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Ajalpan / Inés Parra traicionó al electorado y a los pueblos  del distrito de Ajalpan.

Inés Parra Juárez tiene sus raíces en los pueblos indígenas de la región de Ajalpan.

Su padre Moisés Parra era un modesto artesano del tabique; sin embargo fue un activista y uno de los fundadores de la izquierda en Ajalpan.

En el humilde hogar del señor Moisés Parra se hablaba el náhuatl.

Desde su familia Inés Parra vivió la pobreza y las condiciones precarias de los pueblos de la región de Ajalpan.

El último trabajo formal que tuvo Inés fue dar clases en una escuela bilingüe donde vio de cerca las condiciones de esa niñez marginada.

Fue su padre Moisés Parra y don Fidencio Reyna -otro de los iniciadores de la izquierda-, quienes la llevaron a recorrer las comunidades marginadas del municipio de Ajalpan, para iniciar una carrera política.

Pero desde que llegó al poder Inés Parra Juárez se olvidó de sus raíces y sus orígenes.

Inés traicionó al electorado y a los pueblos que le dieron el voto.

Como diputada federal Inés nunca movió un dedo por los más humildes de la región.

Desde la campaña de 2018 Inés públicamente declaró que ella no iba a gestionar, que solamente iba a legislar.

Es decir, que de ella no esperaran trabajo para bajar programas sociales o cualquier tipo de apoyo para los más humildes.

Y esa expresión la hizo en un distrito que tiene a varios de los municipios más pobres del estado.

El periodo de Inés Parra transcurrió frente al desprecio y el reproche de los pobladores de la región de Ajalpan, quienes siempre acusaron su falta de trabajo.

Es una diputada completamente inocua y anodina.

Nunca dio respuesta a todas las solicitudes ciudadanas que le hicieron.

En Ajalpan nunca funcionó una verdadera casa de gestión, porque Parra Juárez le dio la espalda al pueblo que le dio el voto.

Nunca salió de su salario un apoyo para un cubrebocas, un medicamento o un tanque de oxígeno para las personas que enfermaron.

En los tiempos de la pandemia más terrible, la diputada Inés Parra se cruzó de brazos frente al dolor y el sufrimiento de los ajalpenses.

Inés nada más se dedicó a levantar, a remodelar su casa en la calle 5 de Mayo del centro de Ajalpan.

Pero siempre le dio la espalda al pueblo que le dio el voto.

En los últimos años la violencia y la criminalidad se han recrudecido en Ajalpan, Altepexi, San Gabriel Chilac, Coyomeapan, Tlacotepec de Porfirio Díaz y San Miguel Eloxochitlán.

Pero la pregunta central es:

¿Qué ha dicho la diputada federal Inés Parra frente al clima delictivo de la Sierra Negra?

Nada, absolutamente ni una palabra.

Los ignora, como si fueran hechos de la Sierra Tarahumara.

Es una legisladora completamente desligada de la base social que la llevo al triunfo.

En la Cámara de Diputados también es un cero a la izquierda.

Inés nunca presentó propuestas propias, ni iniciativas de ley.

Tuvo muy poca, escasa participación en el palacio de San Lázaro.

Nada más estuvo de adorno en las Comisiones de Cultura y Cinematografía, Pueblos Indígenas y Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación.

Es una gran ironía que una diputada de raíces indígenas, que pertenece a la Comisión Legislativa de Pueblos Indígenas, pero nunca ayudó a los pueblos indígenas de la región de Ajalpan.

Para cuando usted nos lea, en varios municipios de la región de Ajalpan se preparan grupos para convocar al voto de castigo.

Morenistas de distintos frentes pedirán el sufragio para los candidatos a presidentes municipales, pero al mismo tiempo un voto cruzado que no favorezca a Inés.

Parra está uniendo a todos los municipios de la Sierra Negra, pero en su contra y las reacciones no tardarán en verse.

Redacción: Orbe, Bufete de Comunicación
findesemana99@gmail.com


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