Select Page

“NO”,  es la palabra más poderosa de nuestro lenguaje, tiene el poder para destruir y también para transformar poderosamente nuestra vida. Sirve para defender tu persona, tus valores, tu tiempo y energía. Para la mayoría de las personas es más fácil responder con un “sí” a las exigencias de las demás personas solo para quedar bien. Debes tener cuidado porque cada vez que dices “sí” a algo que no te gusta, tu autoestima se erosiona.

Un “no” dicho con profunda convicción, es mejor que un “si” dicho meramente para complacer, o lo que es peor, para evitar un conflicto…muchas veces es mejor contestar:

  • No quiero
  • No puedo
  • No me late
  • No entendí

Hay que tenerlo claro, es importante aprender a decir que no, de lo contrario perderíamos el control de nuestra vida y nos llenaríamos de rabia por no hacer lo que en realidad queremos. Quizás alguien pueda pensar que decir que “no” es de malas personas y que así estamos siendo desagradables. Pero es necesario, por momentos, saber establecer límites y no ceder ante situaciones que incomodan.

El problema de no saber decir “no” es que después tenemos que afrontar las consecuencias. Nos obligamos a vivir situaciones que no deseábamos. Nos sentimos culpables si no vamos, no ayudamos, no invitamos, no participamos; aunque todo esto nos generé más estrés y decepción en algunas ocasiones. En el momento que valoramos nuestras razones y no actuamos en forma precipitada  tomando  una decisión, ya no queda lugar para la culpa, pues hemos actuado en base a nuestras convicciones y lo que creemos mejor para nosotros.
Algunos de los motivos más comunes que nos dificultan decir “no” son los siguientes:

Para evitar un conflicto
Para no hacer sentir mal al otro
Nos preocupa no ser aceptados
Por sentir que no tengo derecho a negarme

Puede que hoy mismo se hayan acercado a ti para venderte: un billete de lotería, un perfume, una fruta, o para invitarte a participar en algo… puede que no lo quisieras y sin embargo, has acabado comprándolo o participando. No es bueno, porque seguramente después te hace sentir mal.

Son cosas insignificantes, lo sabemos, pequeñas cosas que, por así decirlo, ponen a prueba  nuestro carácter. ¿Qué tal si hoy mismo empezamos a hacer lo que verdaderamente queremos? Es esencial que sepamos defender nuestro propio pensamiento y nuestro propio criterio. Es importante sentirnos bien. Evita estar siempre para todos, no es egoísmo. Antes de contestar una petición, date un tiempo para pensarlo.

Si quienes están a tu alrededor conocen aquello que te define, que necesitas, deseas y que no puedes aceptar, estarás “marcando un territorio claro” y te respetarán más. Si te callas, bajas la cabeza y cedes, cada día se aprovecharán más de ti. Recuerda, un “no” a tiempo hace milagros por tu salud y tu autoestima. Decir “no” a otros, se trata de decirte “sí” a ti.


TAGS