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La vida suele ser tan simple en la infancia, no se necesita nada material para ser feliz, podemos jugar con tierra, tirarnos en el pasto, en el lodo, jugar con piedras, con una mascota; podemos ser amigos de todos, no hay distinción social, podemos ver con los ojos del alma a otros seres, creemos en lo imposible; a esa edad se tiene un corazón limpio, puro, lleno de alegría. Perdonamos con facilidad y volvemos a ser amigos de los demás sin guardar rencores, y con esa misma facilidad olvidamos todo el daño.

 

Somos felices en la arena, en el mar, jugando en un charco, no pedimos nada pues en ese momento sentimos que estamos completos. Podemos devorarnos un pollo comiendo con las manos. Las fiestas de cumpleaños pueden ser solo con un pastel y los amigos, podemos jugar con una pelota todo el día sin necesidad de algo más, no sabemos del dinero, ni del prejuicio, ni nos damos cuenta si algún amigo tiene algo material más que nosotros, a esa edad todos somos iguales…¿En qué momento perdimos toda esta riqueza? ¿Esa paz de vida? ¿Esa alegría por estar aquí?

 

Me da una profunda tristeza ver a un adulto decirle a un niño: “no juegues con ellos porque no van en tu escuela”, “esos niños no tienen lo que tú tienes”, “puedes ser amigo de tal porque tiene dinero”, “ese niño es de otro color”…

 

¿Qué les pasa a esos adultos?, ¿Por qué ensucian esas almas, esas mentes?, como si todo en la vida girara en torno a eso.  Los prejuicios los crean esos adultos, que una vez que llenaron sus vidas de complejos, los trasmiten a los más pequeños.  A un niño no tiene por qué importarle la marca,  si la fiesta estuvo bien decorada, si el amigo llego en tal auto, no! Eso es tan vano.

 

Se están creando generaciones tan materialistas, tan vacías, que una vez convertidos en adultos  esos pequeños pierden la capacidad de ver más allá de lo físico, de valorar lo que realmente es un ser humano.
Sé que es difícil no contaminarse en este mundo, con la gente inadecuada, y que tal vez hay situaciones que no podemos evitar;  pero lo que bien se enseña jamás se olvida. Si en algún momento puedes sentarte a la orilla del mar y contemplar cuando juegan los niños, o te puedes percatar de que son felices solo con un balón de futbol, de que  son los amigos más leales que pueden existir, de que se ayudan sin esperar nada a cambio.

 

A veces quisiera que nos sensibilizáramos a no pasar todos los traumas, complejos, y demás daños a los más pequeños. Si pudiéramos ver la vida a través de sus ojos, si actuáramos con el corazón como actúan ellos, si dejáramos llevar nuestras sensaciones y emociones  por las flores, la lluvia, el aire,  el disfrutar un helado, un buen postre; si entregáramos el corazón al abrazar, al ayudar, al dar sin esperar nada a cambio…. ¿qué mundo tendríamos? Se nos ha olvidado que fuimos poderosos, felices, amorosos con tan poco. ¿Y si cada día al despertar volviéramos a ese origen de nuestra vida donde lo teníamos todo?

 

Para recordar:
¿Qué es una niña?
“Una niña nace con un aureola de brillo angelical del que siempre queda el  suficiente  halo de luz para cautivarnos el corazón, aunque se siente en el lodo, llore a todo volumen, ella puede ser la más cariñosa del mundo, es la inocencia jugando en la tierra, la belleza echando maromas y también la más dulce expresión del amor materno cuando acaricia y duerme a su muñeca”.

 

¿Qué es un niño?
“Un niño es una criatura mágica, se les encuentra donde quiera, encima debajo, trepando colgado, corriendo, saltando. Él es la verdad con la cara sucia, la sabiduría con el pelo desgreñado y la esperanza del futuro con una rana en el bolsillo”. Son quienes vuelven un  terremoto nuestra vida y en la cual nunca volvemos a tener paz, pero sí un enorme amor hacia ellos.
Los niños y niñas son tan simples, tan fácil de manipular debido a su inocencia, que se podría optar por no envenenar sus corazones a tan temprana edad, y aunque muchas veces no tengan una vida justa y feliz en la infancia, habrá otros que si la tengan, y a esos hay que llenarlos de las cosas que de verdad son valiosas en la vida, para que el día de mañana tengamos un mundo mejor.
CUANDO SEA GRANDE QUIERO SER NIÑO.


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