casi siempre, han dejado ya los retoños que forman nuevas familias en un ciclo ilimitado de vida.


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